¿Cruzarías esa línea para que en esta vida lo que tú quieres se cumpla?
Lucía es hija de una cocinera que trabaja para los Salvatore, Dylan el único hijo de esta familia que se enamora desde que era un niño de Lucia.
Obligado a casarse con Estela para que Lucia pueda vivir tranquila.
Un sacrificio valdrá la pena para que la verdad salga a relucir.
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Capítulo 4: Aceptando mis sentimientos
LUCIA SMITH
Después de dejar el desayuno en el cuarto de Dylan, regresé a la cocina, cogí mi mochila y me fui a la escuela.
Entré al aula, miré a Manuel y me dirigí hacia su pupitre. Nos miramos por un segundo y él solo volteó su cara hacia otro lado.
—Manuel, necesito explicarte lo que pasó ayer— él se levantó y me dejó con la palabra en la boca.
Lo seguí hasta que llegamos al campo de fútbol de la escuela.
— Manuel, ¿eres un niño?
— No soy un niño.
— Actúas como uno. Lo que pasó ayer fue algo tonto en realidad. Ese chico se equivocó, no era a mí a quien quería jalar, se confundió— estaba buscando como excusarme.
Manuel se rió mordiendo sus labios.
— Me asombra que quieras verme la cara. Tal vez no reaccioné inmediatamente, nunca me había pasado algo así, Pero los seguí y vi cuando ese chico te besó. Ahora me dices que se confundió de persona. No sabía que eras mentirosa. Creí que eras una chica honesta con lo que haces y dices.
— Es que yo no soy así como tú dices. Yo estaba feliz por tener una cita contigo. Perdón por todo.
— No digas nada a nadie. No quiero ser el hazmerreír de la escuela. Las apariencias engañan y veo que el dicho es cierto
— ¿Estás tratando de insultarme? Porque siento que sí. Sé que estás molesto con la justa razón Pero…
— Pero nada. Nos vemos— Manuel cogió hacia el aula.
Me senté un rato en la grama, quería poner un poco de orden en mis pensamientos. Dylan es un estúpido y Manuel un tonto. Llevé mi cabeza hacia las rodillas y empecé a llorar. Siempre me reprimía mis lágrimas, pretendía que nada me afectaba. Y yo diciendo que Manuel era mi mejor amigo, que amigo y que nada.
Me levanté y me limpié mis lágrimas. Regresé al salón. Recibí mis clases como que no había pasado nada. Tocando el timbre de salida, tomé mi mochila y salí de prisa.
Llegué a la parada de bus y me senté en la banca, se acerca Manuel, siempre tomábamos el mismo bus. Nos miramos Pero no nos dijimos nada, el bus llegó, él se subió y yo me quedé sentada. No quería que mi presencia lo molestará.
Me sentía un poco triste, porque Manuel me agradaba. Después de ese amor secreto e imposible que sentía por Dylan, creí que con Manuel podía vivir esa bonita experiencia. Esa experiencia normal a mi edad.
Me dispuse a caminar para vaciar de cierta forma todo lo que había en mi cabeza. Llegué a casa.
— Vienes una hora tarde— mi mamá se veía molesta.
— Me vine caminando porque se me pasó el bus y me aburrí de esperar. Ya sabes que no me gusta esperar.
— Ve a cambiarte. Te dejé el almuerzo en el microondas, iré a hacer compras. El joven Dylan ha pasado con fiebre, y quiero hacerle un caldito de pollo.
— Está bien mamá— me fui a cambiar. Saqué el almuerzo del microondas y lo llevé al cuarto.
Dylan ha pasado mal la mañana. ¿Estará bien? ¿Debería ir a ver como sigue? Me acosté en la cama, parecía una estrella. Patalee un poco y me levanté. Fui a la cocina y tomé un pichel con agua. Ese era el pretexto perfecto para ver si estaba bien.
Toqué la puerta y entré.
— Hola Joven, traigo agua— él estaba sentado a un lado de la ventana. No me prestó atención— ¿Ya tomaste tu medicina?
— Como si yo te importará.
— No pareces un hombre, te enfermas con nada— le dije sin pelos en la lengua.
Dylan se puso de pie, me miró y sonrió. Se acercó tanto que me sentí acorralada. Puso su mano en la pared, lo tenía frente a mí.
— ¿Te demuestro que soy un hombre?
— ¿Qué haces? Perdón, no quise decir eso. Mis pensamientos se salieron.
Se acercó a mis labios y me besó. Sus labios estaban calientes así como su aliento. Lo empujé. Salí corriendo de su cuarto.
¿Por qué corro? ¿Por qué siento esto? Es frustrante todo esto. Me detuve. Respiré profundo y exhalé.
"Tranquila Lucía, no ha pasado nada. No debes perder la compostura". Sentí que unas manos rodeaban mi cintura desde atrás.
— Ya no quiero seguir ocultando esto que siento— Dylan me susurró al oído— Te amo Lucía.
Miré hacia todos los lados, tenía miedo que alguien nos viera y le dijera a la señora América. Me sentía como una criminal. Le tomé la mano a Dylan y regresamos a su cuarto. Cerré la puerta.
— Entra en razón, ¿Qué hubiese pasado si nos ven las otras empleadas? ¿Quieres que corran a mi mamá? No puedes ir ahí abrazándome como si nada — le hablaba alterada.
Él me abrazó. Podía sentir como su corazón sobresaltaba de su pecho.
— Es por tu culpa. Desde niños he sentido amor por ti. En este punto siento que ya no puedo callarlo más.
— Dylan— lo miré a sus ojos — tienes una prometida.
— Voy a convencer a mi padre de no casarme.
— No lo hagas. ¿Por qué eres así? Piensa en los demás. Eres egoísta.
— Siempre hago lo que los demás quieren y me dices egoísta. Quiero hacer algo por primera vez, quiero amarte.
"Quiero amarte" "Quiero amarte" "Quiero amarte" esas dos palabras las sentí en el alma.
—¿Qué somos?— le pregunté .
—Solo somos dos seres humanos enamorados desde niños, eso somos.
Bajé la guardia, esa guardia que por años no permitía que él pasará.
Dylan se acercó a mis labios, rozando la punta de su nariz a mi nariz. Nos besamos. Es la primera vez que lo beso por voluntad propia. Sentí como mi piel me erizaba con su roce, mi cuerpo respondía de una manera que jamás lo había hecho. Era como si quisiera pasar ese límite.
...... Toc…toc......
— Joven Dylan, puedo pasar — era la voz de mi madre.
Empujé a Dylan. No sabía qué hacer.
— Doña Elba, espere un momento. No entré.
Entré al baño y cerré la puerta con llave.
— Aquí está su medicina. ¿Cómo se siente? — escuchaba a mi mamá preguntarle a Dylan.
— Estoy bien. Me puede traer algo helado, siento que mis labios están hirviendo. Quisiera refrescarlos.
— Está bien joven. Ya regreso.
Abrí apenas la puerta para ver si mamá se había ido.
— Ya se fue. Ve con doña Elba, para que no sospeche — Me sonrió.
Salí a hurtadillas. A cómo pude salí al jardín trasero sin que nadie me viera.
felicidades 👏🏾 👍 autora 💕 👏🏾 😊.
No me gusto q el papá muriera tan pronto .
Será q los papás de ella no quieran a la bebe .
Y Lucía esta embarazada 🤰 bebé 👼 👣 🚼 a bordo jaaaaaaaaaaaaaa.
Lo de la mamá si sería un accidente.