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Fuego En La Tormenta

Fuego En La Tormenta

Status: En proceso
Genre:Mafia / Traiciones y engaños / Secretos de la alta sociedad / Romance oscuro
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: America Blancas

El destino de los Ling vuelve a ponerse a prueba.

Mientras Lina y Luzbel aprenden a sostener su amor en la vida de casados, surge una nueva historia que arde con intensidad: la de Daniela Ling y Alexander Meg.

Lo que comenzó como una amistad se transforma en un amor prohibido, lleno de pasión y decisiones difíciles. Pero en medio de ese fuego, una traición inesperada amenaza con convertirlo todo en cenizas.

Entre muertes, secretos y la llegada de nuevos personajes, Daniela deberá enfrentar el dolor más profundo y descubrir si el amor puede sobrevivir incluso a la tormenta más feroz.

Fuego en la Tormenta es una novela de acción, romance y segundas oportunidades, donde cada página te llevará al límite de la emoción.

NovelToon tiene autorización de America Blancas para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Sombras en la perfección

Capítulo 7: Sombras en la perfección

(Desde la perspectiva de Daniela Ling)

¿Quién dijo que intentar rehacer tu vida era fácil?

Me detuve frente al espejo del restaurante por décima vez, como si comprobar mi reflejo pudiera asegurar que estaba haciendo lo correcto.

Vestido negro sencillo, tacones medianos, labios con brillo y un peinado rápido pero cuidadosamente despeinado, que me costó dominar para que no pareciera que había dedicado demasiado tiempo a algo que debía ser natural.

Mis manos se movían nerviosas, arreglando un mechón de cabello que insistía en rebelarse.

Luis ya estaba allí, de pie, saludando con una sonrisa que parecía salida de un comercial de perfume.

Su camisa azul se adhería a los músculos de su torso, marcando la perfección física que inevitablemente te atraía antes de que la mente pudiera procesarlo.

Pero yo… yo solo podía notar cómo cada detalle parecía ensayado, demasiado pulido, demasiado correcto.

—¡Daniela! —dijo con entusiasmo genuino, o al menos eso parecía—. ¡Qué bueno verte!

Asentí, tratando de devolverle la sonrisa mientras tomaba asiento frente a él.

Mi corazón latía un poco más rápido de lo normal, no por él, sino por la expectativa que siempre acompañaba a los comienzos de algo nuevo.

La cita empezó como en las películas románticas que ves en Netflix.

Mesero amable, copas de vino, platos con nombres impronunciables que fingíamos conocer.

Luis hablaba, y hablaba… demasiado.

Sobre su trabajo, su familia, su pasión por el cine, la música, los viajes que había hecho.

Todo parecía tan perfecto que mi cerebro gritaba por dentro: “Esto es demasiado… demasiado correcto.”

—Yo siempre intento mantener una rutina saludable, ¿sabes? —dijo mientras agitaba su copa de vino—. Gimnasio por la mañana, trabajo a medio día, un poco de lectura por la noche… Me gusta mantener la mente y el cuerpo en equilibrio.

Asentí, tratando de parecer interesada, mientras en mi mente repetía:

“Este hombre parece salido de una conferencia motivacional. Cada palabra suya, medida. Cada gesto, meticulosamente planeado. Todo es… demasiado.”

No era que Luis fuera malo.

De hecho, era amable, educado, puntual, atento… y guapo.

Pero cada sonrisa suya, cada palabra, cada gesto parecía estudiado para encajar perfectamente conmigo, para crear la ilusión de que podíamos funcionar.

Y no había nada real en esa perfección, nada que hiciera que mi corazón se agitara o que mi piel se erizara como cuando pensaba en Alexander.

—¿Y tú? ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? —preguntó, inclinándose hacia mí, con una expresión de interés que quería parecer genuina.

—Depende… —respondí con una sonrisa ladeada—. A veces bailo en calzones por mi departamento, otras veces me pierdo entre libros de teoría del desarrollo emocional.

Luis rió.

Una risa educada, algo forzada, aunque lo suficientemente convincente como para que no pareciera falsa.

Por un momento, no pude evitar pensar: “¿Estoy saliendo con un bot?”

Miré a mi alrededor.

Parejas compartiendo risas, otras discutiendo en voz baja, besos furtivos que me recordaban que el mundo seguía girando, aunque yo estuviera atrapada en un limbo emocional.

Cada gesto de Luis me parecía un acto ensayado, un guión que yo estaba obligada a seguir.

Mi teléfono vibró en mi bolso.

Saqué el celular con disimulo y escribí a Lina, como si necesitara un ancla emocional en medio de esta cita que no terminaba de encajar:

**MSG de Daniela para Lina: **"Estoy con Luis… se ve perfecto, pero no sé. Todo se siente tan falso. Como si ensayara sus frases. Pero intentaré conocerlo más. Tal vez soy yo."

No pasó ni un minuto cuando la respuesta llegó:

*MSJ de Lina para Daniela: "***Dani, a veces lo que parece perfecto solo necesita tiempo para sentirse real. Pero si algo no vibra contigo… no lo ignores. Solo ten cuidado. Te amo, hermana."

Sonreí al leerlo.

Hermana.

Todavía me costaba creer que la vida me había dado la oportunidad de tener a Lina cerca, de poder compartir con ella incluso los secretos más pequeños.

