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La Odisea De Una Flor Perdida

La Odisea De Una Flor Perdida

Status: Terminada
Genre:Aventura / Viaje a un mundo de fantasía / Sci-Fi / Sirena / Amor eterno / Piratas / Completas
Popularitas:79
Nilai: 5
nombre de autor: Powder34

Stan despierta en medio de un planeta desértico sin recordar nada más que el rostro de su esposa, quien fue raptada por un pirata y ahora él junto a su compañera deberá emprender un viaje para salvarla.

Encontrándose en el camino enemigos que se creía que eran simples mitos de la Tierra, y algunos pocos aliados.

¿Podra salvar a su esposa? ¿podra sobrevivir a su propia odisea?

NovelToon tiene autorización de Powder34 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo #12: La Hechicera

Euríloco había llegado de pronto a la orilla exaltado y con la respiración agitada, a simple vista parecía que había visto al peor de los monstruos.

—¿Con quién? ¡¿Dime con qué te encontraste?!

—Con el peor monstruo de todos

—¡¿Con quién?!

—Con una mujer… Capitán

—¿Qué?

—Como escuchó, capitán, el peor monstruo que un hombre como nosotros puede enfrentar, una hermosa mujer que nos dio refugio, comida y era muy maternal con todos, ni siquiera la princesa Roxy fue capaz de resistir, y… los transformó en animales con su mugrosa comida, ¡Debemos irnos antes de que…!

—No —le interrumpí— Hay que ir a salvarlos, no podemos perder a más —traté de irme a salvarlos, pero fui detenido por mi compañero—. Euríloco, no podemos quedarnos aquí, hay que salvarlos

—Capitán, créame lo mejor es irnos, así podremos salvar a los que nos quedan

—¿Qué? No voy a dejarlos ahí con ella, tenemos que salvarlos

—¡¿Y arriesgar la vida de ellos?! —me sujetó de mi ropa— ¡Capitán, piense! ¡Lo necesitamos y usted nos necesita!, no puede arriesgarnos ni arriesgarse así

—Sí, yo los necesito pero no puedo dejar que más de ustedes mueran, no quiero más cadáveres en mis hombros, es por eso que debo salvarlos y tranquilo —quité su mano de mi ropa— No me pasará nada, confía en mí… En tu capitán —comencé a caminar hacia el interior del bosque de la luna—. Solo confía

—¡Capitán! ¡Piense en su esposa! ¡¿No quiere verla?! ¡Por favor no vaya! —insistió intentando protegerme—

—Sí, pienso en ella… en cada momento, es por eso que lo hago —lo detuve con la mirada—. Ahora tú piensa en mí y quédate aquí con ellos, y si no vuelvo, váyanse, solo… deja que trate, ¿okey?

—Capitán… —susurró preocupado mientras me veía desaparecer entre los arbustos—.

Caminé por el bosque en busca de aquella mansión, a simple vista no era un lugar extraño, era muy normal a decir verdad, solo notarías lo extraño del lugar si eras observador. En el camino noté un olor a perfume que envolvía el bosque, al igual que las miradas de los animales que habitaban el bosque.

Sus miradas eran muy similares a las de las personas, tampoco era lo único peculiar en ellos, eran demasiado domésticos, incluyendo los animales que deberían ser peligrosos como los osos y panteras que habitaban el bosque.

—¿Qué? —murmuré asustado mientras se me acercaba un inmenso oso con curiosidad—

Rápidamente saqué mi espada para defenderme, sin embargo, aquel oso me tiró de la ropa para guiarme a la mansión. Era casi como si supiera que no era de aquí, y que mi objetivo era matar a la hechicera.

—Verga… —susurré asombrado por la majestuosa mansión de la hechicera—.

Antes de que la hechicera me viera, el oso me lanzó a un arbusto para que me escondiera de un grupo de mujeres que salieron de la mansión.

—No puedo creer que llegarán más viajeros

—Jaja, y justo en la época en la que necesitábamos comida

—Sin duda fue buena idea transformar a la mitad en cerdos

Esperé a que esas mujeres se fueran por completo de la mansión, para salir de mi escondite y entrar a la mansión pero… Hermes me detuvo antes de que cometiera una tontería, me estiró del brazo para lanzarme al suelo.

—Jajaja, ay humanito tantas ganas tienes de que una mujer te devore —se burló mientras tenía las manos ocultas en su espalda—.

—Hermes, creí que estabas con los demás

—Dime humanito, ¿Cuál es tu plan? Aparte de que te conviertan en el banquete principal

—N-No, mi plan es entrar y… y…

—¿Sí? Humanito

—Está bien, no tengo un plan pero no puedo dejar que Roxy y los demás mueran —di un largo suspiro—. Los necesito y… Posiblemente esto es lo que Flor hubiera querido

—Ajá, ¿y tú? Humanito ¿Qué quieres?

