Rebeca quedó embarazada pero ante la decisión de su novio de abortar, ella tuvo que irse, ¿qué sucederá?
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capítulo 17
Rebecca no sabía qué era esa extraña sensación, sentía que debía huir de allí pero no era una buena idea, se recompuso y fue hasta el comedor, todos estaban en la mesa, se sentó al lado de su hija y se sirvió un poco tímida.
Augusto había puesto la cena de Analu, se sentó en la silla principal como el hombre de la casa, a su derecha estaba Analu, la sirvió y la observó comer.
Rebecca intentó olvidar lo que casi ocurrió, aún sentía el beso de Augusto en su mano, su contacto, apartó de una vez por todas ese pensamiento inapropiado, repetía en su cabeza que no podía seguir pensando en eso.
Iolanda: ¿Estás pensando en matricular a Analu en una escuela?
Rebecca: Sí, pronto.
Iolanda: Le va a gustar mucho y tú estarás más tranquila.
Rebecca: Sí.
Augusto: ¿Entonces vas a estudiar, princesa? Qué bonita.
Analu: ¿Vas a estudiar?
Augusto: Ja, yo no voy, es solo para ti.
Analu: Yo no voy.
Augusto: Ja, entonces solo irás si voy, ¿no?
Analu: Sí.
Augusto: Ja, no puedes.
Analu: Puedo.
Rosana: Es muy lista para su edad.
Rebecca: Como siempre hemos sido nosotras dos, yo hablaba con ella y a veces parecía que hablaba sola, ella siempre prestaba atención a mi boca y así fue soltando sus primeras palabras ja.
Iolanda: Y desde entonces no ha parado ja.
Rebecca: Exacto.
Rosana: Disculpa la indelicadeza, ¿nunca has sentido la falta de un padre para ella?
Rebecca: No, siempre he dado lo máximo de mí, estoy segura de que ella no echa de menos a un padre, yo soy madre y padre para ella. Al principio me cerré completamente, y aún lo estoy, pero siempre he tenido miedo de conocer a alguien y que no le guste ella o que solo quiera mi atención, en Brasil la mayoría es así, es difícil encontrar a alguien que valga la pena y que quiera estar contigo y con "el hijo de otro".
Iolanda: Es una lástima, menos mal que estás aquí entonces, ustedes dos merecen alguien que cuide de ustedes, que les dé amor y cariño.
Rebecca: Solo pensaré en eso cuando Analu sea mayor, quién sabe si es el momento para que ese príncipe encantado venga a mí ja.
Iolanda: Ja, él tiene tiempo entonces.
Gustavo perdió el apetito, fingió necesitar atender una llamada y se fue a la sala de estar, no sabía qué estaba sintiendo, era una sensación desagradable, recordaba la carita de ella hablando de ese tal príncipe encantado...
Ela parecía estar dispuesta a conocer a alguien pero eso afectó a Augusto, tal vez porque alguien se convertiría en el padre de Analu, o tal vez porque él amaría a las dos. Augusto se sentía sofocado, eran muchas dudas y sentimientos confusos, solo sabía que esto no podía pasar, no ahora.
Vuelve a la mesa, Rebecca aún estaba sonriendo como una soñadora, él la observaba mientras ella hablaba, era tan hermosa, ahora que él se detenía a observar su forma y su rostro, nunca había visto a alguien tan dulce, hermosa, delicada en sus palabras... era una mujer muy interesante, sería la mujer ideal para su vida, la mujer que buscó toda su vida. Augusto aleja esos pensamientos de su mente, ¿cómo podría pensar eso?, ella tiene 19 años y él 30, nunca estaría con él, probablemente él solo sea alguien mayor para ella.
Rebecca lo mira pero rápidamente cambia su atención porque él la estaba mirando, no era una mirada cualquiera, era una mirada tranquila, cariñosa, llena de brillo e intensidad, como si quisiera comunicarse solo a través de los ojos, eso dejó a Rebecca tímida.
Se levantan de la mesa, se sientan en el sofá y siguen conversando, Augusto observa a Analu, ella comienza a sentir sueño y quiere a Rebecca, ella la toma en brazos y deciden irse.
Rebecca: Gracias por la cena, todo estaba delicioso, ahora tengo que irme porque esta niñita quiere dormir.
Iolanda: Gracias por haber aceptado, deberías venir más seguido, me gustó mucho conocerte mejor, eres bienvenida aquí.
Rosana: Solo puedo decir lo mismo, tú y la pequeña son muy bienvenidas.
Rebecca: Muchas gracias.
Augusto: Yo las llevo, déjame recoger sus cosas.
Rebecca: Gracias.
Rebecca se despide de ellas, va hasta el ascensor con Augusto, bajan y se dirigen al auto.