5 familias, un amor inesperado y la traición present, hacen de este amor una tragedia.
ahora Melinda no sabe que hacer, el misterioso hombre con el que estuvo una noche está frente a ella, pidiéndole saber el nombre de sus hijos.
2 familias poderosas tendrán que unirse para mantener el orden la paz de una traición, un amor en la tragedia va surgir, el recuentro de un padre con sus hijos, los secretos salen a la luz y la tragedia se hace present.
te animas a leerla, el destino siempre hace de las suyas y nada lo hace fácil.
te invito a conocer la historia de amor de Melinda, en un mundo alterno.
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CAPITULO 04 Quiero más
Melinda le da una sonrisa, le dice con una dulzura. – no seas curioso y solo brindemos.
Los dos brindaron después de tomarse media botella y disfrutar de la vista, Astaroth no podía más, estaba curioso sobre su vida, quería saber más de ella, inquieto le dice. - ¿puedo preguntar sobre ti y tu vida? Quisiera conocerte un poco más, saber ¿Por qué tienes una mirada tan triste?
Melinda desvía su mirada, ve la hermosa vista, con una calma le dice – pregunta, te contestaré solo porque me has dejado ver tan hermosa vista, aunque claro tal vez yo también pregunte sobre ti.
Astaroth sonríe nervioso, no se esperaba esa respuesta, pero era tanta su curiosidad que no pudo evitar preguntar. – dime ¿Qué tanto es verdad de lo que la mujer te dijo?
Melinda suspira, voltea a mirarlo, toma un trago de su copa, indecisa le contesta. – yo venía de una buena familia, hasta que alguien traicionó a mis padres; mi novio era un conocido de la familia, a mis 14 años nos hicimos novios, pero nunca me metí con él, cuándo pasó la desgracia de mi familia, se quedó a mi lado, fingió ayudarme, apoyarme, pero justamente hoy en mi cumpleaños tenía un plan para llevarme a su cama y después dejarme.
Estoy furiosa, pero me enteré justo a tiempo (con una sonrisa siniestra en su rosto le dice) y les regresé su plan, ¿Sí gustas ver lo que hice? Mañana seguro saldrá una noticia muy interesante, de jóvenes disfrutando de sus bajas pasiones, será la conversación de toda la alta sociedad.
Dime ¿Por qué los hombres se obsesionan por ser el primero en la cama de una mujer? ¿Qué tiene de interesante eso?
Astaroth suelta una gran carcajada, trata de controlar su risa, ella siempre lo sorprende y divertido le contesta. – discúlpame, creo que esa pregunta tendrás que hacérsela a tu novio; yo la verdad prefiero mujeres experimentadas, donde no tenga que lidiar con los sentimientos y arrepentimientos de perder ese gran momento.
Chicas sin experiencia no sería algo que yo quisiera tener en mi cama, no es algo que me guste, aparte de tener que enseñarles, hay que ir despacio para no lastimarlas y lo más importante, no sabrían como satisfacerme.
Melinda lo mira curiosa y burlona le dice – entonces ¿Por qué me trajiste aquí? Estabas tan insistente en que me quedara contigo. Un hombre tan seductor no perdería el tiempo así.
Astaroth suspira, con una tranquilidad y seriedad le dice. – no voy a negarte que desde el momento que me jalaste afuera del baño te me hiciste muy guapa, me llamaste la atención físicamente, por un momento pensé que querías solo seducirme.
Claro que el ser seducido por una mujer tan guapa y con esas curvas, ¿cómo negarme a esa invitación?, pero cuando regresé con todos y vi que tenías razón, fue aún más interesante; cuando te vi sentada sola, claro que le pregunté a uno de los meseros con quien estabas y me dijeron que sola, por eso me acerqué.
Al estar platicando contigo y que en ningún momento has preguntado mi nombre, no entendía si era porque me conoces o porque simplemente no te interesa eso, es algo que tienes que explicarme, porque muero de la curiosidad.
Bueno, después cuando pasó todo con la mujer y que tú decidieras dejarme ahí, así como si nada, eso hirió más mi orgullo; no sé realmente como te convencí de que no te fueras y te quedaras conmigo.
Después de todo lo que te gritó esa mujer, tú en ningún momento te dejaste o le mostraste miedo, solo la callaste.
Eso es digno de una gran chica; cuando salimos de ahí, el ver tus ojos con esa tristeza, la verdad más que seducirte solo quería conocerte más, no hay más que eso.
