Mi Vida Después De Sufrir

Tuve que salir de la isla mi madre estaba paranoica decía que yo no tenía intención de vengar a mi hermana y como se supone que nosotros no sabemos la razón por la cual ella tomó esa decisión mi mamá insiste en que me acerque a la hermana de Ana, mi madre no tiene ni idea de Ana y así lo mantendré por un tiempo no quiero que ella interfiera en mis planes, Alicia también está presionando para que la haga mi novia, solo que está mujer me tiene harto no la soporto están distinta a su hermana, aunque en el fondo deben ser iguales al final llevan la misma sangre.

Hoy tengo una cena con esta nefasta familia y aunque los odio me toca ir son cosas de trabajo.

Alicia: Gabriel al fin llegas, ven pasa mis padres te están esperando.

Gabriel: buenas noches, Alicia, entonces no los hagamos esperar más.

Catalina es la mamá de Ana y Fernando el papá, Ana se parece mucho a su mamá, los mismos ojos azules y su rostro realmente son mujeres hermosas, mientras que Alicia se parece más a su papá aunque tiene rasgos parecidos a los de Ana, solo que no saco los ojos azules y es raro porque todos en la familia de Catalina tienen esos ojos.

Fernando: Gabriel hijo, bienvenido a mi humilde hogar, por favor pasa ya ordeno nos sirvan la cena.

Catalina: un placer tenerte en esta tu casa.

Gabriel: señora un placer estar aquí está noche con ustedes, espero que sea una reunión productiva.

Alicia: no todo será trabajo hoy verdad?

Fernando: no seas malcriada hija, Gabriel tiene varias cosas que hablar con nosotros así que pasemos al comedor y vamos hablando.

La noche se me hizo larga esta cena estaba tan aburrida, me hacía falta algo y fue cuando recordé a mi hermosa Ana haciendo que me moleste con sus palabras hirientes, al recordar lo hermosa que se veía cargando a la bestia peluda que le regale, no sé qué me está pasando por qué siempre viene a mi mente esa niña, decidí esa noche no regresar a la isla debía poner distancia, yo tenía una meta y no era fijarme en esa mocosa sin educación y mal hablada, después de aquella cena Alicia estaba más pegada a mí y mi madre arrojándome a los brazos de ella, no la soporto solo ver su cara de hipócrita me revuelve el estómago y así pasaron cuatro años, no tenía pensando pasar tanto tiempo lejos de Ana, pero así se dieron las cosas y, por un lado, estuvo bien pues deje de pensar en ella y de vez en cuando salía con una mujer por ahí a divertirme, mañana la mocosa cumple años y pienso que es hora de regresar, al hablar con ella por teléfono me doy cuenta de que su manera de expresarse hha cambiado y por lo que me han dicho toda ella ha cambiado, el día de volver al fin llegó, salir de la ciudad me hará bien y así atiendo lo que es mío, me despedí de mi madre la cual últimamente sé la pasa de un lado a otro con Alicia, creo que hasta le cae bien cosa que me da más miedo, Alicia siempre de regalada insinuándose a mí y pensar que me casare con una copia de ella me eriza la piel, subí al avión y me cambié en el camino, mandé a organizar todo para mi llegada y que no le dijeran nada a Ana, quería ver su cara cuando me viera de vuelta.

Al llegar me quedé un rato en el jardín, el cual estaba más bonito según me dicen los empleados Ana se ha hecho cargo de algunas cosas de la casa, que parecía la dueña y ama de la casa, moría por ver su nueva faceta.

Me quedé sentado en el jardín esperando a que bajara en el pasado, ella no tardaba tanto así que envié a la señora Lucia por ella.

Estaba de espalda viendo al jardín cuando escuché pasos a mi espalda voltee a ver y mire al ángel más hermoso que jamás mis ojos vieron, ya no era la misma niña desaliñada que traje a casa, ahora se veía como toda una dama, ese vestido rojo le quedaba perfecto pegado a su cuerpo y que cuerpo tiene esta mujer, pero había algo distinto en su rostro, en su mirada se reflejaba algo más, ya no me miraba con miedo, ya no me miraba como antes, ahora en su rostro había un vacío, algo inexplicable, era como si ya Ana no viviera en ella.

Ana: buenas noches, señor Bell, es una sorpresa verlo por aquí.

Gabriel: buenas noches, señorita Leal, esta es mi casa y puedo venir cuando quiera.

Ana: así es señor Bell, me retiro no quiero incomodarlo.

Gabriel: no te he dicho que puedes irte, siéntate y comparte conmigo esta noche, además te ves muy hermosa y no vamos a desperdiciar tanto esfuerzo de tu parte.

Ana: como usted diga señor. Señora Lucia por favor traiga algo de beber al señor y a mí por favor, está noche celebraremos el regreso del patrón.

Sabía que me estaba provocando y aunque ya no lo hacía tan abiertamente como antes, sé que en sus palabras se esconden miles de dardos lanzados hacia mí.

Gabriel: no solamente vamos a celebrar mi regreso, también vamos a celebrar tu cumpleaños y nuestro compromiso, regrese por esa razón es hora de casarnos y que la sociedad sepa de ti.

Ana: ok celebremos esos dos acontecimientos que he estado esperando con ansias.

Gabriel: has cambiado bastante, ahora te ves más segura de ti misma y por lo que se fuiste muy buena en tus estudios, estoy seguro de que triunfarás en el mundo de la moda.

Ana: como se puede triunfar siendo un pájaro enjaulado.

Gabriel: Toma lo que la vida te está dando y transformalo en lo que tú quieras y verás que triunfarás en la vida.