M E X I C A NA

Carmen fue tomada de los brazos por dos hombres y se la llevaron, abordando una camioneta.

Susana salió en compañía de Pancho y fue directo a la sala, donde se encuentra Yolanda.

Vamos a la oficina, tú y yo solas, prácticamente ordenó Susana.

Si Madre, contestó, sumisamente Yolanda.

Al llegar Susana cerró dando un portazo: Me quieres decir que diablos te está pasando Yolanda?.

Madre, nunca me habías hablado así.

Nunca te habías comportado así.

Así cómo Madre?.

Yo te conozco como una persona sensata y perfectamente centrada, quiero que me digas, el porqué de ese cambio. No nos vamos a ir de aquí, sin haberlo hablado, así que comienza de una buena vez, Yolanda. En verdad no entiendo cómo es que se dio ese cambio tan severo en ti.

Madre, tuve ese cambio por el simple hecho de haberme hecho cargo del cártel.

Esto no es un cártel.

Lo es, desde el momento en que te metiste a las drogas. Date cuenta Madre.

Pero no puedes tratar así a Carmen, como quiera que sea, gracias a que ella te dio la vida, es que estás aquí. Pude rescatarte y mira en los logros de vida que has obtenido.

Pues es lo único que debo agradecerle a esa señora.

Te desconozco Yolanda. En qué me equivoqué?.

Tienes que entender una cosa, Madre. Alguien de mi familia puso ahí a la Zopilota, esa miserable le pasaba toda la información a Carmen y los Lizárraga tenían conocimiento de todos nuestros movimientos. Tenemos que dar con el traidor y deshacernos de él.

Por qué lo dices?.

Carmen ya sabía de todas tus actividades cuando la vi en México.

Te comentó algo?.

No, pero hay que tener un poquito de suspicacia para darse cuenta, tu ruta es muy codiciada por los otros cárteles y ya nos tienen en la mira.

Yo nunca quise entrar al enfrentamiento directo con los otros cárteles.

Escucha Madre. y le dijo a Susana que callara. Yolanda se subió a un banco y metió la mano dentro de una lámpara y solo señaló un punto dentro de la lámpara, le hizo una seña a Susana para salir a caminar, luego se alejaron de la oficina y en voz baja le dijo Yolanda a Susana: hay micrófonos, Madre.

Y quién los puso ahí?.

Es lo que tenemos que investigar

Ahora todos son sospechosos, hasta tu amado Pancho.

Mañana me voy a llevar la camioneta con alguien que conozco para que me diga si la camioneta también tiene micrófonos.

Nuestra niña está en peligro, hijita.

Más de lo que te imaginas, creo que estamos acorraladas. Voy a poner a prueba a Roberto, lo voy a llevar conmigo y, por nuestro propio bien, espero que no sea un traidor.

Que vamos a hacer hijita.

Defendernos Madre, defendernos. Y proteger a Carolina de todo y de todos.

No hay que salir a carretera, no vamos a ir a Altata, sería entregarnos a una emboscada, tenemos que seguir aquí con nuestra vida normal, como si no pasara nada. Mañana voy a llevar a Caro a la escuela, como siempre lo hago, Yo me iré a trabajar, como si nada pasara. No debemos salir juntas. Evitemos hasta donde podamos, una emboscada.

Qué le digo a Pancho?.

Sigue como si nada. Lo más seguro es que también en tu habitación hayan puesto micrófonos, lo mismo que en la mía.

Yo creo Madre, que les voy a mandar a mis hermanos, la cabeza de mi Madre.

Eso sería una provocación directa, hija.

Es lo que quiero, así va a ser más fácil descubrir a los traidores.

Hija, tengo una ruta de escape, ni siquiera Pancho la conoce, la tasa del baño de la oficina es movible, a un lado hay unas escaleras que dan a un túnel y nos lleva a la parte trasera del aeropuerto del Rancho, creo que, en caso necesario, es nuestra única ruta de escape.

Pues entonces hay que estar preparadas para cualquier cosa Madre.

Volvamos a la casa, no hay que alimentar sospechas.

En eso apareció Roberto, sin más, solo dijo, es Pancho.

Escuchaste nuestra charla?.

Si, Yolanda, todo lo que platicaron afuera, fue Pancho quien mandó colocar los micrófonos y mañana va a liberar a Carmen.

Quiero decirles que yo y varios de los muchachos del Rancho, estamos con ustedes, estamos dispuestos a luchar y ayudarles a huir, en caso necesario.

Gracias Roberto. Dijo Yolanda.

Usted Doña, tiene que seguir su vida normal con Pancho, lo mejor que puede hacer es tenerlo cerca, no permitirle estar solo. La información que mandó la Zopilota, fue contundente. Fue de alguien muy cercano a la familia.

Entonces, ¿ estás seguro?. Preguntó Susana.

Si Doña. Él es el soplón. Es más, también se acostaba con la Zopilota.

Queeee?. Y tú cómo lo sabes?.

Lo he checado, seguido varias veces y así es como lo descubrí.

Maldito traidor. Dijo Susana.

Perdón por cuestionarte, hija.

Eres mi Madre, no se te olvide nunca.

No hija, nunca.