Contigo; Soy Otra

En los corazones de los presentes existen diferentes sentimientos, por un lado está Aldana bastante feliz por saber que su nueva amiga está transitando el proceso de divorcio; por otro, está Aarón disfrutando la agradable y tranquila vista que tiene, puesto que su alvinaa está frente a él, sonriendo y sonrojándose cada vez que lo observa, y por último, Yura siente los nervios a flor de piel, pero nada podría quitarle la plenitud que siente en su pecho al tener nuevamente a su pelirrojo, cerca de ella, disfrutando de un momento juntos, qué, aunque no estén en privado, puede darse cuenta que Aldana solamente está allí para ser intermediaria ante cualquier eventualidad. Puntualmente, para que no parezca una cita entre dos personas, sino simplemente, una salida entre amigos que cualquier medio de comunicación no malinterpretará.

La verdad es que no le interesa lo que puedan salir a decir otras personas desconocidas, pero en fin, mejor ser precavida antes de volver a vivir el infierno de aquellos golpes por parte de David. Aunque, para su punto de vista, es raro que haya permitido que fuese amiga de Aldana o que saliese con ella, sabiendo que puede encontrarse con Aarón, pero no le buscará una respuesta, ya que con este día podrá tener un nuevo recuerdo.

— Bueno, hemos hablado bastante de mí— señala Yura haciendo que Aldana se ponga seria de repente.— Pero, dime tú…— mira a su nueva amiga— ¿Tienes pareja?

— No, querida, el amor no va conmigo— se ríe traviesa.— Creo que los Suárez estamos en la tierra para sufrir amores juveniles.

Aarón disimuladamente golpea a su hermana por debajo de la mesa, nuevamente, tratando de que cierre la boca ante esa confesión que claramente despertará la curiosidad en su ex amiga.

—¿Amores juveniles?— repite la albina en tono de pregunta— ¿Qué quieres decir?

— ¡Ah, es qué…!— ella realmente quiere decir la verdad, pero Aarón se adelanta.

— Ella sigue enamorada de un hombre que fue su compañero de estudios en la adolescencia.

— Es un poco frustrante, pero romántico, que sigas conservando esos sentimientos.— responde Yura.

— ¿No crees que es una idiotez?— cuestiona Aldana creyendo que se iría a burlar.

Lo que dijo su hermano es totalmente cierto. La pelirroja está enamorada de un hombre que ya hizo su vida con otra mujer, así que su ilusión y esperanza, terminó al verlo dar el sí en la iglesia, a la cual asistió hace varios años atrás.

En ese entonces, el hombre en cuestión se enteró de los sentimientos que albergaba la linda Aldana, pero solamente la consideraba compañera de trabajo y de igual manera, a pesar del dolor que sabía que causaría, la invitó a su boda.

— No soy la persona ideal para reírme de algo así— contesta Yura mientras alza los hombros.

— ¿Por qué?— cuestiona la pelirroja.

— Por nada— esquiva la mirada de los presentes y termina su café.

— ¿Te has enamorado de algún amigo?— sigue indagando ella mientras su hermano la mira en silencio.

Aarón también quiere saber por qué Yura ha respondido así, ¿será posible que ella se enamoró de un antiguo compañero y nunca se dio cuenta? Pero, si es así, ¿por qué no se lo dijo a él?

Su seño se frunce ante ese pensamiento y empieza a cuestionarse cosas nada agradables, ¿sería aquel chico nuevo? En ese entonces, todas estaban detrás de él y es posible que ella también. ¿O sería, justamente, el chico que les hacía bullying? Que claro, entendería el por qué no se lo diría y es que cualquiera la trataría de loca o que tuviese el síndrome de Estocolmo, aunque no tan dramático como un secuestro, pero sí la parte de enamorarse del agresor.

—Mi hermano se enamoró en la Universidad y sigue idiotizado por ella— menciona Aldana revelando cierta parte, ya que se dio cuenta de que Yura no contestaría y Aarón está bastante pensativo.

El último mencionado abre los ojos por la sorpresa y jadea al sentirse expuesto delante de su amor imposible.

