¿Crees en las segundas oportunidades? Pues yo no, al menos eso pensaba antes de vivir o de morir, depende del punto de vista del que lo veas.
Lo que si puedo asegurar es que es una experiencia que te hace pensar que has perdido la razón, es doloroso recordar como tu vida se va a apagado, pero lo que más duele es que a nadie le importas, ya que todos piensan que eres la mala del cuento.
Espero que con esta nueva oportunidad de vida pueda limpiar mi nombre y desenmascarar a los verdaderos villanos...
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Capítulo IV El consejo
Al día siguiente desperté temprano, fui a mi habitación me duché limpiando con fuerza mi cuerpo, aunque sabía que eso no había pasado, al menos no en esta vida, aún sentía las manos de esos sujetos sobre mi cuerpo.
Estuve más de una hora tratando de centrarme en lo que realmente estaba pasando y si no quería terminar como en mi otra vida debía ser muy inteligente y descubrir los sucios secretos de esas dos arpías.
Busque algo de ropa en mi armario, no recordaba que a esta edad solo me gustaba la ropa de colores brillantes, al ver lo que había a mi disposición negué con la cabeza sin poder evitar sonreír, en esa época en mi otra vida fui tan feliz. "¿Dónde cambio todo, en que momento mi padre se alejó de mí?", pensé en voz alta. "Ese hombre no es mi papá, si realmente lo fuera no hubiera hecho todo lo que me hizo, él también debe pagar", volví a pensar en voz alta.
Tome la ropa más seria que tenía, mi mamá de vez en cuando me traía cosas distintas a las que yo usaba, por lo general nunca me las ponía, pues no me gustaban. Era una niña inmadura y todo lo que usaba era ropa de estúpida.
Después de elegir un conjunto formal, me vestí arregle mi cabello que era un desastre y use algo de maquillaje. Salí de mi habitación, eran pasadas las ocho de la mañana y como era sábado no tenía que ir a la escuela. En mi otra vida pensaba que ir a la escuela era lo peor del mundo, pero ahora no sé por qué ansiaba tanto volver.
"¡Guao!, que hermosa te vez", comentó mi mamá sonriendo ampliamente.
"Gracias mamá, pero tampoco exageres". Mi voz sonaba despreocupada. Camine hasta el comedor y me senté a su lado, serví mi desayuno y empece a conversar con ella, quería que se sintiera a gusto y que pensara que yo existía y que la necesitaba.
"Esta semana tienes las evaluaciones para entrar a la universidad m, espero estés estudiando". Comentó mi madre mirándome fijamente.
Como había podido olvidar eso, por supuesto tenía que presentar. En mi otra vida salí muy mal en esos exámenes y por eso me tuve que conformar en estudiar en una universidad de cuarta y por eso nunca tuve la oportunidad de un buen trabajo, pero eso no pasaría esta vez, no obtendría media beca para estudiar en cualquier lado, ahora me tenía que esforzar para ser la mejor. También recordé que Carolina presentaría y ella había sacado el mejor promedio de la clase. Con lo estúpida que es lo más seguro fue que hizo trampa.
"Te quedaste pensativa, ¿pasa algo?", pregunto mi mamá preocupada.
"No, solo estaba planeando como debía prepararme para el examen del lunes". Contesté despreocupada.
"Sabes que los problemas entre tu papá y yo no tienen nada que ver contigo, él te quiere mucho. ¿Lo sabes, verdad?".
No pude evitar sonreír con ironía, ese hombre no es mi padre y él lo tiene claro. Pero mi mamá no sabe eso y por ahora es mejor mantenerlo en secreto. "Lo sé, tranquila no le guardo rencor a mi papá", esa última frase salió casi que vomitada *¿mi padre?*, pensé. Valiente padre que dejo que me lastimaran de la manera más inhumana posible. Lo odiaba y haría que se arrepintiera de todo lo me hizo.
Después del desayuno fui a dar un paseo, me sentía ahogada entre los recuerdos de la otra vida y la incertidumbre de lo que me espera en el futuro. Camine por un parque cerca de mi casa, estuve tanto tiempo en ese lugar que perdí la noción y cuando reaccione ya había anochecido. Estaba confundida, era como si de repente hubiera dado un salto hacia delante haciéndome perder todo lo que había vivido en el día, en pocas palabras no tenía recuerdos del tiempo que pase aquí.
Decidí regresar a casa en el camino pasé por un callejón oscuro el cual me produjo escalofríos. No tenía de otra me tocaba pasar por ese lugar, al llegar a la mitad del camino escuché una voz que me llamaba, al principio me asuste, pero luego algo me tranquilizo.
"No tengas miedo Alexa, vengo a darte un consejo". Dijo una hermosa mujer frente a mí.
"¿Quién eres?", pregunté temerosa.
"Eso ahora no importa, solo debes saber que la segunda oportunidad que se te dio es un regalo que solo se otorga una vez, si vuelves a morir en esta vida ya no habrá segundas oportunidades". Luego de decir eso la mujer desapareció dejándome sola en aquel callejón, apresure mi paso llegando a mi casa en cuestión de segundos, debía tener mucho cuidado, no podía morir, al menos no sin antes vengarme de mis agresores.
"¿Estás bien?", pregunto mi madre al verme llegar a la casa.
"Si, solo pensé que era muy tarde y me asuste un poco". Respondí notando que aún había luz de sol, me estaba volviendo loca no entendía nada de lo que me estaba pasando.
"Bueno eso no importa, hay alguien que te quiero presentar, es el hijo de una vieja amiga y ha venido en su nombre a invitarnos a cenar". Explicó mi mamá emocionada. En mi otra vidaecuerdo haber conocido a nadie más que al imbécil de Lissandro, aunque después que lo conocí no pensaba en nadie más y mi mundo solo giraba en torno a él. Que estúpida fui. "Vamos no te quedes ahí como tonta". Dijo llevándome a empujones hasta la sala. "Hija te presento a Sergio Materano el hijo de mi buena amiga Amanda De Materano".
Ver a Sergio en la sala de mi casa fue una gran sorpresa para mí, el hombre que sabía me iba a ayudar a desenmascarar a esa horrible familia estaba justo sentado frente a mí, viéndome directamente a los ojos.
"Un gusto conocerte, Sergio Materano para servirte". Dijo mostrando una sonrisa encantadora, no se veía como el hombre frío y despiadado que se mostraba en las fotos de las páginas web.
"No te quedes ahí parada y saluda a nuestro invitado", dijo mi mamá empujándome para traerme de vuelta a la tierra.
"Lo siento. Soy Alexa un gusto conocerte también". Respondí finalmente tendiéndole la mano.
El contacto con su mano hizo que una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo, era como si lo conociera de toda la vida, sus ojos oscuros me transmitieron una paz que nunca antes había sentido y un flashback paso por mi mente, dejándome sorprendida.
Gracias autora por actualizar.
Ojala los malos sean destruidos