¿Cuantas veces estas dispuesta a repetir el mismo error? ¿Cuantas veces puedes caerte con la misma piedra?... 4 veces me case con el mismo hombre. 4 veces nos divorciamos. Pero sin dudas ya no existiría una quinta vez, ya había aprendido mi lección de que por más que te aferras a alguien esto no soluciona nada, tampoco te garantiza su amor y al final la única persona lastimada es la que que ama más. Para mí el límite fue esa quinta vez en la que yo misma le pondria un punto final a lo que jamás se debió de alargar tanto.
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Devolviendo el favor.
Esa madrugada llega cargada de carcajadas y pasos ruidosos. Tal parece que se han divertido mucho y vienen a molestar aquí. Tapó mi cabeza con la almohada intentando volver a dormir, pero me es imposible debido a lo ruidosa que es esa mujer.
Incluso juraría que lo está haciendo a propósito como diciendo "Me vale que estés aquí y te aguantas". Con que cara me va a reclamar ahora que soy yo la mal educada.
Bajo a prepararme algo ligero al ver que me será imposible seguir durmiendo. El ama de llaves de Francisco ya estaba en la cocina con su típica bata de señora mayor.
- Señora, es muy temprano todavía.
- Veo que no soy a la única que no dejarán dormir, lo lamento por ti.
- Está bien, es mi trabajo. ¿Le sirvo una taza de café?
- Yo puedo sola, ve a llevarles a ellos que claramente lo necesitan.
Luego de alistarme y con la panza llena salgo a correr un rato, este barrio es hermoso y recién ahora me doy cuenta de que no lo he explorado desde que llegue.
Luego de unas horas de trote llegó a un pequeño café. - Disculpa me puedes dar un latte cargado con crema batida por favor.
- En un momento sale.
- Disculpa que te lo mencioné, pero afuera tienes un espacio increíble para poner mesas y tenés más espacio, también creo que se te verá increíble si lo decoras con plantas estratégicamente.
- ¿Sabe de eso? La verdad yo también lo he pensado, solo que no sé nada de como realizarlo.
- Tienes suerte yo soy decoradora o bueno casi. Estoy a punto de recibirme.
- Genial. ¿Le gustaría intentar algo? Podríamos quedar en un acuerdo que nos beneficie a los dos.
Observó detenidamente el espacio mientras tomó mi café. Si me da la oportunidad esto contaría como práctica y serían puntos extras aparte de experiencia para mi portafolios.
- Tenemos un trato, te diseñaré algo y si le gusta usted consigue los materiales y yo trabajo gratis a cambio de una recomendación.
- Eso sería abusar de su generosidad, que tal si cada vez que vengas a trabajar te dejo comer o tomar lo que quieras del menú.
- Mucho mejor aun, yo viví cerca así que no tengo problemas.
- En ese caso mi nombre es Felipe y soy el dueño.
- Hola Felipe, soy Cristal.
- Encantado.
El regreso a casa se volvió mucho más animado de lo que esperaba, estoy tan feliz de poder tener mi primera oportunidad que nada podrá empañar este momento. Yo sabía que no todo podía ser malo, solo tenía que tener paciencia y seguir remando.
- Bienvenida, señora.
- ¿Cómo está todo por aquí?
- Más calmado que antes, El señor ya se fue a la cama y la señorita está en la habitación de invitados.
- ¿Ella te menciono algo sé su estadía? Espero que no piense quedarse aquí.
- Lo lamento no me han informado nada.
Par de caraduras como se les ocurre convertir está casa en su hotel, bueno no puedo decir nada por qué está casa no me pertenece, pero aun así es incorrecto lo que están haciendo.
La suerte me sonríe nuevamente al ver una llamada de nada menos que la señora Eloísa.
📱 Buenos días, suegra.
📲 Cristal, querida. ¿Cómo va la vida matrimonial?
Ni siquiera lo pienso antes de contestarle, yo no le debo nada a ese tarado de todas formas.
📱La verdad es que aquí está Melisa y nosotras no nos llevamos muy bien.
📲 ¿Melisa ya llego? No sabía que ella había regresado y mucho menos que se estaba quedando en tú casa.
📱 Llego ayer y se llevó a Francisco toda la noche, llegaron está mañana poniendo la casa de cabezas y ahora están durmiendo. Lamento decirle que no logré conectar con ella, pero su actitud no es de mi agrado.
📲 Esta mujer.. Hiciste bien en decirme Cristal, como se atreve a invadir tu hogar y quedarse en la casa de unos recién casados. Nos vemos más tarde.
Ja ja ja Ahora si va a arder Troya, de seguro ella ya viene en camino y yo por nada del mundo me pierdo el espectáculo. No me pueden culpar, yo tengo prohibido hacer muchas cosas, lo justo es que él también se controle un poco.
- Por favor ayúdame a preparar un agradable almuerzo para recibir a mi suegra.
- Por supuesto, pero la heladera tiene lo básico, señora.
- Vamos de compras entonces.
Subo rápido y me doy un baño para poder salir, con suerte para nuestro regreso ellos dos ya van a estar levantados, aunque espero que no porque yo quiero ver el regaño que les van a dar.
- Aquí es muy bonito, me encanta que todo quede a pocas cuadras de distancia.
- Es un barrio de excelente prestigio y cuenta con supermercados, farmacias y cafés a sus alrededores para garantizar la comodidad de sus habitantes.
- La gente de dinero sí que vive bien.
Escogemos lo mejor y más caro para preparar algo agradable y al llegar de regreso todo está en silencio para mi fortuna. Me pongo el delantal y comienzo a pelar las verduras cuando el timbre suena.
- Yo voy, señora.
10 minutos después salgo limpiado mis manos al escuchar los gritos de mi querida suegra. Malisa ya está en la sala, toda desaliñada con su maquillaje corrido y a su lado está mi esposo.
- Que creen que están haciendo, más tú Melisa.
- Tía nada malo, quise venir a saludar y me quedé a dormir porque era muy tarde.
- Es verdad mamá, no podía dejarla irse sola de noche.
- No quiero escuchar escusas. ¿Viniste a saludar a Cristal? Entonces porque ella está cocinando mientras tú "la invitada" está durmiendo y oliendo a alcohol.
- Salimos a celebrar las buenas noticias.
- ¿Sin la esposa de mi hijo? Me has decepcionado y tu Francisco que clase de hombre eres.
Uhy ahora siento que me pase un poco, na mentira este es el mejor espectáculo que he visto en mucho tiempo. Intento no reírme cuando la mirada de esa mujer llega a la mía.
- Suegra no se ponga así, de verdad no me molesta que Melisa me deje a un lado y me haga sentir no deseada aquí.
- ¡Tú!
- Te callas, ahora mismo báñate que nos vamos.
Entre lazo mi brazo con el de ella y me la llegó a la cocina mientras dejamos a ese par ahogarse con su propio veneno. Con Francisco tengo un acuerdo, pero no dejaré que nadie más me humille a su antojo.
