La Villana de la historia Irina Ordóñez nos cuenta lo que la llevo a ese puesto. También veremos el nacimiento de una nueva villana. Espero y disfruten de la novela.
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Deseo ver hasta adonde está dispuesto a llegar.
Ese recuerdo aún me duele mucho. Es como una espina clavada muy profundo en mi corazón, porque no bastó todo mi esfuerzo para brindarle un hogar amoroso. Yo nunca pude competir contra Lorenza.
Creí estúpidamente que había ganado, pero en realidad la única victoriosa fue ella que se lo llevó lejos de mí.
Después de llorar y sacar toda esta angustia de mi pecho me dispongo a seguir con mi trabajo. Ya que es lo único que logra hacerme olvidar aquella época.
Bastaron solo dos días para que Armando me buscara en el hotel donde me estaba hospedando con la patética excusa de cerrar el contrato.
Claro está que solo bastaba una llamada de su secretaria para informarme de que yo había ganado la promoción.
Pero allí estaba él llamando a mi puerta vistiendo casual.
Yo por otra parte recién salía de darme una ducha y lo recibí en una bata delgada de seda roja.
No lo planeé en absoluto. Nunca creí que fuera a buscarme en persona, pero la sensación era excitante en sí misma.
_ Señor Escandón. Que lo trae por aquí.
_ Lamento mucho venir a buscarla hasta este lugar, pero quería darle las buenas noticias en persona. Me disculpo por mi atrevimiento.
_ Está bien. Agradezco mucho que se tomara un momento de su valioso tiempo para venir personalmente a darme tan buenas noticias. Por favor adelante y discúlpeme por recibirlo en este aspecto.
_ No tiene por qué disculparse Irina. Fui yo el que vino sin previo aviso.
Sé que Armando podía notar mis pezones erectos a través de la fina tela y mi cabello húmedo le daba un espectáculo completo.
Pero no se le dejaría tan fácil. Esta vez quería disfrutar de jugar con mi presa.
Alfredo me había enseñado un montón de cosas nuevas y descubrí junto a él que tenía gustos peculiares.
Con Amadeo hacía el amor tiernamente. Fabián era algo apasionado, pero rutinario. Solo se preocupaba por acabar y rara vez duraba más de dos round seguidos.
Pero con Alfredo era una sensación completamente nueva. Éramos pasión pura ruda y salvaje.
Solía atarme con cuerdas y usar juguetes sexuales en mi. También lo hacíamos en lugares públicos como el cine o baños de lugares de comida.
Me fascinaba la adrenalina que esos encuentros provocaba en mí.
Estaba ansiosa por descubrir qué me enseñaría este hombre nuevo sentado frente a mí. Y quería ver hasta dónde estaba dispuesto a llegar por follarme.
Con una voz sensual ya atrevida le dije.
_ Dígame qué lo trae exactamente por aquí Señor Escandón.
_ Vine a ...
_ ah .. ?
_ Cerrar el trato de la colaboración. Disculpe si la interrumpo.
_ Está bien solo tomaba una ducha refrescante, el calor aquí es otra cosa.
_ Ya veo. Si suele ser algo caluroso en esta época del año.
Su mirada me recorre de arriba hacia abajo lentamente. Lo que hace que comience a mojarme, ya que es demasiado penetrante y profunda.
Siento como si me estuviera desvistiendo solo con su mirada. La atmósfera se vuelve tan densa que debo romper este silencio incómodo de cualquier manera.
Ya que no se si él o yo pueda resistir la tención sexual que se formó de inmediato.
