Calvin Cole, un valiente bombero de Chicago, vive intensamente su misión de salvar vidas, pero guarda un secreto sobre su orientación sexual y un amor silencioso por un compañero.
Un día, tras una jornada agitada en el cuerpo de bomberos, Calvin es invitado por su colega Frank a su casa, donde surge un encuentro amoroso. Frank ya sabía que Calvin era gay, al igual que él. Tras este encuentro, recuerdos del pasado vuelven a la superficie.
Dereck Clark, un médico prometedor, enfrenta desilusiones amorosas, y sus dudas sobre el amor crecen con cada relación que mantiene.
Pero el destino decide unir a dos corazones heridos: Calvin y Dereck se encuentran en una situación inesperada donde verdades ocultas saldrán a la luz.
Ciertas circunstancias los llevan a cuestionar sus decisiones pasadas. En esta trama apasionante, Calvin y Dereck descubrirán que el amor y la felicidad pueden renacer de las chispas de una pasión que trasciende el tiempo.
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Capítulo 5
Calvin se despojó de la camiseta que llevaba Frank, ambos ya en plena efervescencia. En cuanto se deshizo de la prenda, Calvin comenzó una serie de caricias sobre el cuerpo de Frank, mientras éste le acariciaba los brazos.
Las manos de Frank exploraban suavemente el pecho de Calvin, mientras éste se entregaba a los besos que se extendían por su cuerpo. Con sutiles movimientos de cadera, intentó aumentar la intensidad del contacto, notando la excitada respuesta de Calvin.
Interrumpiendo sus besos en el cuerpo de Frank, Calvin dirigió su atención a los labios del otro hombre, profundizando la conexión entre ellos. Tras unos minutos de caricias, Calvin cambió a Frank de posición y lo tumbó suavemente en el sofá. Siguieron nuevos besos, recorriendo el pecho y el estómago del hombre más pequeño.
Los besos cesaron y Calvin dirigió su atención a los pantalones de Frank. Se desabrochó el cinturón con una mirada sugerente, mostrando una sonrisa de lado que insinuaba una idea intrigante. Hábilmente, convirtió el cinturón en un brazalete y lo colocó alrededor de las muñecas de Frank, que respondió con un mordisco en los labios, indicando aprobación.
Calvin colocó las manos de Frank por encima de su cabeza, deslizando las suyas por el pecho del otro hombre. Sus dedos volvieron a los pantalones, desabrochándolos y deslizando la cremallera hacia abajo. Con cuidado, empezó a quitarse la prenda, manteniendo un ritmo que hacía crecer la tensión entre ellos.
Detuvo el proceso al llegar al tobillo y se quitó las zapatillas que llevaba Frank. Sólo entonces procedió a quitarle los pantalones, dejándole sólo en bragas. Calvin, de pie, aprovechó para desnudarse también, pero no volvió inmediatamente al sofá. Se quedó allí, observando a Frank tumbado con las manos atadas, incapaz de ocultar la evidente excitación que la escena despertaba en él.
- Tengo que confesar que he imaginado esta escena unas cuantas veces, pero ahora que está sucediendo, es mucho mejor de lo que nunca imaginé.
Después de decir estas palabras, Calvin volvió al sofá y comenzó una serie de besos por las piernas de Frank, subiendo hasta su zona íntima. Hábilmente pasó la lengua por la tela, provocando gemidos de placer en Frank.
Calvin se burló, acariciando sin tocar directamente la piel del otro, intensificando aún más la tensión. Sólo entonces decidió eliminar la última barrera. Al igual que había hecho con los pantalones, se levantó para quitarse los suyos. Mientras lo hacía, fue observado por Frank, cuya expresión en ese momento seguía siendo un enigma indescifrable.
Calvin mantuvo una rodilla en el sofá, se inclinó y acarició a Frank con la boca, y el gemido esta vez fue inevitable. Incluso con las manos atadas, Frank intentó tocar a Calvin, que dejó de hacer lo que estaba haciendo y puso la mano de Frank en su sitio.
- Sé obediente y mantén las manos aquí arriba. - Calvin dio la orden y reanudó sus caricias.
