✨ EL DESEO POR RYLER Y LOS LOBOS ALFA ✨
"Cuando el deseo traspasa las barreras de la predestinación, no hay escapatoria. Aunque intentes resistirte, aunque el destino te obligue a huir, terminas cayendo... en sus brazos, en su poder, en su amor o en su condena."
"Soy Ryler Vaspieris, y así fue como conocí a los lobos Alfa.
Draven, Josh y Cauis... mis tesoros o mis verdugos."
🔥 Un amor prohibido, tres almas marcadas y un destino imposible de evitar.
🐺 ¿Hasta dónde llegarías por un deseo que lo consume todo?
➡️ ¿Te atreves a entrar en su mundo?
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Cap 3. Ryler Vesperis
Conociendo a Ryler
Pov Draven
Ver partir a Lyra fue lo peor que me haya podido pasar. He consumido infinidad de botellas de licor, mi despacho está destrozado y yo estoy tirado aquí, justo donde ella me dejó.
Llevo días sin asearme y Vince me ha rasguñado el interior. No hago más que beber y, aunque recibo visitas de mi amigo y beta, Ezra, no me puedo recuperar...
Ya hace meses que Lyra se fue.
Fueron a su manada Sol Naciente, se casaron y ahora están felices en algún lugar del mundo humano, disfrutando de su luna de miel.
Veo las fotografías de ella, donde parece feliz. Lo peor es que el lazo se rompió horriblemente y mi amor por ella ha desaparecido con cada lágrima que derramé.
Pero mi amargura crece, me consumo en mi soledad.
Hoy cumple su primer año mi pequeño Josh. Me levanto y voy a mi habitación. Por fin me aseo después de días, me rasuro la barba y corto mi cabello.
Cuando bajo a partir el pastel, mi pequeño Alfa, Caius, me recibe con un abrazo, como si supiera de mi sufrimiento.
Lo abrazo y, luego de cantar el cumpleaños, juego un poco con mis hijos. Luego paso horas en mi despacho, pero esta vez no bebo, solo me sumo en el trabajo.
El tiempo pasa y es el cumpleaños número 5 de mi pequeño Josh.
Hoy debo viajar al Clan Almas Gemelas. Si recuerdan al líder del clan de vampiros que rescatamos, con su esposa híbrida, de hada y loba, acaba de nacer su primer hijo.
Y aunque no soy muy amigo de los vampiros, este hombre se convirtió en un gran aliado y nuestros lazos de amistad han crecido.
Viajo junto con un grupo de guerreros, no descuido mi seguridad. Hace años ganamos la guerra y hay paz, pero no puedo olvidar que aún quedan demonios y seres oscuros por ahí, queriendo causar daño.
Cuando llegue al Clan, soy recibido por Rafael Vesperis. "Hay fiesta", su pequeña Ryler Vesperis ha nacido.
Elara, su esposa, me abraza fuerte y me muestra a una hermosísima bebé. Es de piel blanca, pero con tonos trigueños, su cabello negro algo crespo y esos hermosos ojos almendrados con destellos verdes aceituna.
Su mirada me hipnotiza y mi corazón martillea rápido, como lo hizo ese día, el día que la conocí... pero recuerdo todo el dolor que me causó Lyra, mis sentimientos, y meneo la cabeza rápidamente, alejándome de la bebé.
- ¿Es hermosa, cierto, Alfa? - me pregunta Elara.
- Sí, lo es... - contesto, frío, y le recibo una copa de licor a Rafael.
- Tal vez sea la compañera de uno de tus hijos, Alfa. Sería fabuloso - dice Elara, sonriendo por su respuesta.
- La Diosa es misteriosa, quién sabe, tal vez nos sorprenda... - respondo y bebo. Luego voy al despacho de Rafael y charlamos sobre nuestros negocios... Con los años, Rafael se ha convertido en un gran amigo.
...⋆⋆⋆⋆...
......15 años después......
Los pasos de Ezra me sacan de mi concentración. Levanto la mirada del computador sobre mi escritorio y, en cuanto veo su rostro, sé que algo anda mal.
-Alfa, el Clan de Almas Gemelas está bajo ataque -anuncia con voz grave y cargada de urgencia.
Mis músculos se tensan de inmediato.
-¿Cómo? ¿Quiénes? -pregunto, poniéndome de pie.
-Los Oscuros. Emboscaron la residencia principal.
No dudo ni un segundo.
-Reúne a los guerreros. Partimos ahora.
En menos de diez minutos estamos en marcha.
La tensión en el aire es palpable mientras cruzamos las fronteras hacia el territorio del Clan de Almas Gemelas.