Su apoyo me hacía sentir fuerte, aunque todo mi ser gritara que no era suficiente para olvidar lo que había perdido.

—¿Todo bien? —preguntó Luis, notando que había bajado la mirada hacia el teléfono.

—Sí, sí… solo mi hermana. Chisme entre mujeres —respondí, guardando el celular—.

—Qué bonito que tengas una relación cercana con ella —dijo con una sonrisa que quería sonar cálida, pero que parecía demasiado ensayada para ser genuina.

Seguimos hablando sobre nuestras carreras, el estrés académico, la dificultad de confiar en las personas… por un momento creí que Luis podría ser una opción, una alternativa real.

Una posibilidad de paz.

Pero entonces dijo que le encantaba el jazz, y cuando le pregunté por un artista específico, no supo responder.

Habló de libros, y al preguntarle por el último que había leído, solo atinó a decir: “Uno de desarrollo personal… creo que se llama ‘Los 7 hábitos de los líderes’ o algo así”.

Sentí un cosquilleo en la nuca.

No miedo, sino incomodidad.

Algo no encajaba.

No era él, no era yo, no era ninguno de los dos… era la sensación de que, por mucho que lo intentara, nunca podría reemplazar lo que había dejado atrás.

Mierda.

No podía pensar en él ahora.

Alexander.

Su nombre estaba atrapado en mi pecho, como un tatuaje invisible que dolía con cada intento de seguir adelante.

No debía, no podía, y sin embargo, allí estaba, infiltrándose en mis pensamientos como un fantasma.

Luis me acompañó hasta la entrada del restaurante, donde la luz de la calle nos envolvía en un halo cálido y artificial.

El auto llegaba, y sentí que cada segundo se alargaba, que el mundo se ralentizaba solo para recordarme que estaba atrapada entre lo que debía hacer y lo que quería sentir.

—Me encantaría volver a verte, Daniela —dijo, acercándose un poco más.

—Yo también —respondí, sin estar segura si lo decía en serio.

Nos besamos en la mejilla.

Su mano rozó mi cintura y mi corazón dio un salto que no logré controlar.

No por él, sino por la sensación de que estaba tan cerca de algo que no era real.

Una vez en el auto, me quedé en silencio.

Saqué mi celular otra vez y escribí a Lina, intentando procesar lo que estaba sucediendo:

**MSJ de Daniela para Lina: **"Me invitó a salir otra vez. Es… correcto. Pero sigo sintiendo ese no sé qué. Aun así, creo que debo intentarlo. Esta vez, de verdad."

Pero justo después de enviar el mensaje, llegó una notificación inesperada.

Una compañera de la universidad me escribió:

**MSJ de la compañera: **"Dani… ¿viste que Rita subió una historia abrazando a Alexander en un antro? Jajaja ¿no era el que te gustaba?"

El estómago se me cayó al instante.

Sentí un vacío que se extendía desde el pecho hasta las piernas.

Abrí la aplicación y allí estaba: Alexander. Sonrisa torcida, brazo alrededor de Rita, despreocupado, como si no hubiera existido nada entre él y yo.

Mi respiración se aceleró.

¿Dolía?

Sí.

¿Quería llorar?

No.

Pero necesitaba aire, necesitaba recordar que no estaba atada a nadie que no me eligiera.

Bajé el vidrio del auto, dejando que el viento frío golpeara mi rostro.

Cerré los ojos y respiré profundo, repitiéndome a mí misma: Está bien.

No necesitas a nadie que no te elija.

Tienes derecho a sanar, a reconstruirte.

A seguir adelante… aunque duela un poco.

Abrí los ojos y sonreí.

Una sonrisa pequeña, decidida.

No era perfecta, no era fácil, pero era mía.

Por primera vez en mucho tiempo, sentí que podía caminar por mi propio camino, sin mirar atrás.

La noche continuó, y aunque el reflejo de Alexander seguía rondando mi mente como una sombra, supe que había dado un paso hacia mí misma.

No había garantía de felicidad, ni certeza de que Luis fuera el indicado, ni de que Alexander volviera a aparecer.

Pero había algo más poderoso que eso: mi propia elección.

Esta vez, era yo mi destino.

Y caminaba hacia él con la cabeza en alto, con la certeza de que, aunque la perfección de otros intentara engañarme, mi corazón decidiría lo que realmente merecía.

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Stella Romero
linda muy misteriosa
Stella Romero
esta novela es maravillosa tiene todo hasta el menú de comernos las uñas de hacer un río de lagrimas😭😭😭
Stella Romero
ayyy que miedo verraco miedo senti g/Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob//Sob/
Stella Romero
no no muera porque aca terminó de leer
Stella Romero
vaya que aburrida pensar en lo que le dijo amara y no estar pendiente de la misión....
Stella Romero
el cómplice de Emiliano será el padre de Alexander?
Stella Romero
porque no decirle la verdad que vio a Emiliano
Stella Romero
curvas del destino es linda ahora voy por la segunda temporada fuego en la tormenta
America Blancas: Espero que te guste hermosa❤️
total 1 replies
Romy Sinner
espectacular
Romy Sinner
súper atrapante la novela! te felicito y espero ansiosamente más capitulos
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