⚠️Quinto libro de la dinastía Lobo⚠️
Desde su infancia, Jazmín Lobo ha estado atrapada en un amor silencioso y casi prohibido por Damir Novikov, el enigmático heredero de la temida mafia rusa. A medida que crece, la dulce y dedicada estudiante de medicina lucha por reconciliar su amor por él con la brutal realidad de sus respectivas familias. Hija de los líderes de la mafia italiana, Jazmín ha sido testigo del profundo amor entre sus padres, un ideal que anhela para sí misma, pero teme que Damir no sea capaz de ofrecerle lo que su corazón desea.
Después de un reencuentro en la fiesta de compromiso de su prima, la conexión entre Jazmín y Damir se intensifica, llevándolos a un romance clandestino lleno de promesas y pasión. Sin embargo, cuando el destino les juega una carta devastadora, Jazmín se ve forzada a confrontar no solo su amor por Damir, sino también su propia identidad y lealtades familiares en un mundo donde el peligro acecha en cada esquina.
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Salida
❤️ JAZMÍN LOBO 🍯
El sábado ha llegado, y la ansiedad me consume. Hoy es el día en que Damir, por fin, está en Italia, y nos hemos prometido un encuentro, una salida de amigos. Pero en mi corazón, hay un deseo ardiente de que sea más que eso; muero por un beso suyo. Cada vez que pienso en sus ojos, esa encantadora combinación de azul y verde que me recuerda a la amazonita, siento que mi mundo se llena de color.
En mi habitación, me preparo con cuidado. Elijo un bonito vestido de verano, ligero y fresco, que se ajusta a la perfección a mi figura. Es un tono azul claro que resalta mis ojos dorados. Me maquillo con sutileza, buscando ese aire natural que siempre me ha caracterizado. Finalmente, recojo mi cabello negro en una coleta alta, dejando algunos mechones sueltos enmarcando mi rostro. Siento que estoy lista para cualquier cosa que el día me depare.
Tomo mi bolso, donde guardo mis cosas personales: mi celular, algunos documentos y esas pequeñas cosas que toda mujer lleva consigo. Justo cuando estoy a punto de salir, alguien toca la puerta de mi habitación.
—Adelante —digo, y al abrirse la puerta, aparece mi madre, sonriendo con amor.
Sus ojos dorados brillan como el sol, llenos de calidez y sabiduría. Son casi idénticos a los míos, y siempre he admirado su belleza. Con su cuerpo esbelto y su precioso cabello rojo natural, mi madre irradia una elegancia que parece no desvanecerse con el tiempo.
—Mi amor. ¿Vas a salir? —me pregunta, su voz es suave y melodiosa.
—Sí, mamá. Saldré con un amigo —respondo, tratando de ocultar la emoción que siento.
—Me alegra saber que vas a salir y divertirte. No todo son estudios, aunque son importantes. También es bueno tener una vida social —me dice, asintiendo con comprensión.
Asiento, sintiendo un ligero peso en mi pecho.
—Ahora que Aurora se casó y vive en Alemania, me siento un poco sola —confieso—. Ella es mi mejor amiga. Pero estoy feliz por ella, porque es feliz con su esposo y sus hijos.
—Te entiendo mi amor, me pasó lo mismo cuando me separé de Fátima, pero a medida que pasa el tiempo, una se acostumbra, ver a tu mejor amiga feliz, es una gran recompensa.
Los hermosos trillizos de Aurora ya tienen cinco meses. Son adorables. Cada vez que veo sus pequeños rostros, siento un nudo de ternura en el estómago.
Después de unos minutos de conversación, mi celular vibra con una notificación. Es Damir, quien me informa que ya me está esperando en el lugar indicado. Le pedí que no viniera a recogerme a casa, aún temo contarle a mi familia sobre nuestra amistad especial.
—¡Es mi amigo! —exclamo, sintiendo cómo la emoción burbujea en mí.
—Ve, cariño. Diviértete y cuídate —me dice mi madre, acercándose para darme un beso en la frente.
—Gracias, mamá. Te prometo que me cuidaré. Te llamo luego—respondo, sintiendo el amor de su abrazo.
Salgo de la casa y, al cruzar el umbral, el aire cálido de Florencia me envuelve. Me encuentro con el vehículo que me llevará a Damir, acompañado por dos de mis guardaespaldas femeninas. Mientras el auto avanza, disfruto del paisaje que me rodea: las colinas onduladas cubiertas de viñedos, los cipreses que se alinean en el horizonte y los edificios de piedra que cuentan historias de siglos pasados. Florencia es un sueño hecho realidad, y cada día me enamoro más de su belleza.
Finalmente, llegamos a un exclusivo restaurante, conocido por su gastronomía exquisita y su ambiente elegante. Al entrar, el lugar irradia sofisticación, con mesas dispuestas delicadamente y una decoración que fusiona lo moderno con lo clásico.
Y ahí está él, Damir. A medida que me acerco, mi corazón late con fuerza. Su figura alta y fuerte destaca en el entorno, con un traje oscuro que resalta su complexión. Su cabello rubio oscuro que cae por sus hombros, y su mirada intensa hacen que me sienta como si el tiempo se detuviera. Se pone de pie y camina a mi encuentro.
—Hola, caramelo —me dice, y su voz grave envuelve mis sentidos.
—Hola, Damir —respondo, sintiendo cómo mi rostro se calienta.
Nos saludamos con un cálido doble beso en las mejillas, y en ese instante, siento la chispa que siempre ha existido entre nosotros. Su aroma, una mezcla de madera y especias, me envuelve y me hace querer estar más cerca de él.
—Te ves hermosa —comenta, y una sonrisa coqueta se dibuja en su rostro.
—Gracias, tú también —digo, admirando su porte y la forma en que el traje se ajusta a su figura.
Nos sentamos en una mesa junto a la ventana, con vistas al río Arno que brilla bajo las luces de la noche. La conversación fluye con naturalidad, y cada risa compartida me hace sentir más cómoda a su lado.
—¿Qué has estado haciendo en estos dias? —pregunta Damir, mirándome con esos ojos que siempre me han fascinado.
—Estudiando y tratando de adaptarme a la vida sin Aurora cerca. Es un poco extraño —confieso, sintiéndome vulnerable.
—Entiendo. La vida social también es importante. Voy a tratar de visitarte más seguido para que no te sientas tan sola ¿Te gustaría?—me pregunta con su mirada fija en la mía.
Mis latidos se aceleran.
—Me encantaría, Damir. —La sinceridad en mis palabras me sorprende, pero también me alegra.
La noche se desliza suavemente mientras compartimos historias y risas, y por un instante, todo parece perfecto. En ese hermoso lugar, con la compañía de Damir, me doy cuenta de que este es solo el comienzo de algo que puede ser mucho más.
Me alarma un poco cuando lo noto preocupado.
_¿Sigues preocupado por la boda de Yulia? _le pregunto. Hace unos días me comentó que su padre arregló un matrimonio para su hermana menor.
_Sí, aunque ella está de acuerdo esto me preocupa, siento que ella merece más que un matrimonio por alianza.
_ Estoy de acuerdo contigo, yo no me casaría así ni loca. Bueno papá tampoco lo permitiría.
_Si, tu padre es muy distinto al mío _nos miramos por varios segundos a los ojos y le sonrio _. Mejor ya no hablamos de eso, mejor pidamos el postre y luego te llevaré a otro lugar, espero te guste.
Por lo que entendí, el siempre estuvo enamorado de ella y no le perdonaba que no llegara virgen al matrimonio... Otro troglodita que no entendió que a veces no importa ser el primero ,sino el último amor de una mujer....