En sus últimos momentos antes de morir en las manos del héroe del mundo, Sirius aquel que eligió ser un villano cae en conciencia de sus acciones y se arrepiente de todo el mal que ha causado en especial a los que un día fueron sus seres queridos. Solo al enfrentar la muerte entiende lo lamentable que fue el camino que eligió y con sus últimas fuerzas pidió a los cielos por que le dieran una nueva oportunidad. Sin saber que era escuchado por alguien en las alturas que le otorgó tal milagro.
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Capítulo 5: El Héroe (2)
Anton Tempest era un joven de la misma generación de Sirius y Rebecca. Desde pequeño fue un prodigio que ya dominaba la etapa del despertar además de contar con las enseñanzas de uno de los 12 portadores más poderosos, el cual también era su figura paterna. Estos detalles Sirius solo los supo más adelante cuando investigo acerca de su pasado.
Su maestro había mandado a Anton al mundo para que viviera nuevas experiencias qué le permitieran madurar, todo bajo mantener el secreto de su origen y de quien era discípulo.
Fue así como conoció a Rebecca en aquel incidente con los ladrones, Anton la salvo en la primera vida del mismo modo como estaba por hacerlo ahora. Aquí la historia del héroe tomaría forma al salvar a la joven está lo llevaría a conocer a su familia para pagar por su buena acción. Después de eso Rebecca lo tomaría como su guardia personal y gracias a eso el tipo podría entrar a la Academia de portadores donde tendría grandes logros.
La historia de estos dos estaba destinada a ser una, ya que juntos formarían uno de los grupos de asalto más hábiles en batalla contra las bestias y demonios espirituales.
A Sirius no le importaba interferir con el camino de Anton, uno de sus objetivos era matarlo, pero quería hacerlo sin tomar ventajas cobardes.
Anton era fuerte, ese poder que exudaba producía qué todos los ladrones se pusiera en guardia temerosos que un solo movimiento de aquel hombre los matará.
Anton amplío el rango de su aura, concentrándose para mezclar su energía con la del viento y por un momento fue como si corrientes de aire lo envolvieran.
-Será rápido-Sentenció Anton
En un instante se movió tan veloz que los ladrones apenas tuvieron tiempo de reaccionar. El cuerpo de Anton se borró y en su lugar solo se podía ver una ráfaga qué se lanzaba en contra de cada uno de sus enemigos.
En menos de un minuto una docena de los Cuervos quedaron inconscientes debido a golpes críticos en sus nucas.
Los que quedaron de pie huyeron aterrados al sentir la enorme presencia que el joven héroe les transmitía. Anton solo los miró partir en lugar de ir por ellos, él fue a levantar a Rebecca.
-¿Te encuentras bien?-Le preguntó
Rebecca que un principio se sintió también aterrada ante aquel despliegue de poder pudo calmar sus miedos al ver la brillante sonrisa de aquel chico de su misma edad.
-S, si G, gracias
Apenas trataba de levantarse cuando sintió desfallecer sus pies. Anton la sostuvo sin dudarlo.
-Con cuidado-Le dijo
-Le, le debo mi vida-Musito Rebecca
-Ningún hombre con alma se quedaría de brazos cruzados al ver semejante escena-Comentó orgulloso Anton
Rebecca miró lo que quedaba de sus guardias no eran más que trozos sin forma sintió ganas de vomitar.
-Eso ladrones ¿murieron?-Le preguntó
-Solo los noquiee estarán así un buen rato, lo suficiente para que las autoridades los encuentren-Comentó el chico
-¡Oh! Perdone joven héroe ni si quera he preguntado el nombre de mi salvador
-Ja, ja, ja no hay problema dado lo ocurrido me imagino estará asustada, soy Anton Tempest, solo dígame Anton
-Un placer Señor Anton, yo soy Rebecca Luna, le agradezco él haberme salvado la vida
-Solo dígame Anton sin honorífico como puede ver soy solo un vago señorita Rebecca
-Yo, yo no podría señor Anton usted me ha salvado por lo cual le debo respeto
-Vamos solo dígame Anton, yo le llamaré Rebecca si no le molesta claro
-O no, no me molesta
-Entonces usted también...
A lo lejos Sirius se impaciento de su aburrida plática quería que se fueran de una vez por todas para ir a saquear a los ladrones. Además, el solo ver a Anton le irritaba, su cara blanca, pelo rubio, su personalidad tranquila y sobre todo el poder que portaba. Siempre que se topaba con aquel tipo sentía que estaba un escalón abajo, incluso ahora que había retrocedido en el tiempo. Parecía que su destino era estar en la sombra de aquel payaso como lo veía Sirius.
Cuando por fin los dos héroes se fueron Sirius suspiro aliviado pues podía cumplir con su meta.
Comenzó a examinar cada uno de los ladrones en búsqueda del anillo de camuflaje, le fue difícil, ya que parecía que no todos lo llevaban. Mientras los registraba también los apuñalaba usando sus propias armas.
Él no era como Anton jamás dejaría vivo a alguien que más adelante le podía traer problemas. Cuando llego al cuerpo del que recordaba era el jefe de los ladrones por fin tuvo buenos resultados y pudo encontrar el anillo. Se lo arranco de un tirón y lo contemplo triunfante. Era un anillo oscuro con símbolos grabados, emanaba energía pura una firma sin duda de su creador.
Sirius estaba por probar el anillo cuando de repente sintió una energía sus espaldas qué le erizo todos los bellos del cuerpo. La figura de un hombre emergió del bosque, con una voz gruesa y fría le dijo:
-Sentí un poder inusualmente grande por aquí y vine a su encuentro, pero por lo que veo el usuario ya se ha marchado
Un hombre con una máscara de gato blanco apareció. Era delgado casi frágil, pero había algo en su energía qué le producía escalofríos.
-Veo que eres un buitre chico, ¿Tanto necesitas ese anillo?
Sirius no respondió, intento adivinar en que etapa está aquel hombre, pero no podía hacerlo, lo que le decía que estaba en un nivel por encima de él.
-Yo cree ese anillo sabes - Comentó el tipo en tono tranquilo-Use algunos huesos de bestias y de portadores para hacerlo, es todo un objeto único
A medida que el hombre se le acercaba Sirius sentía un miedo tremendo. Como si viera a la muerte nuevamente de frente, sin darse cuenta libero su aura rojiza. El hombre sonrió al verlo.
-Tienes buenos instintos, chico, supongo que te diste cuenta de que no puedes vencerme así que ¿Qué es esto? ¿Tratas de intimidarme con esa aura de muerte qué portas?
Sirius trago saliva.
-Eres integrante chico, un alma como la tuya necesitaría años para corromperse de tal forma o la menos haber cometido un genocidio, pero eres muy joven y débil para eso... Así que no me explico como alcanzaste tal color... Ja, ja, ja aun así te quedas atrás de mí también en eso
El hombre liberó su aura, esta no era de ningún color brillante, ni siquiera rojo sangre como la de Sirius. Era negra como la noche misma. En esta vida ni en la otra conoció un aura igual.
Sirius supo que se había topado con quien no debería.