Octavo libro de la saga colores.
Lady Pepper Jones terminará raptada por un misterio rufián de poca paciencia y expresión dura, prisionera y en manos del desconocido, no tendrá más remedio que ser la presa del lobo, mientras que Roquer, lidiará con su determinación de cumplir con su venganza y la flaqueza de tener a una hermosa señorita a su merced.
NovelToon tiene autorización de thailyng nazaret bernal rangel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
3. El plan de ataque.
...ROQUER:...
Me quedé debajo del puente, esperando que la multitud de nobles ociosos llegaran al otro lado del lago, donde había luces de faroles y lámparas colgantes delante de una gran mansión.
— Podríamos aprovechar de meternos a robar, debe haber cosas muy lujosas — Sugirió Carter.
— No, hoy no vamos a robar, no podemos desviar nuestra atención de la misma.
— Yo podría aprovechar... — Le lancé una mirada a través de la máscara.
Subimos al bote, después de robarlo era lo más fácil.
El resto del equipo esperarían en la carreta alejada del puente, escondida cerca de un barranco.
Remé, estaba preparado, tenía mis ropas de cuero, mi capa con capucha, los guantes de cuero y las armas en mi cinturón.
El pañuelo con el sedante.
Llegamos a la orilla, lejos de las luces de la celebración, desde allí podía escuchar la música de estirados, ver los nobles conversando y bailando con elegancia.
Bajé de un salto del bote y me metí en los árboles de un jardín espeso bastante favorable.
Carter me siguió.
Caminé bajo los árboles y observé hacia la celebración.
Busqué con la mirada.
Al ver al duque me dieron ganas de aventar una daga en su cuello desde mi posición.
Sería tan fácil.
Debería mandar al demonio esa estúpida misión de raptar a su hija, terminarlo de una vez.
Me quedé bajo un árbol, tomé la daga de mi cinturón.
Mis impulsos estaban activados.
La hija del duque se hallaba a su lado.
Giró su rostro detrás de ella, hacia el jardín, su mirada se perdió entre las plantas como si sospechara de mi presencia.
Las pecas se le notaban más con el rubor y las luces, el cabello tan naranja también resaltaba.
El vestido color perla y la piel blanca.
Lucía delicada, lucía débil.
Una muerte rápida al duque no sería justicia.
Guardé la daga nuevamente.
— ¡Espera, Sombra! — Escuché la imprudente voz de Carter.
Seguí el sonido.
— ¿Qué rayos estás haciendo aquí? — Siseó una voz que conocía muy bien — ¿A caso estás atreviendote a seguirme?
— Maude, déjalo ya — Ordené a mi hermana cuando ví que tenía a Carter sometido en el suelo.
— Hermano — Ella también estaba enmascarada y con sus ropas de asesina.
Carter se levantó del suelo. Tan débil y estúpido, no sabía como lo habíamos admitido en el grupo, no servía para nada.
— ¿Me estás siguiendo?
— No, temo que esto es una casualidad enorme — Gruñí.
— ¿Qué rayos haces aquí?
— Lo mismo pregunto yo.
— Mi presencia aquí es no es de tu asunto.
— ¿Por qué andas espiando la celebración? — Le reté, era tan evidente lo que mi hermana estaba haciendo allí — Oh, ya veo, estás cuidando al lord para que no se le acerque a una señorita.
— El lord casi recibe un ataque del duque, yo solo estoy cuidando sus espaldas y ni se te ocurra meterte con él — Gruñó y solté una risa, mi hermana era la única con la reía y sonreía — Roquer, si esa es la razón por la que...
— No estoy aquí por el lord.
— Vaya, que afortunado ese lord y no precisamente por tenerte de guardaespaldas — Protestó Carter y mi sonrisa se perdió.
Ese imbécil.
— ¿Están aquí para robar o para meterse en mis asuntos? — Siseó ella.
— No creo que el lord se sienta tan afortunado cuando sepa lo que ocultas — Dije y levantó una daga hacia mí, siempre me amenazaba incluso de niños, pero ahora parecía ir en serio.
— Si tus pretensiones son ir a contarle, me olvidaré de que eres mi hermano.
— Mírala, mírala, sacando las uñas por un noble — Se burló Carter — A ver ¿Cuál de esos estirados es el que te tiene babeando?
— Cierra la boca o voy a cortar tu lengua — Lo amenazó.
