"CAMINOS INESPERADOS" LOS DECENDIENTES YANKELEVICH Quinta Parte

Alma se estaba dejando llevar por todo eso que sentía, pero en ese momento donde él muerde un poco su pecho, haciendo que una corriente eléctrica recorriera su cuerpo, entre placer y un poco de dolor, en ese momento, su subconsciente se hizo presente, recordándole que estaba a punto de casarse y David no era su futuro esposo.

Empezó a sentir culpa, a sentirse mal consigo misma y aunque deseaba estar con David, sabía que no era lo correcto, la culpabilidad se hizo presente, pero no quería parar, no quería detenerlo.

 Sus pensamientos en lo que era lo correcto y lo incorrecto, terminaron haciéndola llorar; empezó a derramar sus lágrimas, a sollozar por la tristeza que sentía, con sus manos cubrió su rostro.

David empezó a sentir como su cuerpo estaba temblando, como su pecho subía y bajaba de manera extraña, pero lo que hizo que se tuviera fueron sus fuertes sollozos; se detiene un poco levanta su rostro, quita su brazo de sus ojos y ahí mira sus lágrimas.

Deja un beso rápido en sus labios, con su mano derecha limpia sus lagrimas y le dice. – Discúlpame Alma, no debí perder el control, te prometo que mantendré mi distancia, no volveré a molestarte.

La levanta en sus brazos como una princesa, la recuesta en la cama cubre su cuerpo con las sábanas, deja un beso en su frente y después de eso solo salió de ahí, se fue a su habitación, sintiéndose tan culpable, pensando en lo mal que estuvo.

 Leonardo llevo a Dolores hasta sus habitaciones, estaba tan tomada que no podía ni caminar, lo bueno que llegaron temprano, eran las 11 pm, la dejo en su habitación, casi inconsciente por todo lo que tomo; una vez que las dejo fue a buscar a David pensando que estaría ya en su habitación, no lo encontró, le marco a su celular, pero se dio cuenta que estaba ahí en la habitación de David, en el buro que estaba aun lado de la cama.

No quería estar en la casa y no encontró a David en ningún lugar de la casa, tampoco pensó en ir a buscarlo a la habitación de Alma, no creía que estuviera ahí; resignado dejo de buscarlo subió a su carro convertible y se fue a pasear por la ciudad.

Leonardo ya había estado más de una vez en la ciudad de México, pero era la primera vez que el manejaba, no sabía a donde ir, terminaron en la plaza Garibaldi.

Un lugar donde iniciaron los mariachis en la ciudad de México y algo que a Leonardo le encantaba, la música de mariachi, el tequila era lo que disfrutaba cuando escuchaba música tradicional de este país 

Se sentó en una de las mesas de uno de los locales, pidió una de las mejores botellas de Tequila y pidió que tocara uno de los mariachis.

Leonardo termino poniéndose de pie y cantando con el Mariachi: les pago por 5 horas, para que le tocara, les pidió tequila para ellos y después de un cuarto de la botella se paró, se puso a cantar con ellos.

Leonardo tenía una buena voz, cantaba hermoso y rápido termino rodeado de parejas y de hermosas mujeres que le aplaudían, hasta le pedían canciones; termino haciéndose amigo del grupo de mariachis, los contrataron para llevar serenata a más de una casa.

Leonardo andaba feliz con los del mariachi, llevaron serenatas a varias casas, estuvo cantando a todo pulmón, parecía un profesionista y se sabía las canciones que le pedían; terminaron a las 4 de madrugada en la vecindad donde vivían los del mariachi.

Se quedaron en el patio, donde siguieron cantando y tomando, divirtiéndose como nunca lo habían hecho; él no les pidió nada de lo que cobraron, pero si disfruto con ellos, fue algo que nunca había hecho y en ese momento entendió a su hermano Leandro cuando le dijo que ser querido por quien era, no por ser bisnieto de quienes era, fue lo mejor que le pudo pasar.

Esas personas lo trataban como igual, le hablaban solo por ser él y nadie lo trataba especial, ni se cuidaban al hablar; las personas de ahí eran trasparentes, algo que le encanto.

Termino durmiendo en uno de los departamentos de la vecindad, con uno de los jóvenes que era del grupo del mariachi; para las 6 am se había quedado dormido en el sofá grande y su amigo se había ido a su habitación.

Leonardo empezó a escuchar el grito de una mujer, se podía escuchar una discusión, eso lo hizo despertar, pero al abrir sus ojos se levanta alterado al ver a la joven que estaba toda alterada.