Melinda lo mira curiosa, toma de su copa, con tranquilidad le dice. – sobre tu pregunta, eso fue porque realmente no me interesa saber quién eres, como te habrás dado cuenta tuve una muy mala noche y hoy lastimaron mi corazón; conocer a otro hombre, no gracias, aunque no te voy a negar que el estar aquí y en tu compañía es lo mejor que me ha pasado esta noche, “Gracias”.
Ya que lo mencionaste ¿Astaroth es tu nombre? De esa manera te nombró ese hombre.
Astaroth la mira con una gran sonrisa en sus labios y tomando una actitud seria le dice. – no, ese no es mi nombre, ese es mi apodo. Dime ¿deseas saber mi nombre?
Melinda lo mira a los ojos y su rostro seductor, muerde su labio inferior y tranquila le dice - ¡No! Dejémoslo así, al fin de cuentas no creo volverte a ver, quiero dejar esta noche hermosa y tu recuerdo así, como un bello recuerdo.
Astaroth frunce el ceño, inquieto le dice. – ¡No estoy de acuerdo! La verdad yo sí quisiera volverte a ver; pero dejemos esta plática para cuando termine la noche, te lleve a tu casa, lo platicamos y ya me dirás, si quieres saber mi nombre o no.
Melinda toma la botella de vino, le sirve a él y sirve la suya, con dulzura le dice – bueno, dejemos la plática así, ya veremos qué pasa al terminar la noche.
Mejor por qué no me dices, ¿Este lugar es tuyo? ¿Traes a muchas chicas aquí?
Astaroth le sonríe y seductoramente le dice. – ¡No! Es de mi hermano, pero cuando vengo me lo deja para que me quede, no me gusta estar con mi familia.
Mi madre quiere algo de mí y aún no estoy listo para complacerla, ¡Mi hermano! Bueno él es muy lindo, tan dulce que termina de empalagoso, me abruman y sobre tu pregunta, ¿Si traigo chicas aquí? No, eres la primera que invito.
Melinda decaída le dice. – lo que yo daría porque mi madre o mi padre estuvieran aquí y me abrumen con su dulzura; no hagas esto, disfrútalos que el día que te lleguen a hacer falta vas a desear tener hasta esos momentos molestos.
La plática entre los dos fue muy larga, Melinda le contó lo que hizo, Astaroth le platicó de su madre y su hermano; la plática fue tan buena para los dos que cuando menos pensaron ya llevaban 3 botellas de vino, los dos ya se sentían mareados.
Él que nunca se había sentido así estaba feliz, nunca perdía el control de lo que bebía, pero esta vez no le importó.
Melinda quería beber más, Astaroth solo quería seguir disfrutando de su compañía, entró a la casa y sacó otra botella.
Siguieron tomando y platicando, Melinda estaba ya muy tomada al igual que él, le dice con inseguridad y curioso. – dime la verdad ¿Tú, no estarías con una mujer sin experiencia?
Astaroth la mira curioso y sorprendido por su pregunta, inseguro le contesta. – no me gustaría juguetear con una mujer de esa manera, quitarles algo que deberían apreciar más que nada en su vida, deben de hacerlo con el hombre que amen y las ame, no solo por experimentar.
Melinda incrédula le dice. – eso es raro, que un hombre se niegue, digo es algo que los hombres siempre piden ser el primero.
Melinda se acerca a él seductoramente, acaricia su mano siguiendo por su brazo hasta llegar a su cuello, sigue hasta llegar a su rostro, pasa su dedo por sus labios tratando de seducirlo.
Astaroth la detiene sosteniendo su mano, inquieto le dice. – Princesa no hagas eso, no es bueno, no quiero dañarte; yo no soy un buen hombre y no seré el que te lleve por este camino, mejor vámonos no me gustaría cometer una locura.
Melinda se ríe con una gran carcajada y le dice divertida – tú no me llevas por ningún camino, soy yo la que está tratando de seducirte.
Sabes estoy tomada y tú también, pero aún soy consciente de lo que hago, tomé la decisión, déjame estar contigo solo por esta vez, no habrá reclamos, ni quejas; si quieres que mi noche sea perfecta, haz lo que te pido o ya que te ofreciste a pagarme lo que hice por ti, hazlo de esta manera.
Astaroth la mira tan decidida, con su cabeza niega; le dice desconcentrado. – no está bien, mañana lo pensarás mejor ya sin el alcohol en tu organismo y sabrás que es mejor que no pasara nada, mejor vámonos le hablaré al chófer para llevarte a casa.
Melinda le quita el celular de la mano y lo avienta al suelo, evita que se levante, se sienta en sus piernas quedando frente a él, molesta le dice – no te dejaré que te levantes, dime ¿Acaso no soy bonita? ¿No te gusto? ¿Tan poca cosa me cree?
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