Frank tenía los ojos abiertos, observando cada movimiento con precisión, como si Calvin supiera exactamente lo que le gustaba. Mientras jugaba con su boca, Calvin dobló una de las piernas de Frank, deslizó las yemas de los dedos por su erección lubricada y las guió hasta la entrada de la otra, estimulando ese punto.
Bajo este estímulo, Frank no pudo evitar mover un poco más las caderas, ya que su placer se intensificaba, sobre todo cuando sintió el largo y grueso dedo de Calvin invadiéndole, provocándole un escalofrío por todo el cuerpo.
Frank no resistió mucho tiempo; pronto, alcanzó el clímax bajo la estimulación de Calvin, que lo observó con una sonrisa mientras liberaba su eyaculación. Calvin siguió estimulándole con el dedo mientras, con la otra mano, sacaba la cartera del bolsillo del pantalón que tenía en el suelo y sacaba un preservativo.
Tras recoger la protección, se colocó entre las piernas de Frank, se puso el preservativo y se posicionó. Calvin empezó suavemente, observando las expresiones de Frank mientras se mordía los labios y apretaba las manos, intentando seguir las instrucciones de no mover las manos.
Ambos gemían en respuesta a los movimientos de Calvin, que aumentaba gradualmente el ritmo. Dobló las piernas de Frank, dando a ambos más libertad de movimiento. Después de un rato en esta posición, Calvin decidió cambiar la dinámica del momento.
- Ven aquí, te quiero encima", pidió, y luego se sentó.
Frank accedió a su petición y se acercó al regazo de Calvin, sentándose y rodeándole el cuello con el brazo. Comenzó a moverse mientras besaba al moreno con ardor y deseo. Los movimientos de Frank eran placenteros para ambos, y él ya estaba excitado de nuevo, impulsado por la erección que sentía.
Calvin sujetó la cintura de Frank, levantando un poco las caderas para penetrarle aún más profundamente, haciéndole gemir más fuerte. Tras unas cuantas embestidas en esa posición, Frank volvió a alcanzar el clímax, y Calvin se permitió alcanzarlo también.
Los dos permanecieron un rato en esa posición, esperando a que su respiración volviera a calmarse. Calvin besó la cara y el cuello de Frank varias veces. Retiró el brazo que tenía alrededor del cuello de Calvin y el moreno soltó el cinturón de su muñeca, permitiéndole bajar de su regazo.
- ¿Dónde está tu baño? Tengo que deshacerme de esto y me gustaría darme una ducha, ¿puedo? - Calvin mostró el condón.
- Por supuesto, el baño está en la segunda puerta a la derecha, hay toallas limpias en el armario del lavabo. - Frank señaló la dirección.
- ¿No quieres venir conmigo? Te prometo que me portaré bien", preguntó con una sonrisa de lado.
- Lo dudo mucho, pero puedes adelantarte, yo ya me voy.
Calvin se metió en la ducha por sugerencia de Frank. En el salón, la expresión de Frank cambió en cuanto Calvin salió de la habitación. Se levantó, un poco incómodo por el tamaño de Calvin, y cogió el móvil para ver los mensajes. Suspiró y se pasó la mano por la cara para mostrar que algo le incomodaba.
Mirando en dirección al cuarto de baño, dejó el móvil en la habitación y se dirigió a la ducha con su colega. Empezó a ducharse, pero pronto dio un aviso a Calvin.
- No quiero parecer insensible, pero ha surgido algo y voy a tener que marcharme, así que... - Sonaba incómodo al hablar.
- "Lo entiendo, no te preocupes, no pensaré que acabas de utilizar mi cuerpo y ahora me dices que me vaya", dijo Calvin, sonriendo.
Frank también sonrió y le acarició el pecho. Los dos terminaron de ducharse y salieron juntos. Calvin se vistió y, antes de irse, Frank le dio un beso de despedida.
- Quiero que sepas que he disfrutado cada momento y es una pena que no pueda continuar.
- Podemos repetirlo cuando quieras -respondió Calvin, devolviéndole el beso.
Calvin salió del piso de Frank con una sonrisa en la cara, pero la expresión de Frank era diferente. Permanecía pensativo, como si no supiera qué hacer después de lo que había ocurrido entre ellos.
