Cartas Para Una Princesa

Las cartas se volvieron casi diarias. lo que empezó como un intercambio práctico sobre planos, recursos y necesidades para el centro de cuidado, pronto se tiñó de algo distinto.

Ernesto se sorprendió a sí mismo escribiendo más allá de lo debido.. le contaba a la princesa qué flores habían brotado en los jardines, cómo sus caballos parecían reconocer el sonido de su voz, o incluso anécdotas triviales de la servidumbre. cuando terminaba de redactar, se quedaba mirando el papel con una sonrisa torpe, preguntándose si aquello era demasiado mundano para alguien como ella. pero al día siguiente, llegaba la respuesta de Bella.. y en ella encontraba confesiones parecidas.

Ella le contaba de los paseos que apenas lograba disfrutar sin escoltas, de los libros que releía en secreto porque los demás los consideraban demasiado infantiles, o del fastidio que le provocaban las audiencias interminables en palacio. Incluso se permitió admitir que se quedaba despierta hasta tarde esperando la llegada del mensajero, ansiosa por leer lo que él había escrito.cada carta parecía acortar esa distancia de la que tanto hablaban. Ernesto, que alguna vez había temido abrir su corazón, se descubría esperando con ansias el sonido de cascos que anunciaba la llegada del correo. Bella, por su parte, se sorprendía a sí misma sonriendo sin darse cuenta, con las mejillas encendidas, cada vez que reconocía su letra.

Era extraño, improbable, casi impensable.. un barón tímido y una princesa imperial, contándose su día a día como si fueran viejos amigos, y descubriendo en esas palabras sencillas un motivo inesperado de alegría..

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Carta de la Princesa Bella a Ernesto

Mansión Volt,

mañana soleada

Estimado barón Ernesto:

Espero que esta carta lo encuentre bien y en buen ánimo. Hoy quiero compartirle una noticia que me llena de alegría: han nacido mis sobrinos, los hijos de mi hermana Elena. Dos pequeños saludables, risueños y llenos de vida. Es increíble cómo, en tan poco tiempo, pueden llenar una casa con tanto bullicio y ternura.

La experiencia me hace reflexionar sobre lo efímero y precioso de la vida. Me pregunto si algún día tendrá usted la oportunidad de conocerlos… aunque no me atrevo a imaginar la sorpresa de mi familia al ver a una princesa imperial mostrando tanto interés por alguien ajeno al linaje Volt.

Espero que todo esté marchando sin contratiempos en el proyecto del centro de cuidados. Estoy segura de que, con su ayuda y diligencia, lograremos cumplir con nuestra meta y traer alivio a muchos corazones..

Con estima,

Princesa Bella Volt

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Respuesta de Ernesto a la Princesa Bella

Mansion Parsons,

al día siguiente

Su Alteza, Princesa Bella Volt:

Recibí su carta con enorme alegría y debo confesar que leer sobre el nacimiento de sus sobrinos me ha dibujado una sonrisa imposible de ocultar. Dos pequeños que llenan la casa de risas… qué imagen tan encantadora..

Por nuestra parte, todo sigue en marcha con el proyecto. Pero no puedo dejar de mencionar algo que también me tiene preocupado: Hans, el esposo de mi hermana Elysia, parece volverse cada día más posesivo. No es que ella se queje, pero la forma en que la retiene cerca y la protege con tanto celo… confieso que a veces me inquieta. Aunque, al mismo tiempo, entiendo que lo hace por amor y cuidado.

Le agradezco que comparta estas pequeñas alegrías conmigo, princesa. Sus palabras me hacen sentir partícipe de su mundo, algo que nunca imaginé posible.

Con respeto y estima,

Barón Ernesto Parsons

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Carta de la Princesa Bella a Ernesto

Mansión Volt,

tarde lluviosa

Estimado barón Ernesto:

Hoy mientras revisaba los planos del centro de cuidado, no pude evitar pensar en lo sorprendentemente entretenido que se vuelve todo cuando le escribo. Me sorprendo riendo sola ante sus observaciones sobre los aldeanos y las pequeñas travesuras de su día a día.

Confieso que me resulta curioso… y un poco inquietante, que alguien pueda conseguir que sonría así con relatos tan sencillos. Por supuesto, no se lo diré a nadie; el prestigio de la princesa Volt podría verse comprometido si se descubre que le basta un comentario suyo para alegrarme el día.

Espero que su trabajo también le traiga algún momento divertido. Sería injusto que toda esa torpeza encantadora solo se quede en nuestras cartas.

Con estima y discreta diversión,

Princesa Bella Volt

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Respuesta de Ernesto a Bella

Mansion Parsons,

al día siguiente

Su Alteza, Princesa Bella Volt:

No puedo describir la alegría que me produce recibir sus palabras. Me siento tan ridículo a veces, intentando ser serio y formal, y luego descubro que usted ríe con mis pequeños relatos. Casi me atrevería a pensar que tiene un gusto extraño por la torpeza ajena… si no fuera porque lo dice con tanta gracia.

Le confieso algo: después de leer su carta, me he sorprendido intentando inventar anécdotas más divertidas solo para que pueda sonreír. Y créame, eso es un desafío cuando uno debe mantener la dignidad de un barón, que a menudo me resulta tan esquiva.

Espero que pronto podamos coordinar otro paseo por los jardines, aunque solo sea para comprobar si mi torpeza funciona igual en persona.

