La Niñera y El Jefe

*Eu* - ¿Qué quieres?

*Sabrina* - Vine a hacerte una visitita.

Marie, que estaba a mi lado, se esconde detrás de mí y Sabrina entra.

*Yo* - ¿Te invité a entrar?

*Sabrina* - No necesito una invitación para ir a donde quiero.

*Yo* - ¿Qué viniste a hacer aquí?

*Sabrina* - Vine a darte una advertencia, ¡mantente alejada de Shiro!

*Yo* - ¿Y qué tienes que ver tú con eso?

*Sabrina* - Yo... ¡yo soy su amiga!

*Yo* - No veo la razón para alejarme de él.

*Sabrina* - La razón es muy clara, ¡él es MÍO!

*Shiro* - No pertenezco a nadie.

Shiro entra en la habitación, que estaba con la puerta abierta.

*Sabrina* - Shiro, yo...

*Shiro* - Yo nada, por favor, puedes salir, veo que no fuiste invitada a entrar.

Sabrina se va con una expresión no muy buena y cierro la puerta.

*Yo* - Qué loca.

*Shiro* - Lo siento mucho por eso, parece que ella tiene una pequeña obsesión por mí.

Yo - ¿Pequeña? - Digo sonriendo**.

*Shiro* - Ahora que ella se fue, ¿vamos?

*Yo* - Claro, ¿vamos, princesa?

*Marie* - ¡Sí!

Después de salir de la habitación, fuimos en coche hasta el centro.

*Shiro* - ¿A dónde quieren ir?

*Yo* - ¿Qué tal el centro comercial? Así podemos pasear y tal vez jugar un poco, ¿quieres ir, Marie?

*Marie* - ¡Sí, sí!

Fuimos al centro comercial y llevamos a Marie a uno de esos lugares para que los niños jueguen. Íbamos a dejarla allí, pero ella no quería quedarse sola, así que pregunté si podía quedarme con ella, después de insistir un poco, los empleados permitieron.

*Yo* - Vamos a jugar allí.

*Marie* - ¡Vamos!

Nos sentamos en el suelo y empezamos a jugar.

*Marie* - Allu, ¿puedo llamarte mamá ahora?

Marie me mira con una carita muy tierna y acabo respondiendo sin darme cuenta.

*Yo* - Claro.

(¡Maldición! ¿Qué le voy a decir a su padre?!)

*Marie* - ¡Yupi! ¡Mamá!

Ella me mira muy feliz y no puedo evitar sonreír también, sé que es egoísta de mi parte porque algún día me iré, pero no puedo decirle que no a esa carita.

Después de jugar mucho, salimos y veo a Shiro con dos chicas rodeándolo.

*Yo* - Hola, ya nos vamos.

*Shiro* - Vamos entonces.

*Mujer 1* - Déjala ahí y ven con nosotras.

Las mujeres me miran de reojo y empiezan a llamarlo para que vaya con ellas a pasear, hasta que se dan cuenta de Marie.

*Mujer 2* - ¿Son novios?

Ella mira su mano y ve que no está casado.

Antes de que pudiera decir no, Marie empieza a hablar tirando de mi brazo.

*Marie* - Mamá, ¿quiénes son ellas?

Shiro me mira sorprendido y yo sonrío avergonzada.

*Yo* - No pude decir que no.

Él acaba sonriendo hacia mí y las mujeres, sin entender nada, se marchan.

*Yo* - Lo siento.

*Shiro* - ¿Por qué?

*Yo* - Por dejar que Marie me llame mamá.

*Shiro* - Está bien, no me importa.

Él sonríe y, wow, qué sonrisa.

Después de pasear un poco más, decidimos ir a la plaza de comida, llegando allí nos sentamos en una mesa.

*Yo* - ¿Qué quieres, princesa?

*Marie* - ¡Helado!

*Yo* - Voy a traer helado para nosotros entonces, ya vuelvo, Shiro.

Dejo la mesa y me dirijo a una heladería, pero accidentalmente choco con un hombre.

*Yo* - Perdón.

Él me mira enfadado y luego me mira de arriba abajo, parecía tener unos treinta años.

*Hombre* - No fue nada, nena. ¿Qué tal si me acompañas? Veo que estás sola.

Yo - No estoy sola, vine con... - Pienso qué decir - ...con mi esposo.

Digo y él mira mi mano, notando que no llevo anillo, entonces me agarra del brazo.

*Yo* - ¡Eh! ¡Suéltame!

*Hombre* - Ni pensarlo, vamos a dar un paseo.

Él sonríe hacia mí y antes de que pestañee ya está en el suelo después de recibir un buen golpe.

*Shiro* - Ella dijo que la soltara.

Me doy la vuelta y ahí está Shiro, agarrando la mano de Marie, que viene y me abraza, yo la cojo en brazos.

*Marie* - Mamá, ¿estás bien?

*Yo* - Estoy bien, princesa.

El hombre me mira y luego mira a Shiro, se da cuenta de que no tiene oportunidad porque Shiro es más fuerte que él y se va.

*Shiro* - ¿Estás bien?

*Yo* - Sí.

Después de la conmoción, volvemos al hotel y de tan cansada acabo durmiéndome.