Los Últimos Descendientes Del Imperio

Yamileth había descubierto otra verdad, una verdad que la llenaba de más coraje por lo que tuvo que pasar, de las heridas que le costó sanar, de las que aún estaban latentes en su ser, era demasiado, pero aún le faltaba descubrir más, la de un pasado más cercano, una mentira que se creó, que alejó de los que quería.

Yamileth cuando inició como uno de los superhéroes conocidos como poderosos guardianes, era una adolescente de casi 16 años, muy linda, bondadosa, entusiasta, divertida, perseverante, segura de si misma, sus ojos avellanas vivaces eran una luminaria en su rostro, y había un gran número de chicos interesados en conquistar su corazón, pero aún no estaba convencida de aceptar a alguno de sus pretendientes, había un amor del pasado, a quien le juró ser feliz cuando se separaron, intentaba olvidarlo y volver a empezar, solo que hasta entonces no había encontrado quien hiciera volver a hacerla soñar.

Habiendo combatido ya algunos enemigos, se integró al equipo un nuevo compañero James O’Conner, más conocido como Jimmy, quien fue muy detallista con ella y supo ganarse su aprecio casi de inmediato; inevitablemente se enamoraron, todos los sabía; sin embargo, ellos no se atrevían a confesar su amor; hasta que Jimmy tuvo que dejar momentáneamente el equipo para acompañar a su padre adoptivo a un viaje; lo que propició que se confesaran sus sentimientos, desde ese día y por más de dos años fueron los novios más amorosos.

Todo parecía perfecto a esa edad, que se iba a imaginar Yamileth que cuando saliera del equipo para alcanzar su sueño de participar en las olimpiadas, viviría una pesadilla más grande que los monstruos que tuvo que enfrentar mientras era una poderosa guardiana del equipo original.

Kafor entendía la preocupación de Ymir, como poderoso guardián del cuarto equipo, era muy protector, cuidadoso y disciplinado, ahora que había descubierto que Yamileth era su hermana la iba a proteger, la estimaba como la esposa de su mejor amigo, pero ahora que se enteraba de su verdadera identidad, hacia que se sintiera responsable por su seguridad.

Kafor dijo: Entiendo el peligro a la que se va a exponer Yamileth, pero si no se intenta recuperar esas piedras, ni todos ustedes unidos podrán vencer a Hecturus y su ejército.

Jimmy se apresuró en decir: Entiendo que soy trioteniano, yo iré.

Kafor afirmó: Eres trioteniano, pero no eres la llave, la llave es ella.

Jimmy replicó: Yami no irá, encontráremos la manera de vencer ese ejército.

"Yami," ese era el apodo cariñoso con que Jimmy siempre llamó a Yamileth, eso evocó en ella recuerdos de cuando fue feliz en ese primer equipo original; sin embargo, era consciente de no podía darse el lujo de volver a ser la tierna Yamileth, había pasado por mucho, secó sus lágrimas se puso de pie y se acercó a Kafor.

Yamileth con una expresión severa dijo: No sé si un día pueda contarte todo lo que pasó conmigo, porque cuando lo haga es muy probable que no te guste lo que escucharás, ya no tengo 16, tengo 28 años, ha sido mucho camino transitado, ya no lucho por proteger la tierra, lucho por alcanzar mis sueños; los pocos que me quedan, eras nuestro guía, aquel que nos orientaba como debíamos defender nuestro planeta, confiaba en ti, CON – FIA – BA (suspiró).

Ella iba a continuar hablando, pero Alnair tomó su mano y la miró, acarició su mejilla y le dio un beso en la frente; temía que con los sentimientos a flor de piel, ella dijera algo de lo que se arrepintiera, podía notar en sus ojos el pedido de ayuda instintivo.

Alnair en voz seca, sin duda expresó: Ella no va a ir a ese satélite ahora y eso es indiscutible.

Kafor insistió: Sé que es peligroso, y entiendo tu preocupación y la de todos, pero créeme este es un peligro inimaginable.

Alnair aseveró: Indiscutible Kafor.

Yamileth requirió tratando de no sonar angustiada: Quiero irme Alnair, quiero irme a casa.

Alnair dijo, sujetando más fuerte la mano de Yamileth: Ahora nos vamos.