Aunque él lo que lo altero fue lo que miro, esa joven tenía golpes en el rostro, que se podía ver que eran de días, unos hematomas en los brazos y ese ojo de color violeta, ya casi desapareciendo.

Leonardo se le quedo mirando a la jovencita, era morena clara, no muy alta de 1.64, ojos grandes de color azul claro, su cabello llegaba debajo de sus hombros de color castaño claro, las facciones de su rostro eran femeninas; rostro afilado, una nariz pequeña, sus orejas de buen tamaño, sus no eran tan pequeños.

Al escuchar los gritos Iván salió de su habitación, al verla tan alterada trata de calmarla, estaba a unos pasos de con ella, pero la joven no lo dejaba hablar, pedía una explicación.

Él no podía dejar de verla y alterado dice. – Iván ¿Qué demonios le hiciste a la joven? Mira como esta golpeada, me vas a perdonar, pero yo no soporto la violencia de género y si tan hombre te crees al pegarle a una mujer metete conmigo, ya verás lo que es meterse con alguien de tu tamaño.

Iván y la joven al verlo tan alterado, enfurecido, se empezaron a reír y ella divertida dice. – Hermano, creo que por primera vez te conozco un amigo con algo de valores, solo por eso te permito que lo traigas a nuestra casa.

La joven se dio media vuelta y los dejo solos, se metió a su pequeña habitación en ese momento Leonardo mira a los ojos a Iván que era un joven alto 1.75, moreno, ojos cafés oscuros no tan grandes, rostro varonil; su ceja gruesa color negra, sus labios algo delgados sus orejas de buen tamaño, era delgado, con algo de músculos, tenía hombros cuadrados.

Iván suspira profundamente y lo invita a desayunar, había huevos rancheros bastante enchilosos, chilaquiles y una bebida especial para la cruda; hace que se siente en la pequeña mesa y una vez que sirvió los dos platos, puso uno frente a Leonardo, otro para él y en el momento que se sentó le dice. – Ella es mi hermana y no pienses mal, nunca golpearía a una mujer.

 Es boxeadora, en sus últimas peleas la han dejado algo golpeada; yo le digo que deje eso, pero no quiere. 

Nosotros no tenemos padres, ellos murieron hace unos años, pero no pienso platicarte más, apenas te conozco para contarte algo íntimo de mi familia.

Solo tienes que saber que ella es mi hermana es boxeadora y que yo nunca la lastimaría, sino todo lo contrario siempre trato de cuidarla, le ruego por que deje eso, pero es terca; aclarado todo, vamos a desayunar y de ahí si gustas puedes quedarte a dormir un poco más o te acompaño a tomar el trasporte público para que vaya a tu casa.

Leonardo le gusto saber que su nuevo amigo no era un joven malo, empezó a comer con él; no hablaron mucho, solo del trabajo de Iván que era mariachi y solo en eso trabajaba, que sacaba para pagar la renta y otras cosas de la casa, porque no dejaba que su hermana pagara nada.

Él pregunto ¿por qué su hermana esta tan alterada?  Iván le dijo que eso fue porque lo dejo dormir ahí, que su hermana no le gustaba gente extraña dentro de su departamento y aunque esa vez hizo una excepción con él, porque se miraba buena persona, sabía que su hermana tenía razón, ya que vivía con ella, un hombre podría faltarle el respeto.

Leonardo entendió muy bien, desayunaron tranquilos y cuando termino su celular empezó a sonar, sin nada de ganas contesto, era su amiga histérica le empezó a decir. – ¿Dónde estás? Ya viste la hora son las 10 am y mi boda es en unas horas, se suponía que tenías que estar a mi lado, apoyándome en todo, sabes lo histérica que estoy, lo insegura que me siento, hasta tengo ganas de huir.

Él se empezó a reír, divertido le dice. – Alma, si quieres huir yo te apoyo, en este momento voy con el carro y te llevo a donde tú quieras; si no estás seguro de ese hombre, de su amor, solo escapa y yo te apoyo.

Alma molesta le dice. – cómo me dices eso, se supone que tienes que darme ánimos, no hacer crecer mis inseguridades, será mejor que vengas aquí y hagas de mi damo de honor, tienes que animarme.

Leonardo termino prometiéndole que ya iba para con ella y una vez que corto la llamada, se despidió de su amigo Iván; él quiso acompañarlo a tomar su trasporte, pero Leonardo le dijo que no hacía falta que iba a tomar un taxi.

Salió del departamento y por un momento observo la vecindad, parecía un lugar agradable, le gusto ver como las personas de ese lugar hablaban y convivían, aunque solo miro por un momento porque tuvo que mandar un mensaje para que fueran a recogerlo, su carro lo había dejado en la plaza del mariachi. 

