Anna Lía nunca tuvo suerte en el amor, su vida no fue lo que esperaba, pero con su hija la historia no se repite, sino que empeora. Será que nunca serán felices?
Es una novela acerca de la violencia de género y la desaparición forzada de personas.
NovelToon tiene autorización de lucy curiel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Cruzando la linea
Un sábado después del corte Alfredo estaba pensativo y distante, yo esperaba como todos los días sus besos y caricias pero el parecía no tener ninguna intención de acercarse. No sabía que habría podido hacer para molestarlo, ni sabía que decir o hacer para remediarlo. Me arme de valor y me acerqué para abrazarlo, pero se alejó y no tuve más remedio que preguntarle que sucedió para que estuviera así, solo me miró y dijo - Ahora te voy a dar lo que quieres.
Me aprisiono contra el escritorio y me beso con mucha violencia, me comenzó a tocar por debajo de la ropa y me tomo con fuerza por el pelo lastimandome, quise safarme , lo empujaba pero su fuerza era mayor que la mía. Estaba como loco y me insultaba diciéndome que era una zorra, una fácil, sucia y muchos más insultos, pero no me dejaba. Finalmente me levantó la falda y rasgo mi ropa interior haciéndome daño, yo comenzó a llorar y a temblar pidiendo que parara, me abofeteo y finalmente me violo.
Cabe mencionar que yo tenia 16 años y el tendría más o menos 30.
En cuanto terminó me dijo que no dijera nada, porque si lo hacía se vengaria de mi.
Esto lo decía mientras apretaba mi cuello ahorcandome hasta que sentí perder el aliento, además de insultos me dijo que nadie podría creer en mi palabra contra la de él, que yo no valía y era una tonta desechable. Igual tenía razón.
Salí desesperada tratando de acomodarme la ropa maltratada y temblando de impotencia me dirigí a la casa de Doña Chonis esperando que nadie me viera entrar, afortunadamente así fue y entre a la recamara en silencio, Lorenza ya dormía y me dirigí a la ducha, necesitaba un baño, me sentía sucia, rota y vacía. El agua no me calmaba, seguía temblando y conenze a llorar en silencio. Creo que fue mucho tiempo lo que estuve en el baño y salí para acostarme poniéndome la pijama mientras sentía una desconexion entre mi cuerpo y mi alma quebrada en mil pedazo. Como iba a continuar así, quería huir, estallar, desaparecer, en fin. No pude dormirme y la mañana llego encontrandome peor que nunca. Que voy a hacer ahora?
Definitivamente no quería volver a la mercería, pero que les diría a todos, para no tener problemas, no se como llegue a esta situación y pensaba que yo había provocado todo lo que me estaba pasando, si tan solo me hubiera resistido o no se, como lo hubiera evitado.
Mentiría, la primera idea que se me ocurrió fue decir que estaba muy enferma, lo cual no era del todo mentira pues me sentía fatal del cuerpo y el alma, pero eventualmente tendría que dar la cara en el trabajo. Otra opción era decir que me asaltaron y golpearon (si estaba golpeada) y que no quería regresar por el trauma. Decidí que esa era la mejor manera y así tampoco debía ocultar tanto mi sentimiento. Decidida me acurruque en posición fetal y deje escapar mi llanto, Lorena me oyó y se despertó preocupada. Al verme preguntaba: -Ana Lía, que pasa? Por que estas así? Consternada me abrazó y me dejé es volver por su abrazo sintiendo más culpa y entre lágrimas le dije que me quisieron robar y me golpearon, lloró conmigo mientras trataba de calmarme pero yo no podía con tanto dolor. Así me quedé dormida y mi querida amiga salió a platicarle a Doña Chonis lo que le había relatado.
Lo primero que vi al despertar fue a Lorenza con una cara de tristeza que intentaba disimular, - te sientes mejor? Pregunto y yo asentí con la cabeza, al iorla Doña Chonis entró y me dijo - Mi niña, tu estate tranquila que yo te traigo algo de comer. Y salió rumbo a la cocina.
Las imágenes de lo acontecido me formaban un nudo en la garganta y mi amiga no decía nada, solo me acariciaba la espalda para darme un poco de ánimos. Llego la comida y me insistieron en probar un poco, así lo hice y después se retiraron dejándome descansar un poco más.
Todo el día estuve en cama, sintiéndome miserable mientras me atendían como si estuviera enferma de gravedad. Yo en la noche agradecí todas las atenciones qué me prestaron y les comunique que no deseaba regresar al trabajo. - Tómate unos días para pensarlo mientras te sientes mejor, yo voy a pedirle a mi prima que informe esto en la mercería y ya después veremos que sigue. Me dijo Doña Chonis, mientras Lorenza trataba también de convencerme. Asentí pero solo estaba ganando tiempo pues la decisión ya estaba tomada, no quería por ningún motivo volver a ver a Alfredo y menos estar a sus órdenes para que volviera a humillarme y lastimarme. No se porque me hizo tanto daño y me usó sin contemplación.
