Amelia tiene 17 años, es huérfana y una esclava, sabe de alguna manera que fue amada mientras estuvo en el vientre de su madre, pero una mestiza es despreciada por todos: humanos y en especial por los elfos. En su cumpleaños 17 intentan tomar su pureza y ella escapa al bosque donde encuentra una cría de dragón y lo cría en secreto hasta poder escapar pero cae en manos de los elfos quienes matan a los mestizos sin hacer preguntas, ¿qué pasará con Amelia, logrará escapar nuevamente? ¿Huirá de su destino? cuando un guerrero elfo que la desea y odia al mismo tiempo, tenga su destino en sus manos deberá decidir qué es más fuerte si los prejuicios o el amor.
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Cap. 4: Escape
Horacio empieza a inclinarse, con su miembro listo, Amelia lo mira con odio y asco, el miedo por alguna razón desapareció, empieza a sentir calor en sus manos, y mientras él se pone en posición, ella se incorpora, él piensa que al fin entendió y va a ceder y le sonríe con lujuria - ¿Quieres ver nuestra unión? ¿Quieres ver cómo tomo tu pureza? Quieres...
Amelia no supo cuál era su otra pregunta porque puso sus manos en su rostro y lo quemó, salían ampollas en sus mejillas y la pregunta lujuriosa fue reemplazada por gritos agónicos
Ella lo pateó y Horacio cayó al suelo tomándose el rostro mientras seguía gritando. Amelia se bajó de la cama, estaba sorprendida por lo que hizo, abrió la puerta de un tirón y esta también empezó a quemarse.
Amelia salió corriendo de la habitación, pero cualquier cosa que tocaba estallaba en llamas, el edificio empezó a arder y los huéspedes empezaron a salir despavoridos al escuchar los gritos de Horacio y sentir el humo de la posada.
Amelia se acercó a una ventana, estaba en el segundo piso, pero no le importó, saltó por ella y cayó. El golpe la dejó sin aire y sus manos finalmente dejaron de emitir calor, pero aún sentía un hormigueo en sus dedos, como si nuevamente quisieran provocar más daños.
Lucrecia corría con sus criadas pidiendo socorro a los vecinos para apagar el fuego - ¡fuego! ¡Fuego! ¡Que alguien me ayude! Los huéspedes salían despavoridos, algunos heridos, algunos salían cargados de otros, todo era confusión. Nadie se daba cuenta de la joven que corría semi desnuda.
Amelia tenía la intención de huir al bosque, pero el recuerdo del colgante de su madre la hizo regresar, debía tenerlo con ella, era el único recuerdo de su madre, además de la única orden que le dio antes de morir -No te lo quites jamás, pero llegará el momento en que deberás liberarlo y con ello tú también serás libre.
Regresó rápidamente y alguien la tomó de la mano, ella estaba lista para pelear, y al regresar a ver quién era quien sujetaba su mano vio a Tomás, él la miraba con una mezcla de culpa y temor.
- No sé lo que hiciste, pero lo tenían merecido, toma, le robé tu collar a Lucrecia, y toma mi capa, para que puedas cubrirte- dijo sonrojándose al ver el estado del vestido de Amelia y la piel que mostraba- No puedo darte más, porque no tengo, solo te deseo suerte, adiós.
Amelia tomó la capa y se arropó con ella. Sin embargo, cuando tomó el collar de su madre, sintió una calma en su cuerpo, como si algo dentro de ella se durmiera - Gracias Tomás y adiós.
Amelia corrió en dirección al bosque y dejó atrás el pueblo.
Nadie se dio cuenta de ella, el incendio había calcinado por completo la posada y empezaba a invadir las casas aledañas, el pueblo era un hervidero de gritos para apagar el fuego que se propagaba sin control.
Muchas gracias por esta exitante novela, Felices fiestas autora, disfruta y goza de la compañía de tu familia y amistades, q tus fans somos pacientes y te deseamos una muy Feliz Navidad 🎄
Liryen tan solo e impotente igual que Amelia, por eso entendían el dolor y pesar del otro. /Frown/