Imagina un mundo donde lo virtual y lo real se entrelazan, y tu supervivencia depende de tu habilidad para adaptarte.
Aquí conoceremos a Soma Shiro, un joven gamer que recibe un misterioso paquete que lo transporta a NightRage. En este mundo, debe asumir el papel de guerrero, aunque con una peculiaridad, lleva una espada atorada en la boca.
NightRage no parece ser solo un juego, sino un desafío extremo que pone a prueba sus límites y su capacidad para confiar en los demás. ¿Logrará Shiro encontrar la salida, o quedará atrapado en este mundo para siempre?
NovelToon tiene autorización de Sagigetzu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 3
Sagi no tenía tiempo para reflexionar. Los goblins, con sus espadas llameantes, se preparaban para atacar de nuevo. Justo en ese momento, el vaquero, con una sonrisa confiada, sacó dos revólveres plateados y apuntó a los goblins.
Sin embargo, aunque parecía amenazarlos con seguridad, no disparaba.
Sagi, aún en el suelo, observaba la escena con creciente sospecha.
— ¿Por qué no dispara? —Pensó— Si tiene armas, ¿por qué no las usó antes?
Entonces, una idea cruzó su mente: No tiene balas.
Fue en ese momento cuando Sagi notó algo extraño en su pantalla de estado. Además de su barra de vida, había una barra de maná, 100 CP. Y bajo sus habilidades, encontró una.
Se llamaba "Proyectiles Fantasmas" y podía recargar armas con proyectiles en un radio de cinco metros con gente de su confianza. Solo podía restaurar tres cargas de munición, usando 25 puntos de maná.
Sin dudarlo, Sagi activó la habilidad en su mente.
De repente, los revólveres del vaquero comenzaron a brillar. Tsukasa los miró sorprendido por el destello, luego giró hacia Sagi y, tras una pausa, sonrió ampliamente.
—¡Gracias, amigo! —dijo, entendiendo que el apoyo había venido de Sagi.
El vaquero, con un brillo en los ojos, levantó sus armas y gritó:
—¡Disparo Multiestelar! —su voz resonó en el campo mientras disparaba una ráfaga de balas brillantes que impactaban directamente en los goblins.
Al golpear, cada bala explotaba en un espectáculo de luces y chispas, envolviendo a los enemigos en pequeñas explosiones hermosas pero letales.
Los goblins no tuvieron oportunidad.
En cuestión de segundos, el suelo quedó cubierto de sus cuerpos derrotados, mientras el humo de las explosiones aún flotaba en el aire.
Tsukasa sopló el humo de los cañones de sus revólveres con una sonrisa satisfecha.
—Me llamo Ito Tsukasa —dijo, acercándose a Sagi—Pero todos me conocen como Gunsmith.
Su figuraba detonaba agilidad y fuerza, aunque no era especialmente corpulento, su cuerpo era firme y bien definido. Su cabello era corto y desordenado, de un color castaño claro, de alguna manera encajaba con su personalidad tan despreocupada y cálida. Sus ojos tenían un tono profundo color ámbar, brillantes y expresivos.
El vaquero vestía con una chaqueta ligera de cuero amarillento, bajo la misma, llevaba una camisa gris ajustada y pantalones oscuros con varios bolsillos. pero lo que más destacaba eran sus revolvers plateados que brillaban como minerales. además de sus tacones típicos de vaqueros, con puntas de oro brillante.
Al observar un poco a Sagi, se percato que cerca de su corazón había una especie de parche de cuero que decía “Sagi”
—¿Supongo que te llamas Sagi? Un gusto.
Sagi, aún aturdido por la escena, sintió una mezcla de alivio y esperanza. Aunque no podía hablar, sus pensamientos eran claros. Quizás tenga una oportunidad de superar este juego, incluso si no puedo atacar directamente.
En su vida anterior, desde que empezó a jugar MMORPG cuando era un niño, siempre había sido un lobo solitario. Shiro, el verdadero yo de Sagi, nunca había confiado en nadie. Siempre jugaba solo y, a pesar de ello, había llegado a ser uno de los jugadores más admirados en varios juegos.
