Novela romántica basada en una historia de superación.
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CAPITULO 3
Al tener mis tardes libres podía trabajar, me inscribí en la universidad, pero como faltaban unos meses para empezar podía dedicarme ahorrar para el nacimiento del bebe de Sofia, conseguí un puesto en un restaurante cerca a la posada, la dueña era amiga de dona Ramona y necesitaba alguien para lavar platos y atender las mesas en las horas pico.
No era sencillo, pero la paga es buena, después de terminar el aseo en la posada podía ir al restaurante, pronto el día que tanto habíamos estado esperando llego, la niña nació, fue un parto difícil, pero las dos estaban bien., la niña es la cosa más hermosa que he visto, decidimos llamarla Estrella porque eso es en nuestras vidas, una linda estrella que llego para iluminar todo a nuestro alrededor.
Pague la cuenta del hospital y conseguí un taxi, no estábamos muy lejos, pero no la pondría a caminar, así llegamos a la posada y todos nos recibieron alegres, Estrella recibió muchos regalos, pero Sofia estaba cansada así que no demoramos mucho en la celebración, la habitación estaba lista para ellas me tome el trabajo de organizarlo todo y me quede cuidando la niña mientras Sofia dormía.
La niña también se quedo dormida y pude salir de la habitación para tomar un baño, había pasado la noche en el hospital y me encontraba cansada.
- Laia te ves agotada, porque no duermes un poco yo me quedo al pendiente de ellas, me dijo doña ramona al verme.
- Gracias, pero solo tomaré un baño en mi cuarto y regreso.
- Bien, pero tómalo con calma, yo puedo cuidarlas un rato.
- Se lo agradezco, regreso en un rato.
Tome un baño lo más rápido que pude, no quería dejarlas solas mucho tiempo, se lo cansada que esta Sofia por el parto, me coloque ropa cómoda y volví a la habitación de ellas.
Los días siguientes me toco cuidar de la pequeña estrella, todo parecía indicar que Sofia estaba pasando por depresión posparto y rechazaba cualquier contacto con la pequeña, fue muy duro para mí, pero me hice cargo con ayuda de doña ramona que fue muy comprensiva.
Con tan solo un mes Sofia volvió a trabajar y me dejo por completo los cuidados de la niña, me toco pasar su cuna a mi habitación, pues según Sofia no podía dormir con la niña allí, más cuando ella llegaba en la madrugada de trabajar., Me convertí en madre prácticamente de tiempo completo, tuve que dejar mi trabajo en el restaurante pues no podía atender a la niña con dos trabajos.
Lo hacia con gusto para mi esa pequeña era mi hija, pero pronto tendría que entrar a la universidad y no podía cuidarla todo el tiempo, así que decidida espere a Sofia en su habitación, llego pasando las cuatro de la mañana, me dormí varias veces antes de que esta llegara, pero de nada sirvió tanta espera pues esta última estaba completamente ebria, tanto ni siquiera podía sostenerse en pie.
No tuve más remedio que meterla a la cama, como ya estaba por amanecer decidí ir a la cocina para empezar con mi quehacer, la niña dormía y podría adelantar mucho si aprovechaba el tiempo, me encontré a doña Ramona preparando café.
- Buenos días, madrugaste Laia.
- No, esperé a Sofía para hablar de Estrella, pero solo perdí el tiempo.
- Te lo he dicho muchas veces, puedes querer mucho a la niña, pero no es tu obligación, te están usando.
- Lo sé, pero que puedo hacer, la niña no tiene la culpa y no puedo abandonarla.
- Entonces dejarás tu carrera a un lado porque no entiendo como piensas cuidar a la niña e ir a la universidad.
- No es la idea, no se imagina cómo tengo la cabeza.
- Espero que por tu propio bien tomes la decisión correcta.
Veo salir a doña Ramona de la cocina suspirando, sé que tiene razón, pero que más puedo hacer, corro a mi habitación al escuchar el llanto de mi pequeña, se despertó y ha de tener hambre.
Mis intentos para hablar con Sofia fracasaron, en el día solo dormía y en las noches llegaba muy tarde o simplemente no llegaba, no entiendo como una madre puede olvidarse por completo de su hija sin ningún tipo de remordimiento, definitivamente no todas pueden llamarse madres.
Pronto mi pequeña Estrella cumplió dos meses y había llegado el momento de mi ingreso a la universidad, una de las chicas que vive en la posada me vio preocupada y me dijo que buscara una guardería, pues ella consiguió una donde recibían bebes de cualquier edad y gratis para ayudar a las madres solteras, su idea me encanto así que sin más que hacer visite el lugar con Estrella, no tenía con quién dejarla pues doña Ramona estaba en el mercado.