Salió de la vecindad espero casi 15 minutos, ya que nunca lo dejaron totalmente, solo en todo lo que hizo esa noche, sus hombres siempre estuvieron siguiéndolo desde cierta distancia y en ese momento estaban cerca, vigilando por si algo pasaba; su celular volvió a sonar, su gente que estaba cerca había llegado por él

Leonardo, les ordeno que lo esperaran una cuadra adelante, salió y empezó a caminar, hasta que llego a donde lo estaban esperando, subió a la camioneta y ordeno ir al hotel; pero él nunca se dio cuenta que Iván lo había seguido, sin querer había visto que se subía a esas camionetas.

A Iván no le gustó nada lo que miro, se le hizo extraño y como toda persona empezó a pensar mal, lo relaciono con negocios sucios.

Alma se despertó temprano, pero se sentía triste, recordaba muy bien lo que había pasado esa noche con David; se metió al baño se quito la ropa y mira la pequeña mordida que tenía en el pecho, esa pequeña marca que le dejo la hizo sentirse peor de lo que ya estaba.

Ella realmente no necesitaba más problemas en su vida, mucho menos quería un recordatorio de lo mal que había estado, pero lo que era a un más malo que ese día se iba a casar, estaría con su esposo y esa pequeña marca en el pecho era algo que no podía dejar que él la viera, realmente no sabía cómo se lo iba a ocultar.

Se metió a bañar duro largo rato, cuando salió en su bata de baño mira a Dolores que ya estaba en su habitación, la hizo que se cambiara y después bajaron a comer con toda la familia.

Alma no sabia como iba a ver a David se sentía nerviosa y avergonzada, pero para su suerte no desayuno con ellos, pudo pasarla tranquila con sus padres con los padres de Leonardo y Dolores.

Una vez que terminaron de desayunar Aisha, la mamá de Alma y Dolores fueron con ella a su habitación, querían darle ánimos apoyarla en ese momento.

Para ella era algo bueno no estar sola, no quería pensar en David, mucho menos en lo que habían hecho y la platica de ellas le ayudaba; para las 8:30 llego la estilista, que la peino y la maquillo, la dejo perfecta.

La estilista termino a las 10 am, faltaban dos horas para la boda y Leonardo no estaba, tomo su celular, le marco; para ella las palabras de Leonardo si tuvieron un poco de impacto, si la pusieron a pensar, realmente deseaba decirle que, si quería huir, que fuera por ella, que la llevara lejos, para no ver al que seria su esposo por que se sentía mal, avergonzada y esa culpabilidad que sentía por haberle sido infiel.

Tuvo que encerrarse en el baño, para que su madre, Aisha y Dolores no se dieran cuenta de lo triste que estaba, de lo mal que se sentía; quería llorar, pero se miro al espejo y con amargura se decía. – No vas a llorar, no vamos a ruinar la boda y voy a hacer muy feliz con ese hombre maravilloso que me ama, voy a olvidarte David.

Una vez que se calmó salió del baño y su madre la sorprendió con su vestido, lo tomo, pero no dejo que la ayudaran a vestirse, regreso al baño, para cambiarse, no quería que vieran la marca en su pecho del lado izquierdo.

El vestido era un corte sirena la parte de arriba era de encaje, strapless, con un escote en medio de su pecho, lo bueno que la parte del sostén cubría la marca que tenía; una vez que se lo puso, solo salió para que le subieran el cierre, por que ella no logro subirlo.

Se miro al espejo y se miraba hermosa, aunque no se sentía tan feliz, pero tenia que sonreír, como si fuera la mujer mas contenta y lo hacia tambien que nadie noto lo triste que estaba.

Leonardo llego al hotel y ayudo a su amiga en todo lo que le pidió, hasta tuvo que animarla porque él si la miraba algo extraña, pero pensó que solo eran los nervios por la boda; a las 11:30 am ya estaba lista, hasta David ya estaba en la sala esperando que bajara con Bruno y el padre de Alma.

David se le quedo mirando, ella se miraba hermosa, más que nunca y él solo deseaba ser el hombre que estuviera a su lado; por un momento pensó en tomarla de la mano, sacarla de ahí robársela tal como se lo sugirió su tío JEAN, la amaba demasiado, no quería perderla.

No dejaba de verla mientras pensaba y ese deseo aumento cuando ella lo miro a los ojos, parecía estar pidiéndole lo mismo; era como si Alma solo esperara que le pidiera que se quedara con él, que le dijera no te cases.

Traga saliva con fuerza y empieza a caminar hasta donde estaba, se para enfrente de ella, pensando en lo que le iba a decir.