Al llegar, el aroma a sangre nos invade antes de que podamos ver la escena. A medida que nos acercamos, el paisaje es desolador: cuerpos y escombros cubren el terreno, aunque ya hay lobos ayudando con los heridos.
-Alfa Supremo -me saluda un tercero al mando-. Explotaron la residencia, la señora Elara murió por la explosión y el señor Rafael está muy malherido. Ha pedido verlo.
La sangre hierve en mis venas mientras me abro paso entre los escombros.
Finalmente llego al salón principal, donde se halla el cuerpo sin vida de Elara. Su piel trigueña y su cabellera rizada son inconfundibles. Cómo olvidar la vez que conocí a Rafael y a Elara, el gran amor que se profesaban. Ahora, todo ha terminado.
El aire es pesado, cargado de muerte y desesperación.
Un hombre me busca y me guía a un pequeño campamento montado con lonas. Al llegar a una habitación improvisada, lo veo.
-Rafael... -murmuro al acercarme rápidamente, inclinándome junto a él.
-Draven... -responde con voz débil, rota por el dolor-. Llegas tarde.
-Estarás bien. ¿Qué ha pasado?
Rafael niega con la cabeza, un gesto lento y doloroso.
-No hay tiempo para mí. Elara murió. Debo ir con ella; es nuestro destino, nuestro amor será eterno.
-¿Y tu hija? ¿Vas a dejarla sola? Debes luchar, Rafael... -le recuerdo a mi viejo amigo, apelando a su sentido del deber.
Aunque confieso que no la recuerdo del todo. Hace años la enviaron a estudiar al mundo humano, y de niña apenas tuve contacto con ella. Los vampiros son muy recelosos con sus hijas.
-No puedo. Elara me espera. Cuídala, Draven. Cuídala como si fuera tuya -dice Rafael con su último aliento.
Confieso que servir de niñero no me ha caído en gracia, menos de una pequeña vampiro que imagino será odiosa e insoportable. Pero asiento, sabiendo que es lo único que puedo hacer por él.
-Lo haré -prometo, con una determinación que se afianza en lo más profundo de mi ser.
Los doctores intentan revivirlo, pero sé que es demasiado tarde.
Salgo y de inmediato comienzo a indagar sobre Ryler. Algunos empleados me dan la información que necesito. Ayudo al tercero al mando; esta chica es muy joven aún para liderar, pero ese será problema del clan. No es como si Rafael hubiese sido mi hermano.
-Ezra, asegúrate de encontrarla. Está en el mundo humano, se llama Ryler Vesperis y tiene ya casi 15 años.
Ezra asiente mientras yo regreso a casa, aunque dejo todo listo para los funerales.
.......Un día después......
Estoy de regreso en el Clan de Almas Gemelas. Ezra me informó que esta mañana llegó con la pequeña, y que solo le habló de la muerte de sus padres.
Estamos en el panteón, y me sorprendo al verla: una joven vestida de negro, con los ojos enrojecidos.
Me doy cuenta de que no es una niña indefensa. Es una joven hermosa, con una mirada llena de determinación y los mismos ojos de Rafael, almendrados y de un verde oliva intenso.
Después de enterrar a sus padres, camino hacia ella.
-¿Quién eres? -pregunta con un tono firme, pero lleno de curiosidad.
-Draven. Un amigo de tu padre -respondo, directo-. Ahora estás bajo mi cargo. Tu padre me lo ha pedido.
-¿Mi padre? -replica, entre dulce y extrañada.
-Exactamente. Debes venir conmigo. Terminarás los estudios en Eclipse Salvaje.
Su mirada se endurece, pero asiente lentamente.
-No necesito que me cuides. Puedo hacerlo sola. -contesta con un toque de osadía.
-No me importa, Ryler. Tu padre me lo ha pedido, y se hará. No acepto excusas..
Volteo y camino hacia mi auto, dejando claro que no hay espacio para discusiones. Ella me observa, su mirada desafiante apenas logra ocultar su vulnerabilidad. Sin girarme, le hablo con una frialdad calculada:
-Será como quieras, Ryler: por las buenas o por las malas.
Años de soledad y batallas me han endurecido hasta el punto de arrancarme cualquier rastro de compasión. No soy un hombre paciente ni indulgente, y menos con una niña testaruda.
Soy autoritario, implacable, y cuando me enfrento a la desobediencia, no conozco límites.
Mi deber no incluye consolar ni complacer; haré lo que sea necesario para que siga mis órdenes, incluso si eso significa quebrar su voluntad para protegerla... o para enseñarle que conmigo no se juega.
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a la fuerzas