El amor es más antiguo que el tiempo, capaz de traspasar fronteras...
Por el amor se han cometido miles de locuras. ¿Qué tan dispuesto estás de arriesgar todo por 💘 amor?.
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13 LA IMPOSTORA
"No te límites, lucha por lo que quieres."
💝
La lluvia caía sobre los ventanales del palacio, pero dentro reinaba el silencio.
Kira se movía con elegancia de una reina entre los pasillos, su capa negra deslizándose sobre el mármol.
Quien la viera, pensaría que iba a rezar… pero los que la conocían sabían que cuando Kira caminaba en silencio, no rezaba: cazaba.
Habían pasado tres meses desde que Bárbara escapó de prisión. Sin dejar huellas de su paradero.
Aunque en el reino no descansaban, sabían que sus vidas estaban en peligro mientras esa mujer estuviese suelta.
Los rumores llegaban a palacio como susurros: habia una mujer recién llegada en la corte de la duquesa de Wexford, misteriosa, encantadora, con acento extranjero y una extraña familiaridad en la voz.
Kira lo había notado enseguida.
Mientras los demás se distraían con los preparativos para el aniversario real, ella observaba.
Analizaba.
Esperaba.
Una noche, durante una cena privada, se reunió con Yuveska y Aimara en el ala este, lejos de los oídos curiosos.
No hay duda. Esa mujer volvió y no es quien dice ser.
* ¿Y quién crees que sea? preguntó Aimara, aunque en su interior ya lo sabía.
Kira alzó una copa de vino sin beberla.
Bárbara Montilla.
Aimara se inclinó un poco hacia adelante.
Pero… su rostro es distinto.
Yuveska: La piel se puede cambiar, el cabello también…, pero la voz, la forma de moverse, y el olor… A serpiente venenosa jamás se pueden disfrazar.
Kira sonrió con admiración.
Sigues siendo la mejor cazadora del continente prima.
Yuveska arqueó una ceja.
Aprendí del mejor. Sacando una pequeña medalla plateada con una insignia en forma de lobo. Mi esposo no perdona a quienes tocan a su familia.
Aimara suspiró, casi divertida.
* Entonces la pobre de Bárbara no sabe que ya tiene a la mafia italiana y a la realeza británica detrás de sus huesos.
Y a la familia rusa observando dijo Kira con una media sonrisa. Nadie toca a mis hijos ni a mis nietos. Sin pagar el precio y esta vez no habrá misericordia.
Esa misma noche, en un salón de baile iluminado por candelabros, la duquesa de Wexford presentó a su nueva dama de compañía.
Una mujer alta, de cabello oscuro y ojos penetrantes.
Decía llamarse Litzy Moreau.
Pero cuando pronunció su primera palabra, su voz no dejo lugar a a dudas lo que hizo que Kira y Yuveska levantarán la cabeza desde el balcón.
Inconfundible.
Las mujeres sonrieron.
Bienvenida de nuevo, Bárbara susurró entre dientes Kira.
En los ojos de Yuveska? brilló una chispa peligrosa.
El lobo negro no era el único cazador en la familia.
...****************...
👑
El salón del consejo real estaba lleno de murmullos y perfumes caros.
Los representantes de las casas nobles, los ministros y los aliados extranjeros habían sido convocados para una reunión de Estado, aunque todos sabían que aquella cita tenía un propósito mucho más personal.
Su majestad Isayel entró elegante como siempre su vestido azul medianoche brillaba con reflejos plateados, la corona real reposaba sobre su cabello trenzado con perfección, y su sola presencia hizo que las conversaciones se extinguieran como velas sin aire.
* Majestades murmuró el canciller, inclinándose, la duquesa de Wexford desea presentar a su nueva consejera personal.
Kira asintió, cruzando una mirada fugaz con su esposo, Arthur, quien comprendió sin palabras que aquello sería una función digna de observar con atención.
Isayel y Adrick solo observaban.
Las puertas se abrieron, y el sonido de tacones finos resonó sobre el mármol.
La duquesa entró sonriente, escoltando a una mujer alta, de piel pálida y vestido de seda verde esmeralda.
Su cabello caía en ondas oscuras… su mirada era fría…
Y su voz, cuando habló, fue como una daga envuelta en terciopelo.
* Es un honor estar en presencia de Sus Majestades dijo con una reverencia. Mi nombre es Litzy Moreau.
El aire en el salón se volvió denso.
Arthur apenas notó un movimiento de Kira, una leve inclinación de la cabeza, una sonrisa tan pequeña que solo los que la conocían sabían lo que significaba:
La tengo.
Isayel se levantó lentamente, con esa calma que solo poseen los depredadores que no temen.
El honor es mío, señora Moreau. Su tono era tan suave que casi parecía cortesía. ¿De dónde ha dicho que proviene?
* De Marsella, majestad respondió la impostora. He servido a la duquesa durante el último año.
Kira quien también se había levantado, dio un paso adelante, girando alrededor de ella con elegancia felina.
Duquesa de Wexford, ¿Cómo está la familia?
La duquesa sintió una corriente fría
¡están bien su majestad!
kira me alegro,
Y.... Qué curioso… Porque yo estuve en Marsella el invierno pasado, y jamás escuché hablar de una dama con su acento.
Ah… Litzy tragó saliva con sutileza, mi familia vive en el campo, lejos de la ciudad.
Kira sonrió, inclinándose apenas para hablar más cerca.
Claro, claro. Su voz bajó hasta ser casi un murmullo que solo Bárbara pudo oír.
Aunque el campo francés no tiene acento latino … ¿no te parece, Litzy o debo llamarte Bárbara?
El corazón de la impostora se detuvo un instante.
Pero su rostro no mostró miedo, solo una sonrisa altiva.
* Debe haberse confundido su majestad, intentando mantener la compostura.
Kira enderezó su postura y alzó la vista hacia los presentes.
Seguramente. Pero confundir una voz… eso sí que es difícil.
Isayel, desde su asiento, sonrió en silencio. Aimara bajó la mirada para disimular su satisfacción.
Arthur observaba en silencio, sabiendo que su esposa acababa de marcar el primer jaque.
Ya sabían por donde empezar a investigar, quien era el que estaba detrás de todo ésto.
Angelo Wexford Andersen sobrino de su majestad Angelo Andersen el padre de Arthur.
Más tarde, en los pasillos, Isayel se acercó a Kira con una sonrisa divertida.
Madre, Le dio el golpe sin tocarla.
Kira arqueó una ceja.
Mi niña, nunca es necesario ensuciarse las manos cuando el enemigo se delata solo.
¿Qué haremos ahora? preguntó Aimara, que las alcanzó.
Kira se detuvo frente al ventanal, mirando el cielo gris.
Esperar. Bárbara no soportará que crea tener la ventaja. En cuanto cometa su primer error… caerá.
Yuveska con una media sonrisa, añadió:
Después de todo, queridas, el lobo negro ya está en camino.
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