Después de un año de lo sucedido todo sufrió un cambio. Emily tratará de detener una inminente guerra entre ambos mundos, pero antes tiene que revelar secretos que le dirán quién es en verdad, pero no será la única que buscará respuestas en esta lucha.
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Capítulo 4 - Una Nueva Misión
Los templari regresaron al monasterio y mientras los demás se dirigían a sus habitaciones, Lexa camino al salón del consejo quienes no la recibieron de una gran manera.
— ¡Tu misión era sencilla! — Exclamó uno de los sacerdotes mientras la abofeteaba.
— Lo sé y falle, pero su santidad — Respondió con dolor.
De nuevo el sacerdote abofeteó a Lexa haciendo que sangrara de su boca.
— Hay algo más su santidad — Dijo mientras se limpiaba la sangre.
— Habla entonces — Respondió con frialdad.
— La armas... tienen algo muy extraño dentro de ellas, brillaban y me hacían sentir una conexión extraña — Confesó la chica.
El sacerdote principal quedó en silencio y pensativo ante tal confesión, los demás sacerdotes susurraban los unos a los otros en un tono de voz incapaz de ser entendible.
— Hay una nueva misión que debes cumplir — Mencionó el sacerdote principal.
— ¿Cuál es? — Respondió rápidamente Lexa.
— Existe un objeto capaz de destruir ciudades enteras; se dice que se encuentran al inicio de tierra santa, pero... —
— ¿Cuál es el problema? — Cuestionó Lexa.
— Primero debes buscarla — Agregó uno de los sacerdotes.
— ¿Buscar a quién? —
El sacerdote principal se acomodó en su silla y tragando saliva comenzó a narrar:
“Esa noche... cuando los seres del infierno atacaron la ciudad hubo una mujer capaz de darles frente, pero así como llegó... desapareció. No sé sabe su paradero exacto; lo único que oímos fue una noticia donde una mujer atacó a varios oficiales en una ciudad muy alejado de aquí.
Tu misión es encontrar a esa mujer y traerla ante nosotros para así poder obtener esa reliquia capaz de enviar al infierno a todos esos seres que habitan entre nosotros.”
— Entiendo... ¿Por dónde empezó? — Cuestionó ella.
— Irás a esa ciudad junto a los demás ya que necesitarás ayuda — Respondió el sacerdote principal.
Lexa salió del salón principal y caminó a su dormitorio. Ya en él, tomó de nuevo aquel libro donde venía la historia del trono de oro, sus esperanzas seguían vivas y algo le hacía creer que esa mujer tenía algo que ver con todo eso.
Al día siguiente Lexa junta al escuadrón de los templari salían de la ciudad en un avión privado. Durante todo el trayecto Lexa no dejaba de pensar en aquel trono y lo importante que era esa mujer para los sacerdotes ¿Acaso existía alguien capaz de hacerle frente a esas criaturas?
El avión ya estaba fuera de Scarlet Wonder sin ser detectado por la seguridad de dicha ciudad o eso creían ellos. Erick al saber que un avión salió de prisa y por una ruta discreta ordenó mandar un escuadrón para seguirlos en total silencio y traerlos de regreso vivos o muertos.
El avión llevaba volando aproximadamente 3 horas desde que dejaron la ciudad; Lexa seguía igual de pensativa, pero los demás miembros del escuadrón se encontraban charlando y disfrutando del viaje hasta que el radar marcó un objetivo detrás de ellos así que alistaron sus armas y dieron aviso a Lexa que rápidamente salió de la zona trasera del avión y caminó a la cabina.
— ¿Qué ocurre? — Preguntó seria.
— Algo nos sigue — Respondió el piloto señalando al radar.
— Enciende la cámara B — Ordenó.
El copiloto obedeció la orden y la cámara mostró un avión militar a unos metros detrás de ellos.
— ¡Mierda! Ese maldito de Erick — Murmuró.
— ¿Qué hacemos líder? — Preguntó el piloto.
— Pierdelos, no podemos poner en riesgo la operación — Respondió mientras miraba la pantalla.
El piloto empezó a maniobrar para perder al avión de atrás, pero este le seguía como una sombra. Al ver esto Lexa ordenó lanzar un misil sólo para distraer a sus perseguidores mientras ellos aterrizaban de emergencia; el piloto así lo hizo, lanzó el misil y explotó a un costado del avión enemigo haciendo que se alejarán para evitar recibir daño alguno.
El avión que transportaba a los templari aterrizó y ahora la misión había cambiado a una incursión a pie.