El Viudo

Otro día se ofrecía para mí y ante él una nueva oportunidad, está vez debía ir a otra zona que quedaba un poco lejos de aquí, así que el viaje sería mayor debía darme prisa para ni llegar tan tarde, ya que dependía del trasporte público. Claudia tenía el desayuno listo para ambas cosa que agradecía siempre, así podía darme el lujo de dormir un poco más.

Nos habíamos complementado muy bien la verdad, desayunamos juntas, nos deseamos éxitos y marchamos cada una su destino, está vez la casa que debía limpiar eran una pareja de ancianos, su hogar era más pequeño que la casa anterior que trabaje ayer. Una Cuidadora fue la que me atendió y me mostró todo lo que necesitaría para mi labor.

Organicé todo, limpie en poco tiempo y aproveché y lave también, una vez terminado informé y la cuidadora revisó que todo estuviese en orden, está vez el trato fue más seco, quedamos para la próxima cita y marché del lugar, llegué a casa temprano y menos casada que ayer, comí algo, tomé un baño y me puse a terminar el proyecto, está vez si pude terminarlo, al otro día lo enviaría a mi profesor para la nota, solo me faltaba corregir algunos detalles, en los materiales estaban las direcciones de correo electrónico de todos los profesores así que no había pérdida.

Luego cómo de costumbre preparé la cena y así se mantuvo mi rutina diaria, la otra casa en la que trabajaría era un hombre solo, era callado pero respetuoso, no me dió mucho trabajo tampoco. Ya estaba más ejercitada y no me dolía tanto los músculos ya, todo parecía indicar que era falta de práctica. Los fines de semana Claudia me llevaba a fiestas y cenas fuera con sus amigos, ella se rodeaba con gente de buena posición, me prestaba sus ropas y no me permitía pagar ni un céntimo, era para que me relajará decía, de tanto esfuerzo, la pasábamos muy bien juntas.

Cuando estábamos en tercer año ella conoció a su actual novio, se comprometieron enseguida, era un amor de película, planeaban casarse en cuanto terminarán la carrera, ella me había presentado a su amigo Maikel pero lo nuestro no era cómo el amor de ellos dos, yo no sentía el flechazo así cómo dicen, estábamos juntos pero no fue a más, terminando un año después, el conoció a otra que según él lo hacía sentir querido y único, no como yo.

La verdad no me importó mucho, yo no estaba interesada en relaciones aún, solo quería estudiar, salir adelante, ayudar a mi familia. En todo este tiempo pude ayudarlos mucho, cada mes enviaba mil dólares para ellos, igual yo gastaba poco y Claudia dejó de cobrarme el alquiler, solo mantuvimos los gastos del hogar por igual, no me importaba el lujo, ni ropas caras nada de eso, tenía un objeto y debía cumplirlo.

Mis padres y mis hermanos estaban muy orgullosos de mí, todos los años yo iba en las vacaciones, incluso una vez Claudia fue conmigo, quedó maravillada con la belleza de allí, la calma, el paisaje todo. Cada vez que iba mis padres no dejaban de elogiarne por mi buen actuar. En realidad gracias a ellos es que puedo hacer esto así que don ellos los que debo agradecer y felicitar.

Claudia luego de mi ruptura con Maikel se empeñaba en buscarme novio, yo claro esquive cada propuesta, me centré en mi trabajo y el estudio, ya casi terminaba y quería encontrar un trabajo estable que me garantizará el futuro en este país, otro logro que alcance fue el de hacerme ciudadana americana, así no tenía peligro de deportación, sólo rezar para triunfar.

Pero estoy aquí sentada en la cocina, con el móvil buscando una oportunidad, ya estoy graduada ha pasado un mes, Claudia se casa dentro de dos meses y yo tendré que marchar a otro lugar, no iba a vivir eternamente aquí, ella me dice que no me apresuré pero yo sé que un matrimonio debe y necesita vivir sólo, como dicen tres son multitud, ya bastante me ayudó todo esté tiempo, era mi momento de marchar.

Tenía una meta que sí en dos meses no encontraba trabajo estable regresaría a mi pueblo, ya que era mi destino, yo creía mucho en la suerte y el azar, así que obedecería con una sonrisa triunfal igualmente, pero un mensaje me hizo reaccionar y darme cuenta que la vida me quería allí, en ese momento y lugar, quién sabe con que fin.

El mensaje era de uno de mis clientes en las casas dónde limpiaba, resulta que el otro día mientras limpiaba una señora muy refinada visitó el lugar, ví que me miró raro y como que pregunto a la dueña sobre quién era yo, al saber de mis estudios está me quería contratar como secretaria para su hijo,en una prestigiosa empresa de marketing, el pago por mi labor era de doce mil dólares mensuales.

Estaba citada por ella para presentarme al otro día en la empresa, ella se encargaría de todo por su hijo, ya luego me explicarían mis funciones allí, no podía creer mi suerte y grité gracias y mil gracias al universo, le escribí a mis padres y a Claudia para darles la noticia.