— No estamos aquí para aguar la fiesta, al menos no la tuya — Dije y retrocedió, bajando la daga — El duque se llevará una sorpresita.
— ¿Vas a raptar a su hija en plena fiesta? — Se tensó, observando hacia la celebración, a la señorita estirada.
La señorita le tenía el ojo puesto a Lord Leandro Mercier.
— Algo así, es un buen factor distractor.
— El Rey está presente, si te atrapan, estás muerto — Gruñó y me encogí de hombros, ni siquiera había notado la presencia del rey, algo que me preocupó, pero no lo demostraría ante mi hermana — Los guardias que lo escoltan deben ser muy buenos en combate.
— Tenemos un plan, nadie lo notará hasta que sea demasiado tarde, el resto del equipo está esperando al otro lado del lago con una carreta para una huída rápida.
No tenía un plan, no tan completo, solo improvisado, cuando la señorita Pepper se alejara lo suficiente de la celebración para curiosear, lo que esperaba que pasara debido a que esa parecía ser su naturaleza, yo haría un ataque rápido.
— No deberías contarle, lo va a arruinar — Dijo Carter.
— Dejen de lado a Lord Leandro Mercier, se los estoy advirtiendo.
— No deberías preocuparte por lo que le pase, ya que le estás cubriendo la espalda, aunque es obvio que el duque lo culpará a él por el rapto de su hija y con el rey allí, me parece que será peligroso para él si el duque se pone creativo.
Maude se estremeció, tomando mis palabras en serio.
— No lo hagan, no es adecuado que lleven a cabo su plan en este momento — Gruñó, tan preocupada por su lord, incluso más preocupada que por mí.
— Es la única oportunidad que tenemos, así que no interfieras, recuerda, primero nuestros padres, estás poniendo al lord por encima.
— No, no es así, es solo que...
— Estás enamorada, no hay remedio, sigue protegiendo a tu lord, no creo que él haga lo mismo por ti — Dije, con enojo y me empujó.
— No me interesan tus palabras agrias, él compró la tienda de nuestros padres, la sacará adelante y me dejará a cargo.
— ¿Cómo? — Me estremecí, mi rabia aumentó— ¿Le contaste?
— No, fue mera casualidad, aunque tuve que decirle que mis padres murieron allí.
— Supongo que dejaste de lado que el incendio fue causado por el duque y que después de eso tomaste una vida de hurto.
— No voy a involucrar más al lord, así que te pido que seas más discreto con tus movimientos — Gruñó y solté un resoplido, Maude ya me estaba irritando con su actitud.
— Ya está involucrado y ha sido por tu causa — La culpé.
— No empeores las cosas.
— El plan va, si o sí... Es lo justo.
Me alejé y Carter me siguió.
Sabía que no iba a quedarse de brazos cruzados.
Mi hermana jamás estuvo de acuerdo con el rapto y más cuando su noble saldría manchado así no tuviera que ver con esto.
...PEPPER:...
— Su Excelencia, Señorita Jones — Lord Leandro Mercier se aproximó hacia nosotros, saludó cordialmente.
— Lord Leandro Mercier, un gusto verle — Dije, con la misma cortesía, aunque eso me ganó una mirada de mi padre.
— Lord Leandro Mercier, me deja sorprendido.
— ¿Por qué razón le sorprendo? — El lord arqueó las cejas
— Pensé que se escondería tras sus malos actos.
— No he hecho nada, así que no consideré necesario faltar solo porque usted me acusa de algo que no cometí — Sonrió, fingiendo que no estábamos discutiendo algo tenso, los nobles tenían sus miradas en nosotros.
— Solo me muestra la osadía y el descaro, es tanto así que la presencia del rey tiene poco interés para usted — Comentó mi padre, me mantuve callada, tensa, no podía alejarme o sería más sospechoso.
— ¿Ha conseguido las pruebas que corroboran sus palabras? — Le preguntó el lord con expresión desafiante.
— Aún no, pero pronto lo haré, no debe preocuparse por ello, caerá tarde o temprano, Lord Mercier, no tema, no voy a armar un escándalo frente al rey, no quiero arruinar esta celebración y tampoco mi buena reputación — Dijo mi padre y me sorprendió, algo tramaba — Debo tener bases para acusarlo frente al rey, conozco las leyes. En cuanto a mi hija, dado que ante los ojos de todos son prometidos, debería sacarla a bailar.
