Me Convertí En La Amante De Mi Esposo

En ocasiones actuamos por impulso, Incluso tomamos decisiones porque actuamos desde el dolor o la rabia. ¡Sí, fue mi caso!. Quería desquitarme de aquello que intuía y de lo cual no estaba equivocada. Mi esposo me engañaba, en la distancia, en el silencio, en la mirada más ausente, él pensaba en alguien más que obvio No era yo.

Basada en mis hipótesis comencé un juego de detective, indagando, buscando, queriendo encontrar para no ser la típica loca o esposa celosa, en verdad deseaba salir de la incertidumbre que inundaba mi corazón.

El solo hecho de pensar en que Mi esposo me fuese infiel era como clavar un puñal en mi corazón. En el proceso de la búsqueda tuve algunos tropiezos, él estaba tan lejos, yo deseando que me tocara, que me hiciera el amor, que me tocara con pasión, que me hiciera suya como tantas veces lo hizo.

Ja, ja, ja estaba tan urgida que hasta sueños húmedos tenía, dentro de mí aguardaba una mujer apasionada, con carencias sexuales, con ansias de placer, pero no quería a nadie más sino a él, porque era el hombre que amaba y al mismo tiempo deseaba en mi cama.

Pero la realidad era otra, yo lo buscaba y él no respondía, su silencio me lo decía todo, era suficiente para comprender que en mi lugar había otra. Insegura de mí me criticaba agrediendo mi físico, hasta mi intelecto. ¡Qué locura no!, digo; hasta donde podemos llegar cuando pisoteamos nuestra propia dignidad.

Es entonces cuando me digo, Cristina ya basta. ¿Qué estás haciendo?, y comencé por atar cada pieza e imaginar lo que haría yo si tuviese un amante. Lo que jamás imagine es que conseguiría tantas pruebas que acabaría por destruirme a tal punto de perderme a mi misma.

Descubrí que él no era la persona que prometió amarme frente a un altar, que no era quien decía ser, subestimo mi ingenio, pensó que jamás me daría cuenta de que dormía con un extraño en mi cama, pero que era un conocido muy familiar en la calle.

Que rabia sentía, junto a mí solo podía contar con un amigo de siempre, Julián, con él ahogue mis penas, me sostuvo mientras lloraba a cántaros, jamás me dejo sola en mi propio velorio, donde yacía el amor que se me iba apagando lentamente.

Julián me pedía no llorar, que fuera fuerte porque yo valía mucho, solo que el valor no lo hallaba, se me perdió en el proceso más tedioso, en la búsqueda de la verdad. Quería dormir y dormir, pensar que era únicamente una pesadilla y que al despertar tendría mi vida como la soñé, llena de amor, de verdades.

Maldigo el día que le entregue mi tiempo, mi vida, mi cuerpo, me arrepiento de haber sido la mujer que fui para él, lamento haber hecho a un lado más propios sueños para soñar con los suyos, ¿Por qué?, ¿qué hice tan mal?, Ya sé, jamás llene los requisitos en la planilla de su vida, solo fui una candidata qué no aprobó y fue desechada.