—Quiero verla… Es lo único que quiero ahora, y tal vez algo de comida

—¡Pues es tu día de suerte! Humanito, porque tengo… —me mostró una flor verde que brillaba con demasiada intensidad—. ¡Esto! Es tu esposa

—¿Eh?

—¡¡Porque es la Flor de tus sueños!! —añadió esperando a que entendiera su chiste—. Lo entiendo, es muy malo pero vamos, no seas aguafiestas, ríete antes de tu última cena jaja o en el caso de esos elfereanos que nos acompañan, ¡Su último sazón!

—¿Qué? ¿Qué es esto?

—Es Moly, te servirá para enfrentar a…

—Circe… —lo interrumpí—

—¿Huh? ¿Cómo sabes eso? Oye, eso es trampa y no se vale

—¡Porque mi hermana menor me obligó a leer la odisea! ¡Gracias a que ella era fanática de ese musical de Youtube!, y se que le diste moly a Odiseo para enfrentar a Circe

—Huh, le di moly a Ody, no lo recuerdo muy bien, aunque que más da, humanito, cómete a tu esposa, solo recuerda, no dura para siempre así que tienes un tiempo limitado para enfrentar a Circe

—Gracias —agradecí mientras me metía la flor en la boca para comérmela—.

—Jaja, no hay de qué, aunque puedes considerarlo un regalo de mi parte y de mi padre —respondió riéndose entre dientes—.

Luego de comer la flor que me había dado Hermes, sentí como mi cuerpo se sentía menos cansado, más ligero, me sentía mucho más fuerte. Sin pensarlo mucho entré a la mansión de la hechicera, encontrando dentro a animales de todo tipo en jaulas. Entre esos animales se encontraba un zorro de pelaje dorado que tenía la misma mirada y los mismos ojos color esmeralda que Roxy.

—¡¿Dónde están?! ¡Circe! —grité desenfundando mi espada—.

—¿Quién eres tú? No me digas que eres el capitán de esos elfereanos que se fueron hace unas horas

—¡No mientas! ¡Lo sé todo! ¡Los convertiste en animales con tu comida y tu vino! —respondí mientras caminaba hacia ella—.

—¿Ah? ¿Cómo te atreves a hablarme así?, menos cuando vienes tú solo —ocultó su mano detrás de su espalda— Deberías ser más respetuoso, cuando solo eres un simple humano

Las luces de la mansión comenzaron a parpadear, su perfume me envolvió en un intento por adormecer mi cuerpo, mi cuerpo por momentos se hizo pesado. Los animalitos enjaulados me miraban con ojos llorosos suplicando su libertad. En mi mente escuchaba la voz de mi mujer que repetía mi nombre sin parar, intentando detenerme. Solo que nada de eso fue lo suficiente para detenerme, sin titubear la puse contra la pared y le puse mi espada en el cuello.

—Te lo volveré a preguntar —Circe sonrió en respuesta, con ayuda de su magia tomó la forma de mi amada esposa—. ¿Dónde están mis compañeros? —solo que su ilusión no me afectaba, pues seguía viéndola con su apariencia— Responde… —ordené acercando más la hoja de mi espada, cortando levemente su cuello—.

Circe soltó una pequeña risa de frustración y sorpresa al ver que su magia no funcionaba en mí, lo que le causó un pequeño déjàvu. Ya que no era la primera vez que estaba en dicha situación.

—Ese idiota de Hermes, juro que lo voy a matar… —susurró frustrada—. Primero Ody y ahora este…

—Tsh, ¡Déjate de juegos! ¿Y dime dónde tienes a mis amigos? O juro que voy a matarte aquí mismo

—Está bien, está bien te lo diré —la miré fijamente por unos segundos para confirmar que no estaba mintiendo, al ver que decía la verdad me separé de ella—. Pero dime, humanito —comenzó a acariciar mi brazo de manera seductora—. Tú también llevas tanto tiempo solo ¿verdad? —añadió con una sonrisa—. Solo déjate llevar y déjame mostrarte lo que es capaz de darte una mujer como yo

—Ya… ¡Ya tengo una esposa! —exclamé alejándome de Circe—. Ahora por favor, dime ¿dónde están mis amigos?

—Bien, bien, te diré dónde están tus amigos, aunque dime, por curiosidad, ¿Poseidón trata de matarte? ¿Y tienes una esposa que no has visto en mucho tiempo?

—S-sí, ¿por qué?, espera ¿Cómo sabes eso?

—Ugh, ¿por qué todos los hombres son todos iguales?

—¿Eh? ¿A qué te refieres?

—N-No es nada, solo malas experiencias del pasado

“¿Acaso le recuerdo a alguien?” Pensé confundido viendo a Circe con curiosidad

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