Simplemente era inteligencia, algo de conveniencia.
El lord me observó y me inquieté por dentro.
— No hay ningún compromiso de por medio.
Vaya, eso solo detuvo mis sensaciones y me dejó más desdichada.
— ¿Va a arriesgarse ante todos e incluso ante el rey a desmentir lo del compromiso? —Retó y él apretó la mandíbula — Eso lo hundirá, no creo que ningún noble quería comprar sus telas cuando se enteren de lo poco hombre que es... Y le aseguro, que si deja la dignidad de mi hija por el suelo, le haré pagar.
— Al igual que usted, detesto armar escándalos, solo por eso, accederé a sacar a bailar a su hija, pero esto acabará pronto, me voy a zafar de este falso compromiso — Aseguró y mi padre lo evaluó con desdén.
Solo me ofrecía un baile para mantener el teatro y las buenas apariencias.
Nunca sería esposa de aquel hombre, estaba tan segura de ello, en el baile, me sentía tan diferente, sabía que no habría más allá entre Lord Leandro Mercier, solo el infortuneo de una rivalidad con mi padre.
Elevó una mano y me la ofreció, la tomé, sintiendo la textura cálida a través de la tela de mis guantes.
Caminamos hacia el centro.
Empezó a bailar y seguí sus pasos, de momento, podría fantasear que este baile era solo nuestro, pero sus ojos plateados estaban alejados de mí.
Me dió un giro y nos movimos de un lado a otro.
Tanta rivalidad podría terminar en desastre, mi padre era capaz de cualquier cosa con tal de mantenerse estable.
— Mi lord, le advierto que...
— No me apetece escuchar sus advertencias.
— Pero, mi lord, a provocado demasiado a mi padre con lo que hizo.
— No he hecho nada, su padre es del puto problema.
Me estremecí, no era una palabra adecuada para pronunciarse frente a una señorita.
— Torcer sus planes solo lo enfureció más, temo por su bienestar, estoy segura de que atentará contra usted — Dije y frunció el ceño.
— Jamás he torcido los planes del duque, solo intento avanzar en mi negocio.
— Hacerlo de la forma en que hizo a sido un error fatal, créame cuando le digo que mi padre es peligroso — Susurré.
— No comprendo a que se refiere.
— A lo que ha hecho — Volvimos a movernos de un lado a otro.
— ¿Qué rayos hice? — Insistió.
— No me haga pronunciarlo, es algo delicado.
— No tengo las mañas de su padre, no voy a entorpecer su trabajo, a menos que se pase de la raya...
— ¿Acabar con sus hombres y robarles no es entorpecer? — Jadeé y se quedó evaluando como si no supiera de lo que estaba hablando.
— No tengo idea a que se refiere.
— Mi padre está echando chispas por esa causa, usted a asesinado a sus hombres.
— ¿Qué hombres? — Se impacientó, no comprendía nada.
— Los que había contratado para incendiar su empresa, mi lord, temo por su seguridad.
— No tengo idea de que hombres me habla, yo no fui quien los asesinó, de todas formas, me alegro que le hayan entorpecido sus planes — Se exaltó — ¿Así que planeaba quemar mi empresa?
Rayos, había metido la pata al echar de cabeza a mi padre frente a su enemigo.
Me estremecí — Solo se lo digo para que tenga cuidado... Mi padre es peligroso, si le advierto es porque me preocupa.
— Gracias, pero de ahora de adelante él será quien tenga que ir con cuidado, encontraré las pruebas para hundirlo, los crímenes del duque no se quedarán impunes — Gruñó, muy decidido, hasta me dió escalofríos.
El baile terminó y el lord se separó de mí, sin volver a observar hacia mí.
Tal vez no volvería a hablar con Lord Leandro Mercier.
Se acercó al rey, sobre su asiento privilegiado escoltado por guardias.
Otro hombre hermoso, pero también estaba comprometido con una mujer que llegaría en barco desde Hilaria.
Volví con mi padre.
— ¿Qué te ha dicho el lord? — Exigió, tomando mi brazo.
— No está interesado en comprometerse, ya no insista, papá.
Observó hacia el lord, notando que estaba hablando con el rey.
— Ya vuelvo.
Se alejó.
— Hola, Pepper — Saludaron dos señoritas.
— Hola.
— ¿Quieres ir a pasear un rato por los alrededores?
— Por supuesto — Dije y nos alejamos de la celebración.