**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
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Capítulo 24 una reunión incómoda
Sandra Vannecelli
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-Al despertar, escucho unos suaves toques en la puerta y le indico que puede pasar. Noto que mis padres entran y mi madre, con preocupación, me dice- Cariño, nos hemos enterado de que ayer, en la fiesta, encontraron a una niña muerta en el baño. Era tu amiga Carla. Lo siento mucho.- Al terminar, se sienta a mi lado y me abraza.-
-Mi padre hace lo mismo y me dice- Nos informaron que alguien había fallecido en la fiesta del colegio. Me dijeron que era tu amiga, por lo que viajamos rápidamente. Lo siento, querida.
-Con calma, les digo a mis padres- Estoy bien, lamento lo que sucedió, pero no me afecta demasiado, ya que no éramos muy cercanas.
-Mi madre me besa en la frente y me dice- Cariño, quería disculparme. Sé que has estado muy sola en casa; mi trabajo me ha ocupado mucho tiempo. Te prometo que a partir de ahora estaré más tiempo contigo. Hoy no tienes clases. ¿Qué te parece si este día acompañas a tu padre a la oficina? Más tarde, cuando termine un compromiso, pasaré por ti y podremos pasar la tarde juntas.
- Abracé a mis padres con mucha emoción. Al menos la muerte de esa perra tuvo un propósito: ahora mis padres estará más cerca de mí.le digo con emoción - Claro que sí. Me iré a bañar y trataré de no tardar mucho.
-Mis padres se levantan de la cama y, con una sonrisa, salen de la habitación. Entonces, noto que mi teléfono vibra. Lo tomo y es un mensaje de Renzo-
Hola, mi pitufina. Espero que estés bien. Hoy estaré en la oficina de mi padre por la mañana. Si no respondo de inmediato, por favor ten en cuenta que estaré con él. Cuídate, te amo. 📲
- Sonrío, decidido a darle una sorpresa. Corro hacia el baño y, después de aproximadamente treinta minutos, estoy lista.
Bajo al comedor, donde mis padres y Caeli ya me esperaban para desayunar. Conversamos sobre temas triviales. Caeli decidió acompañarnos a la empresa. Al llegar, subimos al ascensor y escucho a mi padre decir- Señoritas, espero que se comporten.
-Caeli, sorprendida e indignada, responde- Papá, ¿cuándo hemos hecho que quedes mal?
- Mi padre, con los brazos cruzados, pregunta- ¿Realmente deseas que te responda?
- El ascensor se detiene y abre sus puertas. Salimos y nos dirigimos a la sala de reuniones. Al abrir la puerta, observo a mi tío Brytiago sentado y conversando con Renzo y Gian. Mi tío, con una sonrisa de alegría, nos saluda- ¡Hola, mis queridas sobrinas! Es un placer verlas.
-Él se levanta y nos abraza a cada una, nos besa en la mejilla. Caeli saluda a Gian y luego a Renzo; yo hago lo mismo. Al final, saludo a Renzo, quien me sonríe con picardía y yo trato de disimular la alegría que me provoca. Cada día me gusta más. Me siento al lado de Renzo, mientras mi padre y mi tío conversan al otro lado de la mesa. Caeli y Gian están frente a nosotros, conversando; aunque a primera vista parezca una discusión, los noto reírse como siempre. Siento que su mano se posa sobre mi pierna. Al voltear, miro a Renzo, quien mantiene una expresión seria mientras su mano asciende por mi muslo. Noto una sonrisa en su rostro. Siento una oleada de calor, pero retiro su mano, asustada de que nos descubran. Entonces, escuchamos un par de golpes en la puerta. Entra una señora que le informa a mi tío que ya han llegado, y él responde que deje pasar a los visitantes. Unos momentos después, noto que un hombre entra detrás de ella, seguido por una joven rubia. Observo con desagrado la expresión de Gian, mientras que la semblanza de Renzo continúa siendo seria. Volví a observarlos, la joven no deja de mirar a Renzo, lo que me incomoda. ¿Acaso se conocen?-
-Mi tío interviene- Para quienes no los conocen, él es el señor Miguel Fiore y su hija Luisa Fiore, quien es novia de Renzo. En ese momento, mi corazón se paraliza; siento que todo se detiene. Caeli me mira y mueve la cabeza en señal de desaprobación. Siento cómo él toma mi mano, pero yo la suelto. ¿Él tiene novia? ¿Me ha engañado? Un nudo se forma en mi garganta mientras escucho la voz aguda de esa chica saludando. Ellos se sientan al lado de mi tío.
-El señor Miguel menciona- He solicitado una reunión con usted, señor Brytiago. Mi hija y el joven Renzo han estado en una relación durante años, y considero que sería beneficioso para ambas familias que se comprometan y se casen en seis meses. ¿Cuál es su opinión, señor Brytiago?
-A lo que Renzo, visiblemente molesto, responde- Padre y señor Miguel, les informo que hace más de un año finalizamos nuestra relación. Parece que su hija no le ha comunicado esta situación.
- Ella, sonriendo, le dice- Cariño, lo nuestro aún se puede salvar. Nos amamos, y un compromiso sería lo mejor para nuestra relación.
- Él, levantándose molesto, responde: Creo que la última vez fui muy claro contigo, Luisa. ¿Realmente deseas que todo el mundo sepa por qué terminamos?
- Observa a la chica, visiblemente sorprendida, con el rostro enrojecido de vergüenza, mientras su padre le pregunta qué está ocurriendo. Renzo dice-Padre, no deseo tener ningún contacto con esta mujer. No estoy dispuesto a comprometerme con ella, ya que tengo una novia a quien amo y ella es...
-Le piso el pie para que se calle. ¿Acaso piensa revelar que soy yo? ¿Está loco? Lo veo hacer una mueca de dolor y me mira. Respira con dificultad y dice- Pronto la presentaré, ella es con quien tengo la intención de casarme.
-Mi corazón late con intensidad. Me siento feliz por sus palabras. Miro a Caelis, quien me sonríe, y yo le correspondo la sonrisa. Percibo que Gian me observa, frunciendo el ceño, por lo que trato de disimular. Todos dirigimos nuestra atención hacia mi tío cuando él dice- Señor Miguel, como ya ha escuchado a mi hijo, no tiene ningún vínculo con la señorita, ya que él tiene una novia. Por lo tanto, no hay nada más de qué hablar. Agradecemos su visita y en breve lo contactaré para revisar algunos documentos.
- Ellos se levantan; la joven golpea la mesa, visiblemente molesta, mientras sale de la sala, seguida de su padre.Gian comenta- Bueno, esto ha sido un espectáculo inesperado. Con tanto suspenso, me ha dado hambre. ¿Qué les parece si pedimos algo de comer?
- Mi tío lo reprende, señalando- Gian, desayunaste hace menos de una hora. ¡Qué glotón eres!
- Todos nos reímos.-