Los Gemelos Alfas Y Su Pequeña Princesa

Keyden

Dos meses, han pasado dos meses desde que empezamos a buscarla en el mundo humano y aún no hay nada, sabemos que esto será difícil encontrarla en un lugar tan grande es muy poco probable.

Aiden y yo hemos estado trabajando en nuestro autocontrol pero eso no nos está funcionando, en estos dos meses no han encerrado más de tres veces.

Dentro de unas semanas Kiara cumplirá sus diecisiete años y nosotros tal vez no estaremos con ella, el malnacido de Bryan ha sabido jugar sus cartas, ha bloqueado su conexión con su lobo para así hacernos perder su rastro y hay algo que nos preocupa, sabemos que le ha estado suministrando aconito a Kiara por lo que podría ser riesgoso ya que está matando a su loba.

Cada día que pasamos sin ella, las gana de acabar con todo a nuestro paso crece.

—Hola familia — entra Jacob y Aiden lo mira mal.

Es un imbecil ¿como puede sonreír en momentos como estos? Es como si no tuviera sentimientos, siempre que estamos en una mala situación el se encarga de aligerar el ambiente, pero en estos momentos no estamos para eso.

—¿Que quieres? — le pregunta Aiden masajeándose la cien.

—Les vengo a solucionar sus problemas.

—Has encontrado a nuestra compañera? — preguntó.

—Mmm no....

—Entonces lárgate — le dice Aiden.

—Tranquilo, no la he encontrado pero tengo algo para que podamos encontrarla un poco más rápido— dice y ambos lo miramos — miren tengo un amigo en un pueblo de Los Ángeles, ese amigo tiene muchos contactos, contactos que tienen contactos, los contactos de sus contactos tienen más contactos y.......

—Entendimos — replicó con ganas de partirle el jarrón que está a mi lado en la cabeza.

—Bien, el punto es que nos podrían ayudar a encontrar a Kiara.

Aiden y yo nos miramos, es buena idea y mientras más personas la estén buscando mucho mejor.

—Bien — dice Aiden.

—Muy bien, manada partimos al pueblito — dice Jacob.

—¿Partimos? .

—Claro, iremos los tres haci ustedes se distraen un poco y dejarán de pensar en querer acabar con todo a su paso, les vendría bien un cambio de clima — dice saliendo del despacho sin esperar respuesta

—Ni crea que iré— dice Aiden.

—Yo tampoco.

.......

—Juro que te matare — le dice Aiden a Jacob.

—No hay por qué ser tan agresivos, es por su bien y la del reino claro.

Nos dirigimos al pueblo que dice Jacob, viajar en ese avión con tantas personas casi hizo que me tirara desde en pleno vuelo.

Jacob conduce y en poco tiempo llegamos a la casa del supuesto amigo, Jacob le explica la situación y el hombre no duda en ayudarnos, no se de donde lo conoce pero tampoco me importa.

El hombre nos dice que cuando tenga una novedad nos llama, nosotros nos instalamos en un hotel y mientras vemos como el sol se esconde y la noche cae estamos al pendiente de alguna llamada.

—Saben que, hay que tomar algo para pasar los ratos amargos — dice Jacob sacando una botella.

Y así transcurre nuestra noche, hablando estupideces mientras tomamos, la verdad no se cuantas botellas llevamos pero estoy seguro que más de una docena, una de la ventajas de ser hombres lobos no te embriagas rápido.

Aiden

Abro los ojos con el sonido de un teléfono, hay un desastre aquí, botellas por todos lados, Keyden duerme con medio cuerpo fuera del sofá y Jacob duerme en el piso, me levanto de donde estoy y mientras me acerco al teléfono Jacob y Keyden se despiertan, atiendo la llamada y lo que me dicen hace que el sueño se me vaya.

—Hemos encontrado a la chica.

La desesperación nos abarca mientras vamos en camino, estamos ansiosos, no sabíamos que eso sería tan rápido, al llegar al lugar lo primero que hacemos es preguntar por ella.

—Tiene otro nombre Nadia y el chico Mario, ambos viven juntos— al decir esa palabra hace que gruñamos fuerte haciendo retumbar la casa — bueno como decía, la chica ha perdido la memoria por lo que no recuerda nada, por lo que deben tener cuidado al acercarse a ella.

El hombre nos entrega un sobre con información e imágenes las cuales muestran a nuestra compañera, verla de nuevo por lo menos en una foto hace que la emoción crezca en nosotros.

—Tienen mucha suerte, nos hubiéramos demorado mucho más tiempo, que bueno que estaba en este pueblo o si no, no tuviéramos noticias aún.

Los levantamos y agradecemos al hombre por su ayuda, solo imaginarnos un día más sin nuestra compañera hace que la rabia al saber a los que ha sido sometida nuestra compañera hace que quiera darle uno de los finales más horribles a es mocoso.

Kiara está estudiando según esta información, dice cuáles son sus horarios y los lugares que frecuenta.

—¿Crees que nos reconozca? — pregunta Keyden.

—No lo sé, solo espero que si.

Kiara está apunto de salir de la escuela por lo que segun esta información ella irá a una cafetería que está a unas cuantas calles de la escuela y es allí donde la estamos esperando.

—Se puede saber de donde conoces a ese tipo? — pregunta Keyden

—Estuve aquí de visita una vez y me metí en problemas y el me ayudó a cambio de algo — responde Jacob.

—De que? — preguntó.

—Técnicamente me uso a mi y varios amigo de mascota para presumirle a sus amigos y enemigos que tiene lobos grandes y poderosos a su mando, logramos que fuera más respetado, ahora este pueblo le pertenece— responde.

—Así que es un mafioso? — preguntó.

—Exactamente.

Dejamos de hablar cuando la voz de nuestra compañera llega a nuestros oídos, miramos hacia la entrada y en minutos aparece.

Las ganas de traerla a mis brazos debo retenerla y se que Keyden también está haciendo lo posible por no ir hacia ella.

Le ha crecido el cabello, el rubio y largo cabello cae en cascada con leves hondas, se ve hermosa y sin un rasguño. Eso es bueno.

Nuestra pequeña compañera camina a poco centímetros de nosotros y como si nos sintiera se para y mira a nuestra dirección haciendo que se nos pare el corazón.