Odiada por sus padres debido a una cicatriz en su frente, Helena es vendida al poderoso director ejecutivo Medina. En un intento extremo por liberarse de un matrimonio por contrato, ve que la única salida es huir.
La fuga no sale como ella imagina y, cuando se mete en problemas, conoce a Vitor, un apuesto joven que está decidido a disfrutar de sus últimos días como soltero, antes de ceder al deseo de su padre de casarse y comenzar una familia.
Como no se conocen, los dos deciden no hablar de los detalles de sus vidas y pronto surge un sentimiento que les hace soñar con un futuro juntos e intentar ser felices...
Pero el pasado regresa, y Helena se verá obligada a cumplir su parte del contrato y Vítor regresará a su destino.
¿Podría ser este el final de una intensa pasión? ¿O es simplemente el destino jugando una mala pasada para poner a prueba este amor?
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04
Al escuchar esas palabras, Helena esbozó una pequeña sonrisa y luego dijo:
__Te pagaré la camiseta, te debo las explicaciones, en cuanto me entere te diré “seguramente esos hombres no estaban siguiendo las órdenes de mi padre, porque sé que él me quiere viva para cumplir eso”. Maldito contrato”, añadió mentalmente mientras mostraba una pequeña sonrisa.
Sólo después de ver los bellos rostros de Vítor Helena recordó que estaba herido, por lo que se agachó junto a Vítor, sacó una botella de agua de su bolso e inmediatamente comenzó a lavarle el brazo.
No había medicina, así que después de limpiar la herida, Helena cubrió la herida con un pañuelo blanco que estaba en sus cosas.
__¿Eres un ladrón o un fugitivo de la policía?-Preguntó Vítor, casi haciendo que Helena se ahogara con un poco del agua que estaba bebiendo en ese momento.
Mientras hablaba, Vitor señaló el bolso de Helena, estaba entreabierto y mostraba una gran cantidad de dinero en billetes de 100 dólares.
Helena cerró rápidamente su mochila, se levantó y luego dijo:
-¡Nuestro! Eres muy amable, tus palabras son dulces y el sonido encantador - bromeó Helena mientras miraba fijamente a Vítor.
Eso es porque Vitor preguntó en un tono no muy agradable, ese comportamiento molestó un poco a Helena.
—Olvídate de tu estúpida pregunta y concéntrate en encontrar un camino que nos lleve a algún lado, dijo Helena mientras se ponía de puntillas tratando de encontrar señal de celular.
En ese momento, Vítor se levantó con cierta dificultad y pronto levantó a Helena, quien de repente se sintió muy avergonzada.
—¿Qué estás haciendo?-Preguntó Helena con confusión en su rostro.
—Date prisa, pesas mucho, dijo Vítor y luego dio una sonrisa tímida, pero en realidad tenía ganas de llorar, porque le dolía mucho el brazo y ya se le estaba hinchando un poco el tobillo.
Entonces, en la fuerza del odio, Helena continúa estirando el brazo en direcciones alternas, pero lamentablemente no encuentra ninguna señal para pedir ayuda.
—Me rindo, bájame, dijo Helena mientras miraba en otra dirección, no quería aceptar que estaba enamorada de Vitor.
—Tu deseo es orden mía, señora impulsiva, respondió Vítor sonriendo y luego permitió que el cuerpo de Helena se deslizara lentamente sobre el suyo.
Los pequeños pechos de Helena pasaron muy cerca del rostro de Vitor, este no pudo ocultar su mirada penetrante, al ver el complicado rostro del joven, Helena se sintió un poco angustiada y pronto dijo:
—Sigamos con esto, todavía puedo levantarme sola —dijo, acariciando a Vítor un par de veces.
—¿Eso es lo que llamas una bofetada?-Preguntó Vitor sonriendo mientras colocaba a Helena en el suelo.
Como Vitor prácticamente la soltó sin ninguna delicadeza, Helena cayó sentada en el suelo de tierra, se molestó, se levantó y luego le dio una gran palmada en la espalda a Vitor y le dijo sonriendo:
—Eso es lo que yo llamo una bofetada, dijo y luego se alejó por miedo a represalias.
Pero Vítor solo sonrió, se sentó en el suelo, tomó un palo, pensando usarlo como lápiz y pronto comenzó a hablar:
—Basta de bromas, señora, siéntese aquí conmigo y tratemos de encontrarnos, dijo sonriendo.
Helena se sentó y pronto comenzaron a hablar, hicieron una especie de mapa, tomando como punto de partida el lugar donde paró el tren.
—Bueno, estamos muy cerca de París, en cuanto a Giverny, tenemos que caminar alrededor de las 7 de la mañana, así que será mejor que volvamos, dijo Vitor, entristeciendo mucho a Helena.
“No puedo volver atrás, prefiero perderme en este bosque siendo devorada por los mosquitos que casarme con un viejo cabrón y gruñón”, pensó Helena mientras se levantaba.
—Entonces, según tu análisis, ¿París está en esa dirección y Giverny en esa dirección?- preguntó mientras señalaba dos senderos, con bosques un poco densos.
Vitor asintió y luego Helena caminó hacia el camino que conducía a Giverny, al ver eso, Vitor soltó un grito de dolor, haciendo que Helena corriera hacia él luciendo muy preocupada.
-¿Te sientes mal? Dime dónde te duele, intentaré ayudarte-dijo Helena, ya sujetando ligeramente el brazo de Vítor.
En ese momento, Vítor acercó a Helena y luego habló prácticamente en un susurro:
—Siento dolor en el corazón al saber que la hermosa niña que ayudé a salvar me está dejando en paz, más aún cuando está herida—dijo y luego puso una cara de perro triste.
Eso causó sensaciones extrañas en Helena, al estar tan cerca de Vitor sintió que su cuerpo se calentaba de repente, planeó robarle un beso, pero Vitor lo hizo primero.
Ese fue el primer beso de Helena, ella no sabía cómo reaccionar, así que se dejó guiar por Vitor, su cálida lengua recorrió el interior de la boca de Helena, en un beso tranquilo y lleno de ternura que Helena no supo de dónde venía. .
En ese momento, Helena dejó escapar unas lágrimas pesadas, pues en ese momento recordó que nunca recibió un beso de sus padres, ni siquiera de buenas noches ni en su cumpleaños o bautizo, porque ni siquiera la miraron a la cara.
Después de terminar el beso, Helena se sintió avergonzada y planeó disculparse, pero Vítor le sonrió hermosamente y pronto dijo:
__De aquí solo saldremos juntos, así que llévame a donde vayas- dijo Vitor para luego apoyarse en el hombro de Helena.
Sin entender lo que estaba pasando allí, Helena esbozó una media sonrisa, tomó el bolso de Vitor y luego se adentró en el bosque.
