Un Rey de Hielo, el más temido , frío y sin corazón busca a una Reina perfecta.
Una joven Audaz, fuerte, libre, envuelta en su mundo desea escapar..
¿ Qué pasará si sus caminos se unen ?
⚠️🔞❗️ Escenas explícitas, vocabulario, maltrato emocional
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La gran preparación
En el ducado lejos del castillo, en uno de los balcones que daban al jardín interior, Nadyra observaba con los brazos cruzados, esperando a él consejal. Notando el movimiento exagerado del reino por la presentación.
—Todo este alboroto… solo para anunciar a la futura reina —comentó Nadyra con una sonrisa seca—. No entiendo porque aun no se quien es.. Segun se es alguna de las Frely.. ¿ Pero quien ? Liora estaba muy tranquila aunque en la ceremonia contesto bien.. Y Adena no tanto.. .
Veyran llego a ella en ese momento
— Todo listo. —respondió con voz plana— La carta será entregada hoy mientras la ceremonia se haga.
Nadyra dio una media sonrisa.
—Lo aprecio tanto .. Mi familia estarán más que agradecido con su ayuda consejero Veyran.
Veyran giró el rostro hacia ella, estudiándola un momento, solo asintió y se fue derecho lugar.
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Los primeros rayos del sol entraban por los ventanales altos, iluminando el cuarto donde Serena estaba de pie, mirando el cielo todavía grisáceo.
《 Hoy es el día.. Papa seré Reina, espero poder encontrarla .. Te lo prometo 》
Se escuchó un golpe suave en la puerta y entraron tres doncellas portando toallas, frascos con aceites y cajas de seda.
—Su Alteza, es hora de prepararla —dijo la mayor con una reverencia.
Serena respiró hondo, girándose con serenidad.
—Está bien. Empecemos.
La guiaron hasta la gran bañera de mármol blanco, llena de agua tibia con pétalos de lirio.
Una de ellas vertió aceite perfumado que dejó en el aire un aroma fresco, casi etéreo.
Mientras la bañaban, las doncellas conversaban en voz baja, con respeto, como si el simple contacto con ella exigiera delicadeza.
《 Parece que ahora si cambiaron las cosas 》
– Pueden mirarme.. No me molesta si me hablan .
Las doncellas sonrieron y asintieron juntas.
– Sí Su Majestad..
Una vez tranquilas comentaron los chismes del día, haciendo que Serena se entere de que hay muchas mujeres engañosas y hombres infieles, mientras el agua reflejaba los primeros destellos dorados de la mañana.
Tras el baño, envolvieron su cuerpo en telas suaves y la sentaron frente al gran espejo de madera oscura.
Una doncella peinó con cuidado su cabello, dejándolo caer en suaves ondas sobre los hombros.
Otra comenzó a colocar pequeñas gemas plateadas en las trenzas que coronaban su frente.
– ¿Dónde aprendiste a peinar así? Está hermoso.
La joven se sonrojó con una sonrisa – Recorrí los Reinos Su Majestad, es el que está de moda, y viene del reino de Fuego..
Serena sonrió – Está hermoso.. Dime ¿ Cómo es tu nombre ? ¿Ya terminaste la academia? ¿O estudias Estilismos..? Tu abuelo me recomendó tus métodos.
– Me llamo Calysta Majestad..Ya terminé mi academia, estoy en el último año de mi carrera y me recibo de estilista Majestad.
– Entonces ve pensando en ser mi Estilista real.. ¿Te parece?
La joven sonrió más que feliz, asintió rápidamente con emoción terminando su peinado.
El vestido lo trajo el Sastre, miro a la joven que sonrió feliz a su lado.
– Parece que si Majestad le gusto tu peinado ..
– Sí abuelo, me pidió ser su estilista real- contenían la emoción
El sastre sonrió – sabía que eres increíble mi niña – Dijo último saliendo, dejando alas damas.
El color del vestido era de un blanco nacarado con finos bordados plateados que parecían hojas de vid ascendiendo por el corsé.
La falda, ligera, pero amplia, tenía un brillo sutil que capturaba la luz sin opacar su porte.
Y la gran capa larga, Roja rubí, con el borde del ciervo reina era tan hermoso que las damas abrieron los ojos al verlo.
Mientras la ayudaban a vestirse, el murmullo de preparativos llegaba desde los patios: el sonido de los martillos ajustando tarimas, las órdenes de los guardias, los relinchos de los caballos de los mensajeros.
💒El gran salón
El salón principal del castillo, preparado para la ceremonia, parecía otro mundo.
Altos candelabros colgaban del techo abovedado; flores blancas y plateadas decoraban las columnas.
El emblema real de los Eryndor, colgaba imponente sobre el estrado.
Orión ya estaba allí, vestido con un uniforme ceremonial de Blanco y plata, con la gran capa roja dejándolo tanimonente, su porte tan recto que imponía sin necesidad de palabras.
A un lado, el rey Henry conversaba con algunos duques y consejeros.
Maximus y Elián, en trajes oscuros de gala, bromeaban entre ellos intentando aligerar la tensión.
Cassandra, espléndida con un vestido azul medianoche, entró con Liora y Adena.
Todas dirigieron una mirada rápida al estrado y luego se dedicaron a susurros discretos entre ellas
A su lado, Veyran permanecía impasible, aunque sus ojos seguían cada movimiento en el estrado.
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En su habitación, Serena se levantó cuando la última doncella abrochó el broche plateado de su corsé.
Se observó en el espejo: la sencillez del vestido resaltaba su porte natural; el brillo de sus ojos bastaba más que cualquier joya.
—Su Alteza está lista —anunció la doncella principal con una sonrisa leve.
Serena asintió, respirando hondo mientras se alisaba la falda.
《 Bien.. No te caigas.. No te caigas .》
Sabía que al cruzar esas puertas, no solo sería presentada al reino… también entraría en un terreno lleno de ojos que la juzgarían y bocas dispuestas a envenenar su nombre.
Pero al salir de la habitación, su expresión era tranquila, imperturbable, como si cada paso que daba fuera exactamente el que debía.
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