Pero fuera del mundo virtual, la historia era diferente. En la escuela, siempre fue objeto de burlas, de bullying. Los compañeros lo acosaban, y su familia, en lugar de apoyarlo, lo ignoraba.
Los videojuegos eran su único escape, su refugio.
No necesito a nadie, siempre había pensado. Pero ahora, mirando a Tsukasa, soltó una lágrima de alegría. Hacía tanto tiempo que no sentía que alguien lo respaldara. Recordaba a esa persona que lo ayudó cuando era niño, la única persona con la que alguna vez formó un equipo.
Y aquí estaba otra vez, con alguien dispuesto a ayudarlo sin juzgarlo.En ese momento, una pantalla flotante apareció ante él:
¡Has ganado 50 puntos de experiencia!
¡Subiste al nivel 2!
Sagi sonrió por dentro. No solo había sobrevivido, sino que también había ganado suficiente experiencia para subir de nivel. Tenía cinco puntos de atributo que podía distribuir entre sus estadísticas:
Vida (HP): aumentar su resistencia en combate.
Fuerza: aumentar el daño que, por desgracia, parecía que no podía usar.
Maná: aumentar sus habilidades de apoyo.
Agilidad: mejorar su probabilidad de esquivar ataques.
Crítico: aumentar la probabilidad de realizar golpes críticos.
Suerte: aumentar la probabilidad de obtener objetos raros.
Velocidad: mejorar su velocidad de movimiento.
Sin pensarlo mucho, distribuyó dos puntos a maná, incrementando su capacidad de 100 a 110 puntos, y otros dos puntos a vida, duplicando su límite de 1000 a 2000 puntos. Guardó el último punto para más adelante, por si necesitaba ajustarlo según la situación.
Además, notó que su habilidad de “Proyectiles
Fantasmas” había subido de nivel, expandiendo su radio de acción de 5 a 10 metros.Mientras se recuperaba, Tsukasa se acercó con una sonrisa amable y le ofreció una poción de vida.
—Aquí tienes, como agradecimiento —dijo, pasándosela.
Sagi, mirando la poción, se quedó en silencio por un momento. Sabía que no podía beberla con esa espada atrapada en la boca. Entonces, de manera impulsiva, decidió romper la poción sobre su cabeza. Sorprendentemente, la magia de la poción surtió efecto, y sus puntos de vida se restauraron al máximo.
Tsukasa, al ver esto, no pudo evitar reír a carcajadas.
—¡Nunca había visto a nadie usar una opción de manera tan efectiva! —dijo, con
una mezcla de admiración y diversión.
Sagi, a pesar de la situación, sintió un pequeño orgullo. Quizás no podría blandir su espada, pero había encontrado formas creativas de sobrevivir en este nuevo mundo. Y por primera vez en mucho tiempo, no estaba solo.
De repente Tsukasa extendió la mano con una sonrisa.
—Sería un honor ser tu compañero de aventuras —dijo, con esa confianza que parecía caracterizarlo.
Sagi, aún con la espada colgando de su boca, asintió vigorosamente y tomó la mano de Tsukasa, sellando su nuevo equipo. No podía hablar, pero su gesto lo decía todo.
A su vez, de fondo, la chica que antes se había asustado por la extraña apariencia de Sagi los observaba a lo lejos. Su rostro ahora reflejaba
arrepentimiento y pena, como si comprendiera que había juzgado mal a alguien que solo quería ayudar.
Con la alianza hecha, Tsukasa y Sagi comenzaron a caminar por el pueblo. Las calles estaban llenas de vendedores ofreciendo todo tipo de productos, desde
armas hasta comida. Sagi miraba todo a su alrededor, con los ojos llenos de
curiosidad.
Tsukasa lo notó rápidamente.
—Oye, no pareces muy familiarizado con este lugar —comentó Tsukasa, con una sonrisa, mientras caminaban por un puesto de armaduras
—¿Es tu primera vez por aquí?
Sagi asintió con la cabeza.
—¿Tampoco sabes muy bien como moverte por aquí ¿verdad? —preguntó
Tsukasa, arqueando una ceja.Sagi negó con la cabeza, lo que hizo que Tsukasa se apenara un poco de él.