Una niña que intenta buscar la atención de sus padres, pero su destino dice lo contrario: su padre y su hermano la odian, dejándola indiferente ante el mundo. ¿Cómo continuará su historia? Descúbrelo aquí.
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Capítulo 5
En este momento, Clara ya ha recuperado la consciencia y está sola aquí, no hay nadie más que el doctor Seno.
"Clara, ya has despertado", dijo el doctor Seno con dulzura.
"Agua", dijo Clara con voz temblorosa.
"Toma, bebe un poco, Clara", dijo el doctor Seno, entregándole una botella de agua.
"¿Dónde están mis padres, tío doctor?", preguntó Clara, cuyo estado era mucho mejor que antes.
"No hay nadie, señorita, solo vinieron tus empleados a verte. Tenían asuntos que atender y se fueron a casa", respondió el doctor Seno.
"Uf, parece que no tengo derecho a ser feliz, tío", dijo Clara con tristeza.
"Tío, ¿tengo derecho a ser feliz y sentir el amor de mis seres queridos?", preguntó Clara.
"Todos tienen derecho a ser felices, Clara, incluyéndote a ti. Así que no hagas caso a las palabras que te deprimen. Mantén el ánimo", dijo el doctor Seno con una sonrisa sincera.
"¿Cuándo lo sentiré, tío?", preguntó Clara.
Al escuchar las palabras de Clara, el doctor Seno suspiró profundamente. ¿Qué le pasaba a esta joven? ¿Qué estaba pasando en su interior?
"¿Cuándo me dará Dios la felicidad? Estoy cansada, tío. Solo soy un ser humano que puede sentirse cansado y agotado", expresó Clara.
El doctor Seno abrazó a la joven de inmediato, transmitiéndole fuerza a través de ese abrazo. Tampoco sabía qué hacer y estaba desconcertado por lo que le estaba pasando a esta joven.
"Tío, ya me siento mejor. ¿Puedo irme a casa?", preguntó Clara.
"No puedes irte a casa todavía, Clara. Tu condición aún no es estable. Al menos dos días más para que te recuperes por completo".
"Está bien, tío. Gracias por el abrazo. Aunque solo eres un médico, siento como si fuera el abrazo de un padre", dijo Clara con una leve sonrisa.
Al ver eso, Seno sintió la tristeza que estaba experimentando la joven.
Después de dos días hospitalizada, a Clara se le permitió regresar a casa. Solo pudo suspirar, ya que nadie había ido a recogerla ni siquiera a ver cómo estaba.
Caminó hacia un taxi y se dirigió a la mansión.
Al llegar, contempló la enorme y lujosa mansión. La mansión constaba de 6 pisos. Clara entró.
Lo primero que sintió al estar dentro de la mansión fue silencio, quizás porque su hermano se había ido a la universidad y a la escuela, ya que todavía era horario escolar. Su padre seguramente estaría en la oficina.
Clara subió las escaleras. Su objetivo era su habitación, quería acostarse inmediatamente en la suave cama.
"¡Dios mío, señorita Clara!", exclamó la señora Jum al ver a Clara caminando con dificultad, deteniendo sus pasos.
"Perdóname, señora, por no haber ido a verte, pero el señor me lo prohibió, señorita", dijo la señora Jum con tristeza.
Porque su jefe le había prohibido ir, así que obedeció por miedo a ser despedida.
Clara, al ver a la señora Jum preocupada, se sintió conmovida por la anciana.
"¿Por qué la señora Jum tiene que preocuparse por mí? ¿Por qué no mi padre y mi hermano?
"¿Por qué otras personas que no tienen ningún vínculo de sangre se preocupan por ella?.
"No te preocupes, señora, estoy bien", dijo Clara con una dulce sonrisa.
"Gracias por preocuparte por mí, señora", dijo Clara con sinceridad.
"De acuerdo, señorita. Venga, la ayudaré a llegar a su habitación".
"Ah, sí, señora. Clara se disculpa si alguna vez ha sido grosera con la señora Jum y la señora Ijah", dijo Clara con tristeza.
"No te preocupes, señorita. Entiendo perfectamente tu situación. Vamos, te ayudaré a llegar a tu habitación y te prepararé algo delicioso para comer".
"Gracias, señora. Muchas gracias".
