NovelToon NovelToon
Una Reencarnación Tranquila

Una Reencarnación Tranquila

Status: En proceso
Genre:Magia / Malentendidos / Reencarnación / Mundo mágico / Apocalipsis
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Aly25

Su muerte no es un final, sino un nacimiento. zero despierta en un cuerpo nuevo, en un mundo diferente: un mundo donde la paz y la tranquilidad reinan.
¿pero en realidad será una reencarnación tranquila?

NovelToon tiene autorización de Aly25 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un Año Bajo la Luz de Mamá

El tiempo pasa muy rápido y consigo casi un año desde que llegué a este mundo.

Un año en este cuerpo diminuto, que al fin comienza a obedecerme, aunque todavía con un poco de torpeza.

Ya no soy solo un bultito que llora y patalea sin dirección.

Era una mañana tranquila.

El cielo estaba claro, y los rayos del sol entraban danzando por la ventana, tiñendo la madera del suelo de un dorado suave.

Mamá estaba en la cocina, tarareando mientras molía hierbas aromáticas.

Yo jugaba sobre una manta en el suelo, rodeado de cubos de madera y muñecos de tela con formas especiales por no decir otra cosa....

Pero hoy… hoy algo era distinto.

Hoy, yo podía.

Me balanceé hacia adelante.

Sentí mis piernas temblar un poco mientras me apoyaba en mis palmas.

Lo había intentado muchas veces antes, sin éxito.

Pero ahora… algo en mí sentia que podía hacerlo.

Empujé el suelo con fuerza y logré sentarme, sin caerme hacia atrás.

Mis ojos se abrieron por sorpresa.

—¡amdaaauuw! —dije, aunque solo salió como un balbuceo emocionado.

Ella no me escuchó al principio.

Pero entonces me incliné hacia adelante, puse mis manos sobre una pequeña banquita de madera… y me levanté.

Torpemente, tembloroso, con las rodillas flojas. Pero lo hice.

Cuando me puse de pie, por mi cuenta, la manta crujió bajo mis pies y el sonido hizo que mamá girara la cabeza.

Y su reacción… fue mágica.

—¡¡Bebe!! —exclamó, dejando todo de lado y corriendo hacia mí.

Se arrodilló a mi altura mientras yo tambaleaba, con una expresión de sorpresa absoluta y los ojos llenos de una emoción contenida.

—Te levantaste… solito… —susurró, como si no pudiera creerlo.

-Daaaaaau

Yo emití un gritito alegre y me reí, sin poder contener el entusiasmo.

Agité los brazos, lo que me hizo perder el equilibrio, pero mamá me sostuvo antes de que cayera.

—¡Eres increíble! ¡Mírate! ¡mi bebé es tan fuerte! —dijo, levantándome en brazos y girando conmigo suavemente en el aire.

Sus risas llenaron la habitación como campanas suaves, y su mirada… era tan brillante que sentí que había hecho algo más que pararme.

Como si… en sus ojos, hubiera conquistado el mundo.

—Ya no eres tan pequeñito… —susurró, mirándome con dulzura—. Pero seguirás siendo mi bebé, ¿sí?

-buawuuuu

'por supuesto'- pensó leo con cariño.

Al dia siguiente por la tarde, después de la emoción de haberme puesto de pie ayer, mamá me dejó jugar cerca del ventanal, donde el sol acariciaba el suelo con calor suave.

Puso unas almohadas alrededor “por si acaso”, pero no dejaba de mirarme ni por un segundo.

Yo me apoyé en la madera del marco de la ventana, mirando hacia el bosque donde los pétalos de los árboles flotaban por el aire fresco como si tuvieran vida propia.

Durante los meses que estuve aquí mamá no me llevo fuera de esta casa por motivos de "seguridad".

Podía sentirlo… como un cosquilleo en el pecho. Algo dentro de mí me advertía que algo iba muy mal.

Pero eso ahora no es lo más importante.

Lo volví a intentar.

Intentar caminar otra vez.

Entonces, sucedió.

Un paso.

Uno.

Lo logré.

Mi pie se levantó, con inseguridad, y tocó el suelo delante de mí.

—¡Ah! —dije, sorprendido incluso por mi propio cuerpo.

Mamá se giró en ese momento, como si lo hubiera sentido en el alma.

—¿Lo hiciste? ¿Fue un paso de verdad?

Yo volví a intentarlo.

Esta vez, mi pie tambaleó, pero se adelantó.

Luego otro.

Uno más.

Me movía como si una cuerda invisible me tirara suavemente hacia ella.

Mamá se arrodilló, con los brazos abiertos.

—¡Vamos, cariño! ¡Ven con mamá!

Y entonces, sin pensar, sin saber siquiera de dónde vino, lo dije.

—Ma… má.

No balbuceado.

No confuso.

Claro.

Suave.

Real.

Ella se quedó helada.

—¿Lo dijiste…? ¿En serio? ¿Fue…?

Yo asentí, sonriendo, tambaleándome hacia ella con los ojos brillando.

—Mamá.

Ella me atrapó entre sus brazos justo cuando estaba por caer, y lloró.

No como cuando uno está triste.

Ella comenzó a llorar como cuando algo es tan grande, tan inmenso, que ya no cabe en el pecho mezclada con un sentimiento que no se podía describir.

—Oh,… tú… tú mi pequeño milagro realmente eres.....

Mamá me miró con lágrimas en sus hijos color ámbar.

-Mi bebé es realmente increíble.

'Por supuesto soy tu hijo mamá -penso el pequeño leo.

Mamá que me tenía contra su pecho, escuché su corazón que latía con fuerza.

Yo jugueteaba con uno de sus mechones de cabello azul, enredándolo en mis deditos.