—¿En serio? – Yura lo mira un poco incrédula porque nunca se enteró de tales sentimientos, y aunque disimula, le duele saber que él sigue siendo ‘’fiel’’ al amor por una sola mujer, por lo que puede suponer que jamás podría conseguir una oportunidad.— Lo mantuviste en silencio— reclama haciendo un gesto infantil— Yo era tu mejor amiga y nunca me lo dijiste.

Si Yura tan solo supiera lo que esa simple mueca ha causado en él, tal vez lo viviría haciendo para provocarlo.

— Tú también has guardado un secreto por muchos años ¿no?— contraataca en el mismo tono de reclamo, pero seriamente, sin gestos ni muestras graciosas.

Es cierto que ella no puede mencionarle al mundo entero lo que siente en su corazón, pero él se supone que era su mejor amigo y nunca se enteró de nada.

— Solamente lo sabe una persona— menciona un poco incomoda, solo para demostrar que no es del todo secreto.

— ¿Quién? –cuestiona Aldana— ¿Un nuevo amigo?

— No— niega de inmediato— David.

— ¡¿TU ESPOSO?!— Grita ella muy sorprendida.

La mirada de la pelirroja pasa de Yura a su hermano, el cual tiene la mandíbula apretada por la respuesta y es que, parece que a pesar de que se van a divorciar, hay demasiada confianza para que el sepa tal cuestión.

— Lo descubrió solo— responde Yura en defensa.

— Me imagino que no le gustó mucho— agrega Aldana sabiendo que ella misma hubiese creado una pelea por esa noticia.

— Para nada— es lo único que dice Yura.

— En fin, ¿puedes decir quién es?— indaga curiosamente la mayor. –Es que debo golpear al idiota que no te ha mirado bien.— bromea haciendo reír a los presentes.

A una parte de él le agrada saber que ella está a punto de divorciarse, pero lo malo es que podría reunirse con ese hombre que ama y de su lado nadie podrá apartarla.

— No puedo decir su nombre –responde incomoda, sabiendo que ‘’ese hombre misterioso’’ está frente a ella.

Yura se sonroja al sentir la mirada de Aarón sobre su cuerpo, erizándole la piel, sin tener conocimiento.

Su mente pasea en la posibilidad de decir todo frente a los Suárez, pero, ¿cómo reaccionaría él? Seguramente, pondría el grito en el cielo por tal locura, además la odiaría o le contestaría que solamente la ha visto como ‘’una hermanita’’ y eso sería la misma mierda que rompería su corazón, una y otra vez, cada vez que lo recuerde.

—¿Por qué? ¿Es casado?— indaga Aldana y es que, parece no querer rendirse después de saber que Yura sigue enamorada de alguien que conoció en su adolescencia, pero el motivo es compararlo con su hermano y descubrir en qué puede perder.

— Creo que está soltero— responde la albina, en base a suposiciones, porque en realidad, al no estar solos, no puede preguntarle a Aldana si su hermano tiene a alguien en Francia, y delante de él, directamente, no se anima.

Él empieza a recordar a los hombres que fueron sus compañeros de clase y que actualmente están solteros, calculando uno a uno, cuál podría ser el que ella ama.

— Por lo menos tienes oportunidad con él cuando te divorcies— menciona Aldana— Mi hermano la tiene un poco más complicada.

— ¿Por qué?— cuestiona Yura.

— Ella está casada— responde Aarón con la voz ronca.

Ahora es ella quien repasa con su mente, cuales son las mujeres que conoce y están casadas, haciéndole saber que la lista es larga.

—Tienes mala suerte— responde ella mirando a su ex amigo y él asiente.— Pero, ¿alguna vez se lo dijiste?

—No, ella jamás supo que me gustaba. Menos ahora— contesta con sus ojos brillantes, ¿qué lo tiene así? La hipnótica mirada de Yura y cada gesto articulado.

Además, esa salida ha salido mejor de lo que esperaba y es que sinceramente, no creyó que podrían hablar tan cómodamente, pero sí, es posible.

¿Por qué siempre se vuelve tan fácil estar con ella en la faceta amistosa y no en un sentimiento más profundo? ¿Cómo puede ser que la vida no le haya dado la oportunidad de que sean una pareja?

Simples preguntas que todavía no tienen respuesta porque el destino no lo quiere así, por ahora.