Frontera Roja

Alejandro quiere alejarse de las moscas, como dice él. Para poder liberarse de esas alimañas, ha cambiado fey idea sobre la venta de la empresa de su padre. No le encuentra sentido venderla, ¿Para qué si Victoria está en la cárcel?

La empresa está a su nombre, su padre todavía sigue siendo el gerente, pero si muere él, no habrá nadie que lo suceda, Alejandro solo es abogado, no tiene nociones de gestión empresarial. Por lo tanto, pensando en ello, Alejandro decide viajar a Inglaterra para estudiar administración de empresas con una especialidad en gestión financiera.

Deja su país, y emprende su viaje a extranjero con el sueño de ser el nuevo director y lo más importante, tener a su lado a Klea para cuidar de Kader. La idea de tener una familia ya no cuenta, Klea no puede, ha leído el informe médico y lo estremeció bastante. El único niño de casa será Kader, pero ese niño será hombre pronto, se irá de casa ¿Y?

Alejandro inicia sus estudios con el pie derecho, y como dueño de la empresa muchas veces lo llaman para informar de los últimos movimientos y eventos. Poco a poco Alejandro va tomando control de la compañía, va dirigiendo desde Londres con videoconferencias, videollamada. Su padre está siendo desplazado de su puesto.

Klea sigue laborando en Interpol, su horario laboral es solo por las mañanas, puesto que por las tardes quiere pasar tiempo con Kader. El niño no está sólo, Carla y Alma lo acompañan junto con los abuelos.

Kader crece feliz en casa, ha pasado un año desde su acogida, ha aprendido bastantes palabras en español, y Klea piensa que es momento de dejarlo en la guardería para que socialice con niños de su edad y aprenda el español a su ritmo. Lo que no entiende el niño, es ¿Por qué sus amigos tienen a un hombre que los recoge junto con mamá y le llaman papá? Eso se ve de vez en cuando, y Kader pide a mamá por un papá para estar igual que sus compañeros.

Freddy se entera del asunto de su hermana y la acompaña cuando puede para hacer creer a los niños que él es el papá. Kader no es tonto, le dice tío. Klea siente presión, pero le tiene paciencia, total, es un niño, con el crecer va a entender las cosas.

El tiempo no se detiene, Alejandro estudia con empeño y estar a cargo de la empresa le hace más fácil el estudio, es una gran ventaja lo que hace que avance cursos satisfactoriamente. En cuanto a asuntos legales, los resuelve solo, conoce las leyes de su país, por lo tanto, pasa de largo.

El juez no se distrae con nada, en sus horas libres, adelanta cursos para acabar más rápido, en las vacaciones, de igual manera, adelanta cursos para no dejar pasar tanto tiempo. Kader necesita de un padre, y Klea de alguien que la cuide, con eso en mente va dejando atrás a sus compañeros de clase.

Kader estudia en una escuela infantil que solo atiende exclusivamente a los hijos de los policías, y como tiene por madre a una policía, recién nombrada superintendente en Interpol. Es un niño con privilegios, nadie se mete con el hijo de una superintendente, es más, las maestras no le dicen nada cuando Kader habla en kurdo y no hace un esfuerzo para decir algo en español.

No es fácil para Klea criar sola a Kader, a veces piensa que un poco de ayuda sería bueno, tener a alguien que le ayude con una figura paterna puede ayudar a Kader a guiar su carácter. Sus padres están encantados con él niño, pero no la están ayudando en ese aspecto.  Luego piensa en las mujeres que crían solas a sus hijos, lloran, sufren, pero lo logran, ella piensa en que si ellas pudieron ¿Porque ella no?

Alejandro sostiene conversaciones con Freddy, la frecuencia con que se comunican dos veces por mes. De esta manera es como Freddy mantiene al tanto sobre las noticias de Klea, luego le recomienda crear una cuenta en una plataforma para buscar pareja.

- ¿Buscar mujeres por internet?   Estás loco, Freddy. – le alteró la idea descabellada de traicionar a Klea.

- No seas Teletubbie, tío. Le diré a Klea que hay un chico dispuesto a conocerla, que es un amigo mío y que tiene una cuenta en tal plataforma. – le explica su plan.

- Por favor, Freddy, eso es para adolescentes.

- Pero no uses tu nombre. Usa un seudónimo, no sé algo como Pablo Picasso, goloso 69, fogoso sabroso, ve tú que seudónimo usas.

- Tienes unas ideas, eres…

- ¿Qué soy, qué? – le cuestiona.

- Eres ridículo, disculpa que te lo diga, pero te pasaste, ¿Cómo puede ser un seudónimo goloso 69?

- Escoge tú, ya te di ideas.  – se lava las manos.

- Bien, ya pensaré en uno.

- Te dejo pensar en un nombre, me escribes.

Alejandro tiene la delicada tarea de buscar un seudónimo para crear su cuenta y poco a poco ir conquistando a Klea, la gran pregunta sería ¿Aceptaría Klea chatear con un “desconocido” amigo de su hermano?

Alejandro creó su cuenta y Freddy le pasó la dirección de Klea, con un mensaje: “Nunca dejes por cabo el mínimo detalle que te revele tu verdadera identidad, puede que ella te escriba mal los primeros días y no le escribas mucho o te mandará a rodar”

Klea no siempre responde a los mensajes, y cuando ambos están en línea, chatean de forma regular se diría que Klea tiene una necesidad de hablar. Alejandro se siente a gusto poder comunicarse con ella, conocerla un poco cada vez que se encuentran en línea. Jamás pensó que las redes sociales y las plataformas la acercarían a ella de esa manera, lo único difícil es conquistar el corazón de Klea, ella disfruta hacer sufrir al tipo que se esmera en enamorarla. Ella lo encuentra como un pasatiempo súper divertido.

Alejandro pone fotos de un modelo, y le hace creer que él es quien le escribe, pero aún no parece ser impresionada. Ella juega de la misma manera y sigue disfrutando de sus métodos.

Calico:

-Joder, Klea, no se puede contigo. – mientras se estira los cabellos – Espera a que termine al menos la carrera y te vas a sorprender – es lo que le escribe.

Klea:

- En serio, ¿piensas volver a España? – ella responde el mensaje.

Calico:

- Sí, tengo que volver para reemplazar a mi padre, termino mi segunda carrera y pido tu mano. Tengo la autorización de Freddy, pero me falta la de tu papá. En estos días me estuve comunicando con él. – le responde.

Klea está en jaque, se siente acorralada y responde al mensaje rápidamente:

Klea:

-No te hagas ilusiones conmigo.

Calico

-Conozco tu secreto, me da igual, yo sí quiero estar contigo y ayudarte con Kader, el niño que me has dicho que cuidas. Cuando regrese a España es para casarnos.

Calico es el nickname del pirata quien se casó con Anne Bonny, pero su verdadero nombre fue Jack Rackham.