Soy huérfana desde los 6 años, y ahora que estoy apunto de cumplir los 18 años, las cuidadoras me vendieron en matrimonio. Mi nombre es Rouse y fui obligada a casarme con el único hijo de Mrs Hassan... Pero hay algo que no saben... Tengo cáncer en etapa terminal.
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El collar de mamá
Rouse
Mientras estoy en la bañera, miro todo a mi alrededor, paredes son blancas inmaculadas sin una sola línea, la bañera toda limpia y las repisas llenas de cosas que tal vez yo pueda usar, se nota que prepararon la habitación antes de yo venir aquí.
Todo está tan bien cuidado, todo está tan perfecto… Y no tengo idea de por qué, pero mi corazón late en este momento con fuerza, quizás porque este maldito baño es tan parecido al que teníamos en casa cuando era niña, cuando yo solía ser feliz.
Una de las psicólogas del orfanato dijo que hay una gran parte de mi mente que se quedó atrapada en esa casa, en ese momento cuando tirada en el suelo de la calle por el impacto de aquel maldito camión que no vió que íbamos también en la carretera.
Sólo pude notar que yo tenía un golpe en la cabeza cuando desperté y en mi pequeña cabeza de niña me preguntaba qué estaba pasando, tenía las manos cubiertas de sangre, mis rodillas raspadas y sólo veía policías y bomberos por todo el perímetro, también ví como metían dos cuerpos en una bolsa negra gigante y el conductor del camión sólo tuvo rasguños.
Mi corazón se llenó de impotencia cuando el conductor quedó libre de los cargos de los que se acusaron, yo tuve que terminar mi infancia en un orfanato. No puedo evitar contener una lágrima por el vago recuerdo de todo.
Pero eso paso hace ya muchos años, hace once años exactamente. Y sí, quizás tenga razón y mi mente y corazón se quedaron atrapados en ese momento, en esa casa y en esa maldita noche que cambió toda mi vida para siempre.
Cierro mis ojos con fuerza y suspiro saliendo del recuerdo de todo. Vuelvo a la realidad lentamente y salgo de mi ensimismamiento. Y para mi sorpresa, Cristian está parado en la puerta del baño mirándome fijamente. ¡Qué mala suerte la mía!
-Adelante, dilo-, susurro.
-¿Debería decir algo?-, me mira con curiosidad. -Sólo me preguntaba el motivo del porqué pusiste todo el jabón en polvo en la bañera-, y yo miro a mi alrededor y no me dí cuenta de que lo había soltado todo sin querer. Y él vuelve a decir:
-Pero-, aquí vamos. -Ya que insistes, me gustaría saber por qué estabas llorando mientras te ayudo a quitarte todo ese jabón usando la ducha, porque es algo tarde y necesito que me acompañes-, termina por decir.
Yo me tomé el tiempo para comprobar que ya mis piernas respondían y podía mantenerme sola, así que me negué completamente a que él me viera desnuda.
-¡Ni loca me verás desnuda, sádico!- le digo alarmada.
-Creo que tienes demasiada autoestima, porque no tengo ningún tipo de interés físico en ti, y mucho menos sexual-, me dice irritado.
Muy bien, nunca me había sentido más humillada en toda mi vida como ahora. ¿Cómo es que no le produzco ningún deseo a mi futuro esposo? Entonces dice:
-Ven, vamos a bañarte-, me dice. Y yo decido ceder, según Señor no le afecto en lo más mínimo físicamente.
-Tú sí que sabes cómo destruir el autoestima de alguien-, le digo francamente, y para colmo se está riendo.
-Es un don de nacimiento-, y sonríe como si fuera un fanfarrón. Y yo no puedo evitar reírme también.
-Eres un fanfarrón-, le digo sinceramente mientras me río. Él prepara el agua caliente de la ducha, y yo decido sincerarme sobre lo que pasó hace un rato.
-Sólo estaba pensando en mis padres-, le digo sin mirarlo a los ojos.
-Eso supuse-, me dice y yo levanto mis ojos para mirarlo. -¿Qué? No ibas a pensar que mi padre te iba a escoger como su yerna sin investigar-, me dice levantando sus manos, y tiene mucha lógica.
-Bueno, hay muchas cosas que no dicen en esa investigación- comento más para mí misma que para él.
-Y tengo 6 meses para saberlo-, me mira con su mirada de superioridad. -Pero tengo que admitir que me causas curiosidad-, ya terminó de ponerme el agua y busca la toalla para dármela. -Tienes algo en los ojos que me confunde-, me mira directamente.
-¿Quizás que soy muy joven?-, le sonrío.
-Ríete ahora, pero lo sabré-, y me mira con su mirada fría. -Puse algo en la cama para que uses hoy conmigo, vamos a uno de los negocios de mi padre-, me dice distante y se da la vuelta y escucho las dos puertas cerrarse, y con eso sé que se ha ido de la habitación.
¿Qué coño acaba de pasar? ¿Éste grosero maleducado acaba de ser simpático conmigo? Y lo peor es que yo acabo de abrirme un poco con él y mis sentimientos.
Suspiro en frustración, salgo del baño lentamente comprobando mi fuerza y mi veo que el agua caliente hizo su trabajo, miro la hora y son las 7:49 de la mañana, pero tomaré mi medicina delante de la hora, no me quiero arriesgar a que alguien me vea. Pero mis ojos se encuentran con algo realmente bonito.
Es un vestido con corte princesa que llegaría a mis rodillas con mangas abombadas y escote cuadrado, algo muy conservador pero bonito, es de color azul celeste claro y la verdad me gusta mucho, al parecer Señor no me produces nada físico tiene buen gusto en ropa.
Además veo unas sandalias con plataforma y correas de color blancas que combinan muy bien con el vestido.
Bueno, debo admitir que estoy impresionada. Reviso en los cajones del cuarto y veo perfumes, los huelo todos y me gusta el de Katy Perry, me rocío todo el cuerpo con eso, me pongo el vestido y las sandalias y abro el armario para ver si hay algún espejo, y ¡Por supuesto que lo hay!
Un impresionante espejo de cuerpo completo y debo decir que me gusta cómo veo, mis ligeras caderas se hacen ver de forma sutil y me veo diferente a todos los días. Intento peinar un poco mi cabello y lo usaré en una coleta alta… resalta en mi cuello el collar que me dieron de mi madre.