Irina ha amado con locura, hasta el punto de negarse a sí misma en pos de buscar el amor de ese hombre que ni siquiera se preocupa por ella.
Luego de tres largos y dolorosos años decide dar vuelta la página y continuar con su vida sin él. Llegó el momento de dejar de amarlo para amarse a sí misma.
_ Por favor regresa_ le dijo Louis postrado a sus pies.
_¿Te conozco?_ preguntó ella con burla en los ojos para luego continuar su camino ignorando al hombre que seguía postrado en ese lugar.
NovelToon tiene autorización de Betsi para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
No era el fin, sino el principio
Sin demoras Louis llegó al departamento que él mismo le ha comprado a Sylvie. Entró con premura por la puerta y caminó apresurado hacia el dormitorio en donde sabía que se encontraba la mujer. Al entrar la pudo ver ahí, tirada en el piso en posición fetal llorando, junto a ella se encontraba una pequeña navaja de afeitar. La escena había sido montada con total perfección y el hombre impasible la compró sin ningún problema.
Louis se colocó a la altura de Sylvie, la tomó en sus brazos y la acunó como si ella fuera un pequeño bebé indefenso que necesita ser consolado. La mujer se aferró a su pecho y lloró de manera descarnada. Era algo que, para el que no supiera que era fingido, le rompería el corazón.
Tranquila, yo estoy aquí, te voy a cuidar y proteger te lo prometo le habló suavecito, intentando calmarla y que dejara de llorar.
Lo siento, soy una carga para ti... soy una carga es mejor que me dejes ir mi querido Louis... ¡lo siento tanto! lloraba cada vez con más fuerza aferrada a él.
Shhh... Nunca serás una carga ya te lo he dicho, yo voy a cuidarte y protegerte poco a poco ella dejó de llorar y se fue calmando.
Louis la llevó hasta la sala, la sentó en el sofá y tomó su teléfono para pedir comida, ya que ella no estaba en condiciones de quedarse sola. Lo lamentaba por Irina, una vez más no iría a casa. A decir verdad no recuerda cuando fue la última vez que fue a dormir a su casa de casado. Si no dormía en el departamento de Sylvie lo hacía en la habitación de su oficina. No se sentía culpable, su matrimonio no había sido por amor, no de parte de él al menos y los beneficios que había recibido Irina al convertirse en su esposa eran suficientes, después de todo, debía agradecer ser parte de la familia Black. Si Sylvie no se hubiera marchado estando a punto de casarse él no le hubiera pedido a ella que ocupara su lugar. Sí, eso había hecho, ocupar el lugar de la mujer a la que él amaba y que lo había abandonado.
En ese momento la furia lo había consumido, el dolor y el rencor se apoderaron de su alma y recordó a la niña becada que siempre lo miraba con amor. Había sido objeto de burla de todos sus amigos por causa de la insípida chica que no apartaba nunca los ojos de él. Eso fue durante toda la época escolar, luego también en la universidad, aunque ella es varios años menor, pero al parecer se había adelantado un poco por su gran inteligencia.
Louis no estaba muy seguro del por qué ahora pensaba en ella, era algo que lo tenía desconcertado. Lo cierto es que la niña insípida terminó siendo una joven demasiado hermosa. Era en realidad como un ángel. Su suave piel lo llamaba a cada paso, deseaba con locura su cuerpo y pasar las horas enterrado entre sus piernas. Pero desafortunadamente las crisis de Sylvie eran cada vez más frecuentes lo que lo llevaba a no poder ir a casa a desahogar sus pasiones y dejar fluir su instinto. Ella era su esposa, aunque no la amara y no pretendía serle infiel con ninguna mujer, por lo que esa noche tenía realmente fuertes deseos de poder ir a verla. Ahora comprendía por qué pensaba en ella, tenía un deseo sexual que estaba siendo reprimido desde hacía bastante tiempo. En cuanto Sylvie se durmiera él iría a verla, necesitaba saciar su cuerpo, más después de verla ese día tan hermosa y radiante. Una luz diferente brillaba en su rostro. Era algo que no recordaba haber visto.
Se sentó junto a su protegida a esperar pacientemente su comida, deseando que la joven se durmiera para poder ir a casa, ya de solo pensarlo su sexo le palpitaba y debía acomodar su pantalón para evitar que ella pudiera verlo.
Irina estaba sentada sola, una vez más, cenando algo ligero. Hoy tenía hambre, no pensaba descuidar más su cuerpo, no se iba a seguir castigando por culpa de un hombre que no había sabido amarla. Se reía sola y se burlaba de sí misma. Por un momento pensó en que quizá esta vez él cumpliría e iría a casa como le había dicho. Que ilusa que era, a él no le importaba si ella vivía o moría, él solo tenía un lugar en su corazón y ese era para Sylvie.
Estaba tranquila sola con sus pensamientos cuando escuchó un gran estruendo en la puerta.
Muchacha inútil, ¿dónde te encuentras? Irina rodó los ojos con fastidio, lo único que le faltaba era tener que aguantar a la insoportable de su suegra que viene a humillarla y molestarla un día más.
_ ¿Qué desea señora Mercedes?
Eres una insolente y una inútil, esta casa se cae de mugre, no sirves ni para limpiar el desagrado y el desprecio se veían y se oían en cada palabra y cada gesto de la mayor.
En una semana es el aniversario de Industrias Black, debes ocuparte de todo, lo relacionado a la comida y la decoración, a ver si dejas de ser un inútil de una buena vez
Lo siento, pero yo no puedo ni quiero hacerlo, creo que ese lugar le corresponde a usted, su hija o... Sylvie había un desafío palpable en las palabras de la joven que parecía que no iba a ceder nunca más ante esas personas.
_ ¿Cómo te atreves? Más vale que lo hagas o de lo contrario le diré a mi hijo que se divorcie pronto de ti, aunque eso es lo mejor que puede hacer a decir verdad.
No hay problema, dígale a su hijo lo que desee, me tiene sin cuidado
_ Eres una arrastrada, ahora veo que por fin estas dejando ver tus verdaderos colores, parece que te cansaste de fingir ser buena. Pero te seguro de que te arrepentirás de todo lo que estás diciendo en este momento.
Después de decir estas palabras la mujer se fue como había llegado dando un golpe en la puerta con suma rudeza.
Un nuevo suspiro dejó escapar Irina de sus labios, esta sería la última noche que pasaría en esa casa y sería la última vez que esa mujer le hablara de esa manera.
A veces se preguntaba como hacía el señor Black para aguantar a esa mujer y esos hijos que tenía siendo él un hombre tan cálido y bueno. En fin, se dijo mientras se levantaba a limpiar lo que había ensuciado. Mañana será un nuevo día lo mejor es ir a descansar por fin.
Con calma y parsimonia subió las escaleras. Ya su ropa y sus cosas estaban en la valija, solo una eso era todo lo que necesitaba para guardar tres años de su vida. Era realmente una mujer patética, se burlaba de sí misma con una gota de autodesprecio y autocompasión. Pero mañana sería un día nuevo y nuevas posibilidades se habría paso para ella. Sabía que este no era el fin, sino tan solo el principio.
"__"
Hola a todas!! Muchas gracias por seguir mi historia. Espero que esté siendo de su agrado, y si lo es les pido que me regalen sus me gusta. También las invito a leer mis otras dos historias, una está en su tramo final y la otra ya la he concluido.
Les dejo un nuevo capítulo y espero poder seguir los próximos pronto.