Ella no hablaba.

Solo respiraba hondo, acariciándome la espalda, mientras su mirada se perdía por la ventana, allá donde el cielo empezaba a teñirse de naranja.

—Dijiste “mamá”… y caminaste hacia mí —murmuró, con la voz apenas audible.

Sus palabras tenían una dulzura distinta… como si algo le doliera suavemente por dentro.

Una puntada leve, escondida en el amor más puro.

—¿Sabes? A veces desearía que te quedaras así, tan pequeño… Para protegerte del mundo.

Yo la miré desde su regazo, con los ojos muy abiertos.

No entendía por qué su sonrisa era tan triste ahora, si hacía un momento reía.

—Es que el tiempo pasa… y tú crecerás. Un día caminarás más lejos de mi. Dirás otras palabras. Tendrás secretos que no compartirás conmigo —dijo mientras me limpiaba una lágrima que no había notado caer.

Afuera, una flor se abrió solita, sin viento que la tocara. Como si el mundo intentara consolarlo también.

—Pero ahora estás aquí. Y me miras como si yo fuera tu mundo entero… —apoyó su frente contra la mía, cerrando los ojos—. Ojalá pudiera guardar este momento en una botella de cristal y atesorarlo por siempre.

Yo extendí mi manita torpe y toqué su mejilla.

'no estés triste mama'.

Y en ese instante, algo cálido brotó de mis dedos. Pequeño. Inocente. Pero real.

Una lucecita suave, como una chispa de sol atrapada en el aire, se deslizó desde mi piel hacia la de ella. No ardía. No dolía. Solo… reconfortaba.

Mamá parpadeó, sorprendida, y luego se rió bajito, con lágrimas aún frescas.

—Tienes magia de consuelo… como esa persona. Cariño tu tienes un destino muy especial mi pequeño soñador a veces, ellos caminan por caminos demasiado tristes, solitarios y difíciles… pero también hacen cosas maravillosas.

'¿soñador?'

Yo no sabía qué significaba eso.

Pero sí sabía que quería que ella sonriera siempre.

Así que me acurruqué en su pecho, con un suspiro largo, como si me entregara de nuevo al nido cálido de su corazón.

Ella me abrazó fuerte.

—Está bien, cariño mamá te protegerá. … así que nunca por favor nunca lo olvides.

Y afuera, el sol desaparecía tras las colinas, tiñendo el cielo de dorado y violeta. Como nuestros colores.

Como si el mundo también compartiera la nostalgia de una madre…

Los días pasaron y practicaba diariamente mi andar o algo parecido para ser precisos.

Aunque solía cansarme el doble y dormía más de lo normal.

Mis esfuerzos dieron frutos y ahora puedo sentarme solo, levantarme con ayuda de los muebles, y dar pasos firmes aunque la mayoría de veces me terminó cayendo.

Mi cabello, que al principio era apenas una pelusita fina, ahora cae en mechones suaves, de un color que mamá siempre acaricia con fascinación.

—Tienes el cabello de un color muy especial, bebe —susurra, pasándome los dedos por él.

Mis ojos también han cambiado.

Ya no son simplemente grandes.

Mamá dice que parecen joyas violetas.

Yo no puedo verlos, pero la forma en que ella los mira cada vez me dice que hay algo especial en ellos.

—Eres distinto a cualquier niño que haya visto —me dice mientras juega con mis manitas—. Eres... como un pedacito de otro mundo.

Tiene razón.

Porque lo soy.

A veces, cuando estoy medio dormido en su regazo, los recuerdos vienen a mi mente con mucha claridad, no los puedo olvidar, se repiten como si estuvieran fueran una película, pero hay otros recuerdos que no puedo recordar en lo absoluto.

El sabor del aire quemado, el estruendo de pasos gigantescos,los gritos de las personas pidiendo ayuda, el frío de una soledad larga, muy larga.

Pero esos recuerdos se deshacen como niebla cuando mamá me canta.

Y ahora, con mis pequeñas piernas temblorosas, voy hasta ella cuando puedo ya sea gateando o intentando ponerme en pie.

La llamo con un sonido que aún se me hace extraño, aunque no lo digo bien todavía.

—Mamáaa —le grito con una sonrisa desdentada, estirando los brazos.

En mi otra vida aprendí que a veces los pequeños actos te dejan un recuerdo que jamás olvidarás aunque pasen los años, esos son recuerdos realmente valiosos para mi.

Ella se arrodilla enseguida, abre los suyos y me envuelve en un abrazo que huele a flores secas, leche tibia y a un hogar calido.

—Mi niño hermoso… mi pedacito de luna. ya casi tienes un año.

Yo no entiendo del todo qué significan algunas palabras.

Aún no entiendo bien este idioma, es diferente al de mi vida anterior, no es difícil pero no es que vaya a aprender todas las palabras en tan poco tiempo con este cuerpo de bebe.

Solo sé que he crecido.

Que me muevo más, que río más fuerte, que ya sé cuando algo me gusta… y cuando no.

Y sé, sobre todo, que mientras ella esté, este mundo, por más extraño que sea, es el lugar al que pertenezco.

'Gracias por tenerme mama'- penso el pequeño bebé mientras la noche caía.

^^^Editado^^^

1
Salomé Páez
Ojos
Salomé Páez
Demasiados espacios
Salomé Páez
Zero
Salomé Páez
Como es el nombre? zero, zone o zane? ya hay 3 nombres diferentes
Aly🍀: mi auto corrector 😔, no me había dado cuenta
total 1 replies
🔹Lili🔸🐦
Me dio ternura 😭😭❤️❤️❤️
🔹Lili🔸🐦
Que bonito 😭😭😔
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play