En esta nueva vida, dejaré una huella.
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Carta
Cuando el duque volvió a la mansión y reviso los papeles que tenía, encontró la carta y aunque dudo un poco en abrirla, la leyó y se sentó del asombro que le causó.

Al principio pensaba que era solo una broma para desacreditar a los Generales del ejército, pero la escritura lo hacía dudar. Había frases de esa carta que las leía una y otra vez.
“Se que quizás no creerá en mis palabras, pero no pierde nada en investigar”
“Este intento de rebelión traerá muchas muertes, solo usted puede salvar la vida de su gente”
“Esta información no tiene que comentarla con nadie, solo con las personas en las cuales usted confié”
“Si visita las tropas que se encuentran cerca del río, verá que la cantidad no es la que usted maneja”
“¿Sabe usted donde están las armas de su ducado?”
- ¡Maldición! Esto puedo ser incluso una amenaza desde los reinos vecinos que quieren entrar en guerra con nuestro imperio. ¿Y si es cierto? ¡pero tengo muchas cosas en la cabeza como para perseguir un simple rumor!
El duque esa noche no pudo dormir y ni si quiera fue a visitar a sus hijos pequeños de los cuales se alejaba cada día, creyendo que con entregarles el sustento y un buen pasar económico era suficiente, sobre todo porque la enfermedad que tenía uno de los niños era muy desconocida para la época actual y generalmente casi no se comunicaba.
En el desayuno el duque se encontraba sumido en sus pensamientos, cuando su amigo de la infancia fue a visitarle.
- ¡Mi querido amigo Edward! ¿Por qué hoy luces más preocupado que otros días?
- Hola Felipe, es que no dormí bien. Ven siéntate. ¿Ya desayunaste?
- ¡wow! Realmente estas mal, me estas invitando a tomar el te y no me estas gruñendo. ¿Qué te pasa hombre? ¿todo bien con los niños?
- Si los niños bien con su niñera. Pero…
- ¿Pero…? No me digas, que me hiciste caso y encontraras a una duquesa para que te ayude con las funciones y te abrigue en las frías noches de invierno que se acercan.
- ¡Cállate!
- ¡uy! ya volvió mi amigo. Edward ¿son problemas de bandidos?
- No es eso, solo es que... mmm, mejor dime, tu crees en los rumores.
- Mmmm bueno amigo eso depende, si alguien me dice que te vio ebrio en una calle con un par de mujeres cariñosas, lo dudaría inmediatamente, porque nos conocemos. Pero si alguien me dice que mataste a alguien quizás lo dudaría.
- No he matado a nadie.
- Lástima, quería hacer ejercicio cavando una tumba profunda. Tu sabes que te apoyaría.
- Pero investigarías el rumor.
- Por supuesto, mi nana siempre decía que cuando el río suena es porque piedras trae. Además, no hay nada mejor que un buen chisme por la mañana.
- Necesitare entonces que me consigas los datos de los mejores investigadores privados que conozcas, pero sobre todo que sean discretos y efectivos, lo que van a investigar es grande y si este rumor es cierto, ¡uf! Amigo estamos en problemas.