Triste Despertar

Cada día es un nuevo amanecer, ese es el lema que recitó cada día al levantarme, estoy de permiso, ya no puedo con la barriga y los pies invitados, hoy amanecí con dolores, me levanté arregle todo y le pedí a mi mamá que me acompañe a la clínica, llegamos y me pasaron a sala de parto el proceso fue duro, pero mis hijos nacieron sanos y salvos son un niño y una niña, nacieron blancos con los ojos azules como los míos, sus cabellos castaños y la nariz y boca de su padre, con un peso de 3 kilos cada uno, mi madre está feliz por primera vez la veo sonreír de felicidad, no se separó de mí ni de mis hijos, los llamé Luis Alejandro y Luisa Honoria, al día siguiente me dieron de alta y salimos rumbo a nuestra casa, mi madre me dijo que no dejará de estudiar que ella me los cuidaba, le contraté una muchacha para que la ayudara, ella no quería, pero aceptó a la final, el tío José vino de visita quería conocer a mis niños, se sorprendió al ver a mi hijo y cuando vio a la niña mucho más, nombró una señora Emperatriz, pero no le puse mucha atención.

De todo mi esfuerzo, hoy me gradué de médico, mi madre me organizo un almuerzo, mis gemelos ya tienen tres años y son inteligentes, hablan claro y muy curiosos, pronto van a ir al jardín de infancia, doña Leonor la tía del director de la clínica me regaló un carro para que no andará a pie con mis niños, se lo agradecí de verdad estaba ahorrando para comprarme uno, hoy hablé con el abogado de la clínica para que me ayude con lo del divorcio, no quiero seguir atada a ese hombre.

Hoy estando en la clínica de guardia trajeron a un hombre de 55 años herido en un brazo y una pierna, me impresionó verle el color de sus ojos, iguales a los de mis hijos, él no me quitaba la vista de encima, necesito de una transfusión y su sangre es difícil y por casualidad es la misma mía y yo me ofrecí a donarle sangre, en la noche cuando estaba en la ronda, él estaba sentado en la cama peleando con otro hombre y cuando me vio se quedó en silencio, luego despidió al hombre y se puso hablar un rato conmigo, no sé por qué me preguntó si tenía hijos y le dije que dos que eran gemelos, les señale las fotos y se quedó impresionado, me preguntó cómo me llamaba y le dije que Lina Rodríguez, me preguntó el nombre de mi madre y le dije que Luna Rodríguez, me preguntó si yo era de Chicago y le dije que no que era de México, yo le pregunté si tenía hijos y me dijo que no, que su esposa lo había perdido y no pudo tener más hijos y que ella había muerto de cáncer hace dos años, que era de España.

Después me despedí, ya había terminado mi guardia.

Regrese a los dos días, ya que cuando se tiene guardia de 48 horas te dan dos días de descanso, cuando llegó paso revista por las habitaciones y está él hombre todavía hospitalizado, cuando me vio se le salieron las lágrimas y me dio un beso en la mano y me dijo me has hecho el hombre más feliz del mundo, yo le sonreí y seguí mi ronda, a media mañana me mando a buscar cuando entre al cuarto una mesa con mucha comida, me invitó almorzar, yo le dije que eso no era permitido y me dijo que él se podía dar ese gusto, me contó parte de su vida y me pidió conocer a mis hijos, yo le dije que hoy tenía que buscarlos temprano y que antes de ir a la casa se los traía para que los conociera.

Salí a buscar a mis terremotos y los traje a la clínica se los lleve y al verlos se puso a llorar, los abrazo, los beso y les dijo a mis hijos que eran sus nietos y que lo llamarán abuelo, yo me reí, me despedí de él y me fui con mis hijos a la casa. Dos días después lo dieron de alta, ese día me regaló una pulcera de oro con una gargantilla, no se lo quise recibir, pero se negó que se lo regresará, por pena se lo acepte, pero un resultado de sangre me impresionó decía 99.99% positivo, le pregunté y solo me dijo pregúntale a tu madre, porque me lo oculto. Eso me rondo la cabeza todo el día, cuando llegue a la casa, le conté a mi madre todo y por primera vez la Vi nerviosa y se desmayo, eso me asustó mucho, luego que logre estabilizarla, ella me contó todo lo que vivió con ese hombre que resultó ser mi padre. Yo le dije que se quedara tranquila que el nunca más nos dañaría y que yo me encargaría de eso. A partir de ese día mi madre vive con un sobre salto, no atiende la puerta ni el teléfono, vive muy nerviosa, en ver en ese estado a mi madre decido ir de visita en busca del señor Daniel Alcázar, cuando llegó a su mansión, el está reunido hablando con una señora como de 70 años, me impresionó el parecido con mi hija, ella al verme le pregunta a mi padre si soy yo y el solo movió la cabeza afirmativamente y le dice es una buena médica.