Alnair con su telequinesis activó los mecanismos de la teletransportación y salieron del cuartel secreto instantáneamente.

Kafor solo pudo decir: No entienden, no entienden el peligro.

Ariel expresó con preocupación: Mi amiga podría morir, ¿sabes lo que estás pidiendo, Kafor?

Kafor aseveró: Sin los guerreros Excelsior todos moriremos.

Mientras tanto en la casa de los D’Marco, sentada en un mueble de su sala, Yamileth respiraba agitadamente y llevaba su cabello hacia atrás, pensando en todo lo que había escuchado y las decisiones que debía tomar, ella movía angustiosamente las piernas, Alnair tomó sus manos.

Alnair dijo: Cálmate Ann, trata de calmarte, se que esta revelación es difícil, pero debes hacer un esfuerzo por mantener la tranquilidad, alterarás el equilibrio que las permite dormir.

Yamileth aún procesando todo lo que había descubierto expresó: Alnair, tengo hermanos, no soy de la tierra, Kafor nunca dijo nada, él solo quiere a los guerreros excelsior, pero sabes que no puedo darle esos guerreros, ser un Excélsior los podría destruir y tengo miedo por ellos, no puedo hacerlo, menos ahora, menos ahora que se que son mis hermanos (ambos se abrazaron).

Por otro lado, en el cuartel secreto, Kafor estaba decidido a convencer a Yamileth de rescatar esas piedras, finalmente eran la última esperanza del universo.

Kafor ordenó: Delta vuelve a teletransportarlos.

Ymir exclamó: ¡No lo hagas!, Kafor sé que tú te has sacrificado en el pasado para salvar el universo, pero ella no eres tú, ella no quiere, ni nosotros queremos ese sacrificio.

Kafor molesto expresó: Entonces ¿está bien que Alissa muera, que Zaniah muera, que todos acá mueran? ¡Delta traelos!

En casa de los D’Marco…

Alnair advirtió: Están intentando teletransportarnos, lo estoy evitando, se preguntarán porqué sucede eso.

Yamileth algo agotada dijo: No puedo hacer frente a esto ahora, hazlo tú por favor.

Alnair preguntó: ¿Segura?

Yamileth respondió: Él no se cansará hasta que sepa la verdad, y no puedo enfrentarme a esto ahora, necesito pensar en qué es lo que haré.

Alnair afirmó: Entiendo, me haré cargo.

Yamileth advirtió: Revela lo mínimo.

Es así, que Alnair apareció en el cuartel secreto, pero con una mirada muy diferente a la de antes, parecía que podía arrojar fuego desde sus lindos ojos ámbar, en estos años el amigable y divertido guardián había tenido que asumir muchos retos, sostener el frágil equilibrio de la carga que llevan a cuestas.

Kafor insistió: Alnair, en verdad necesitamos a Yamileth.

Alnair, sin expresión en el rostro dijo: Varias costillas rotas, traumatismos en varias partes del cuerpo, gran pérdida de sangre, internamiento en cuidados intensivos por más de 3 meses, estado de coma poniendo en peligro su vida, dolores terribles, soledad, cosas muy malas.

Kafor preguntó: ¿Por qué dices eso, Alnair?

Alnair respondió: Es lo que tuvo que pasar ella para esto…

En ese momento, aparece sobre la mano de Alnair la piedra jalista color zafiro, revelándose como el guerrero excelsior azul.

Alnair: Ella ya estuvo en “la muerte”

Todos se miraron sorprendidos, Kafor fue el mayor, cómo Yamileth tuvo acceso a esa información, cómo terminó en el satélite “la muerte”, y si Alnair era un guerrero excelsior habían más guerreros , quiénes eran, dónde estaban.

Algo no cuadraba, y la mirada de Alnair era escalofriante en ese momento, Kafor sabía perfectamente, que significaba ser un guerrero Excélsior, significaba convertirse en alguien objetivo en conseguir la meta, sin que sus emociones los afecten, porque el poder en las piedras podía provocar grandes alteraciones, Kafor entonces entendió que también esta generación de guerreros Excélsior podría ser muy peligrosa, aunque hayan caído en buenos guardianes, eso le mostraba el guerrero excelsior azul que tenía en frente.

...Excélsior Azul por la piedra jalista Zafiro...