Con respeto… y una pequeña dosis de esperanza,

Barón Ernesto Parsons

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Carta de la Princesa Bella a Ernesto

Mansión Volt,

al atardecer

Barón Ernesto:

Su torpeza, lejos de molestarme, me parece… encantadora. No puedo evitar imaginarlo intentando mantener la compostura mientras las flores y los árboles son testigos de sus esfuerzos por parecer un caballero serio.

Por supuesto, no le diré nada en persona; la princesa Volt debe mantener cierta dignidad. Pero debo admitir que la idea me divierte mucho.

Así que, por favor, no deje de contarme sus pequeños desastres cotidianos. De algún modo, se han vuelto uno de los mejores entretenimientos de mis días..

Con discreta admiración,

Bella Volt

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Carta de Ernesto a Bella

Mansión Parsons,

una mañana tranquila

Su Alteza, Princesa Bella Volt:

Al recibir su última carta, me encontré sonriendo más de lo habitual, tanto que casi temo que alguien en la mansión se dé cuenta. Confieso que me resulta extraño y maravilloso al mismo tiempo. Sus palabras tienen un efecto inesperado en mí: logran que incluso los días más pesados se sientan ligeros.

No sé cómo explicarlo mejor, pero siento que nuestra correspondencia se ha convertido en algo muy especial. Aunque quizás no sea prudente decirlo, debo admitir que su amistad me da una alegría que no esperaba encontrar en alguien tan… inaccesible como usted.

Espero que no encuentre inapropiado que le confiese esto. Su compañía, aunque sea a través de cartas, me resulta profundamente reconfortante, y no quisiera que nuestra comunicación se detuviera por nada del mundo.

Con la mayor estima,

Barón Ernesto Parsons

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Carta de la Princesa Bella a Ernesto

Mansión Volt..

al anochecer

Barón Ernesto:

He leído su carta con atención y no puedo evitar sentir un calor agradable al leerla. Su sinceridad es refrescante, y debo confesar que me produce el mismo efecto que usted describe: mis días se ven más ligeros al recibir noticias suyas, incluso las más simples.

No hay lugar para confusiones: lo considero mi único amigo en todo este proceso, alguien cuya compañía me resulta verdaderamente valiosa. Y, aunque nuestra amistad pueda parecer inesperada, le aseguro que me alegra contar con ella.

Le agradezco que se tome el tiempo de escribirme y compartirme su mundo. Espero que pronto podamos seguir enviándonos cartas y continuar fortaleciendo este vínculo que, debo admitir, me sorprende gratamente.

Con estima y sincera amistad,

Princesa Bella Volt

Carta de Ernesto a Bella

Mansion Parsons,

temprano por la mañana

Su Alteza, Princesa Bella Volt:

Confieso que esta mañana, al salir al jardín, me encontré riendo solo al recordar su última carta. Me atrevo a decir que su sentido del humor es contagioso; incluso los animales de la mansión parecían compartir mi alegría.

He tomado nota de su consejo sobre la ubicación de las habitaciones del centro de cuidado, aunque debo admitir que una parte de mi atención estaba más pendiente de imaginar su sonrisa mientras leía mis palabras. Creo que esto confirma algo que ya sospechaba: nuestras cartas han adquirido un tono… diferente, más cercano, más travieso, si se me permite decirlo.

Espero que su día transcurra con calma y que las risas de sus sobrinos continúen alegrando su hogar. Aquí, entre informes y planos, debo confesar que su amistad se ha vuelto un remanso de calma que nunca imaginé encontrar.

Con sincera estima y un leve toque de complicidad,

Barón Ernesto Parsons

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Carta de Bella a Ernesto

Mansión Volt,

al anochecer

Barón Ernesto:

Su carta me ha hecho sonreír más de lo que debería admitir. Debo confesar que me resulta curioso cómo logra mezclar lo serio con lo divertido, incluso a distancia. Es reconfortante y, debo decir, algo travieso por su parte.

Me sorprende encontrarme esperándolas con ilusión cada día, revisando si el mensajero ha traído noticias suyas. No puedo evitarlo: nuestras cartas han pasado a ser uno de los pequeños placeres de mi jornada, y lo acepto con cierta picardía.

Espero que sepa aprovechar esa “tranquilidad” que le concede nuestra correspondencia, barón, aunque sospecho que ya está demasiado acostumbrado a que lo saque de su compostura con mis palabras.

Con estima, discreta travesura y sincera amistad,

Princesa Bella Volt

Carta de Ernesto a Bella

Ducado Greenville,

al día siguiente

Su Alteza, Princesa Bella Volt:

No puedo evitar sonrojarme mientras le escribo. Sus palabras, aunque llenas de elegancia, esconden un juego sutil que no dejo de intentar descifrar. Me pregunto si, de algún modo, usted disfruta viendo cómo un barón puede perder la compostura con una simple frase.

No se equivoque: aprecio cada instante de nuestra correspondencia, incluso esos momentos en que siento que debo defender mi dignidad y termino sonrojado sin remedio. Me atrevo a decir que nunca imaginé que alguien pudiera hacerlo de esta manera, y sin embargo… aquí estoy, deseando su próxima carta con anticipación y cierta impaciencia.

Con respeto y una pequeña confesión de torpeza encantadora,

Barón Ernesto Parsons