La historia sigue a dos mujeres, Alexandra y Samantha, quienes se conocen en un bar de la ciudad. Alexandra es una artista que lucha por encontrar su lugar en el mundo, mientras que Samantha es una empresaria exitosa que parece tenerlo todo bajo control. A pesar de sus diferencias, se sienten atraídas entre sí y comienzan una relación apasionada.Sin embargo, su amor se ve amenazado cuando Alexandra descubre que Samantha está escondiendo un secreto: es transgénero y ha estado viviendo en stealth (sin revelar su identidad trans) durante años. Alexandra lucha por entender y aceptar la identidad de Samantha, mientras que Samantha teme perder a la mujer que ama.A medida que navegan por sus sentimientos y la complejidad de su relación, Alexandra y Samantha deben enfrentar los desafíos de la sociedad y sus propios prejuicios. ¿Podrán encontrar un camino hacia la aceptación y el amor verdadero?
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Revelaciones y Descubrimientos
**Escena 1: Una llamada inesperada**
La semana siguiente, Alexandra y Samantha siguieron viéndose con regularidad. Compartieron más visitas a galerías, cenas y largas caminatas por el parque. Se sentían cada vez más cercanas, como si el vínculo entre ellas se fortaleciera con cada encuentro.
Un martes por la mañana, mientras Alexandra estaba en su estudio trabajando en una nueva pintura, su teléfono sonó. Era un número desconocido. Dudó un momento antes de contestar.
“¿Hola?” dijo, un poco cautelosa.
“Hola, Alexandra. Soy Samantha.”
La voz familiar hizo que Alexandra sonriera. “¡Hola, Samantha! ¿Cómo estás?”
“Bien, gracias. De hecho, te llamo porque tengo una invitación para ti. Este viernes es la inauguración de una nueva exposición en una de mis galerías favoritas y me encantaría que vinieras conmigo.”
“Me encantaría,” respondió Alexandra sin dudarlo. “Será un placer acompañarte.”
“Genial,” dijo Samantha, y Alexandra pudo imaginar la sonrisa en su rostro. “Te enviaré los detalles por mensaje. ¡Nos vemos el viernes!”
**Escena 2: Preparativos para la inauguración**
El viernes llegó rápidamente. Alexandra pasó la tarde preparando su atuendo para la inauguración. Optó por un vestido elegante pero cómodo, algo que le hiciera sentir segura y hermosa. Mientras se miraba en el espejo, pensó en Samantha y en lo mucho que había llegado a significar para ella en tan poco tiempo.
A las 7 en punto, llegó al lugar de la exposición, un edificio moderno con grandes ventanales que dejaban ver parte de las obras en el interior. Al entrar, buscó automáticamente a Samantha y la encontró cerca de una impresionante escultura de metal, luciendo elegante y radiante.
“Hola, Alexandra,” dijo Samantha, acercándose con una sonrisa. “Te ves increíble.”
“Gracias, tú también,” respondió Alexandra, sintiendo un ligero rubor en sus mejillas.
Se unieron a la multitud que recorría la galería, admirando las diversas obras expuestas. La exposición era una mezcla de estilos contemporáneos y clásicos, con piezas que iban desde lo abstracto hasta lo figurativo.
**Escena 3: Encuentro con Rachel**
Mientras caminaban por la galería, Samantha señaló a una mujer que estaba hablando con un grupo de personas. “Ven, quiero presentarte a alguien.”
Se acercaron y Samantha saludó a la mujer. “Rachel, quiero que conozcas a Alexandra.”
Rachel, una mujer alta y elegante con una sonrisa amigable, extendió la mano. “Hola, Alexandra. He oído mucho sobre ti.”
“Hola, Rachel,” dijo Alexandra, estrechando su mano. “Samantha me ha hablado de ti también.”
“Rachel es una de mis amigas más antiguas y aliadas más fuertes,” dijo Samantha con cariño. “Ha sido un apoyo increíble en muchos momentos de mi vida.”
“Y seguiré siéndolo,” añadió Rachel con una sonrisa. “Es un placer conocerte, Alexandra. Espero que disfrutes la exposición.”
Pasaron un rato hablando con Rachel, quien les contó sobre algunos de los artistas y las obras expuestas. Alexandra se sintió cómoda en su compañía, apreciando la calidez y el apoyo que parecía emanar de ella.
**Escena 4: Confesiones en el balcón**
Más tarde, mientras la noche avanzaba, Samantha llevó a Alexandra a un balcón tranquilo con vista a la ciudad. Las luces brillaban en la distancia, creando un ambiente mágico y sereno.
“Gracias por venir conmigo esta noche,” dijo Samantha, tomando la mano de Alexandra. “Significa mucho para mí.”
“Gracias a ti por invitarme,” respondió Alexandra. “He disfrutado cada momento.”
Hubo una pausa, llena de una tensión suave pero palpable. Alexandra sintió que Samantha quería decir algo más, algo importante.
“Samantha, ¿estás bien?” preguntó suavemente.
Samantha respiró hondo, como si se preparara para decir algo difícil. “Alexandra, hay algo que necesito contarte. Algo que he estado guardando y que creo que es justo que sepas.”
Alexandra sintió una mezcla de anticipación y preocupación. “Claro, dime.”
“Soy transgénero,” dijo Samantha, su voz firme pero vulnerable. “He vivido en stealth durante años, sin revelar mi identidad trans a la mayoría de las personas en mi vida.”
Hubo un momento de silencio mientras Alexandra procesaba la revelación. Miró a Samantha, viendo la mezcla de nerviosismo y esperanza en sus ojos. “Samantha, gracias por confiar en mí para decirme esto. Debe haber sido muy difícil.”
Samantha asintió, su mirada llena de alivio y gratitud. “Lo es. Pero siento que necesito ser honesta contigo, especialmente porque me importas mucho.”
Alexandra apretó suavemente la mano de Samantha. “Me alegra que me lo hayas contado. No cambia cómo me siento por ti. Quiero conocerte por completo, por quien realmente eres.”
**Escena 5: Reflexiones nocturnas**
Esa noche, de vuelta en su apartamento, Alexandra se recostó en su cama, sus pensamientos volviendo una y otra vez a la confesión de Samantha. Sentía una mezcla de emociones: sorpresa, admiración y una profunda empatía.
Sacó su libreta de bocetos y comenzó a dibujar, tratando de capturar lo que sentía. Cada trazo era un reflejo de sus pensamientos y emociones, un intento de procesar todo lo que había aprendido. Mientras dibujaba, se dio cuenta de lo mucho que admiraba a Samantha por su valentía y honestidad.
Finalmente, cerró la libreta y se metió en la cama, mirando el techo mientras sus pensamientos vagaban. Sabía que había mucho más que descubrir y entender, tanto sobre Samantha como sobre ella misma. Pero por ahora, se sentía agradecida por la honestidad y la conexión que compartían.
Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de esperanza, Alexandra cerró los ojos y se dejó llevar por el sueño, soñando con Samantha y con las posibilidades que el mañana podría traer.