Besos amargos: Un matrimonio sin amor, un corazón sin libertad.
Emily hija del ceo más importante de Washington, es obligada por su padre, quién siempre la obliga a hacer lo que el quiere a casarse con Liam, heredero de la gran prestigiosa y adinerada familia Johnson.
Liam heredero de la gran familia Johnson. Desde niño ha crecido bajo las sombras de su frío padre quién solo se preocupa por el poder y la riqueza, inculcandole que lo más importante es el poder y las riquezas.
Sin embargo, todo eso cambiará cuando conozca a Emily.
¿Qué pasará cuando ambos contraigan matrimonio?
¿Se lograrán enamorar? ¿ o cada quién tomará caminos diferentes?
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Capítulo 23: Descubriendo sentimientos
A la mañana siguiente, Amanda a se despertó con una sonrisa en su rostro. La noche anterior había sido mágica, y todavía podía sentir el calor de los besos de Max en sus labios.
Se levantó de la cama y se dirigió al baño para lavarse la cara y cepillarse los dientes. Mientras se miraba en el espejo, no podía evitar sonreír al recordar la noche anterior.
Cuando salió del baño, su teléfono móvil estaba sonando. Era un mensaje de texto de Max.
"Hola, ¿cómo estás?", decía el mensaje.
Amanda sonrió y respondió al mensaje.
"Estoy bien, gracias. ¿Y tú?", respondió.
Max respondió al instante.
"Estoy bien también. Quería saber si querías quedar conmigo hoy para almorzar", dijo.
Amanda se sintió emocionada al recibir la invitación. Quería pasar más tiempo con Max y conocerlo mejor.
"Sí, me encantaría", respondió.
Max respondió con una sonrisa y un mensaje que decía: "Genial. Te recojo en la escuela después de las clases. ¿A qué hora sales?"
Amanda sonrió y respondió al mensaje.
"Salgo a la 1 pm", respondió.
Max respondió con un mensaje que decía: "Perfecto. Te espero allí".
Amanda sonrió y se sintió emocionada por la cita que tenía por delante. No sabía qué iba a pasar, pero sabía que quería estar con Max. Desde el primer día que lo conoció, sintió una conexión muy fuerte con él.
Al rato, Amanda terminó de arreglarse y se dirigió a la escuela.
Amanda estaba sentada en el salón de clases, rodeada de sus amigas Emily, Isabella y Lina. Estaban todas hablando y riendo mientras esperaban a que el profesor llegara.
Amanda estaba emocionada porque sabía que Max la iba a recoger después de las clases para llevarla a almorzar. No podía dejar de sonreír al pensar en él.
Emily notó la sonrisa de Amanda y se acercó a ella.
—¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan sonriente?, preguntó Emily.
Amanda se rió y respondió.
—Max me va a recoger después de las clases para llevarme a almorzar, dijo.
Isabella y Lina se acercaron a ellas, interesadas en la conversación.
—¡ Oh My Good, Eso es emocionante! ¿Qué vas a hacer?, preguntó Isabella.
Amanda se encogió de hombros.
—No sé, pero estoy emocionada de pasar tiempo con él, dijo.
—Mm te veo muy emocionada con ese chico Sam. Dijo Emily un poco curiosa.
— Emily tiene razón. Cuéntanos, ¿Qué tal te fue en la cita de ayer? Preguntó Lina.
Amanda empezó a contar lo bien que se la paso con Max en el Cine.
—Estuvimos viendo una película muy linda, el Titanic. Max no paraba de verme mientras estábamos viendo la película, después al salir nos sentamos en un banco a ver las estrellas. Me miraba con una dulce mirada; hablamos de lo bien que la pasamos los dos y después... nos besamos.
—¡Oh My God! eso estuvo increíble Sam. Exclamó Isabella
— ¡Ayy ya Isa!, dijo Amanda con los cachetes ruborizados
Las amigas de Amanda se rieron y la felicitaron por su cita.
Al rato, Emily recordó que hace semanas atrás, Isabella les había comentado sobre un chico francés al que había conocido en París.
— Isa, ¿No estabas conociendo a un chico llamado Alexandre?
— Cierto amiga, ¿Qué sucedió con ese chico?. Recuerdo que también estabas emocionada con el. Dijo Lina
—Ahh Cierto, chicas se me olvidó decirles. Ya no hablamos, descubrí que llevaba dos meses saliendo con otra chica, y le dejé de hablar.
— ¿En serio? No lo puedo creer. dijo Lina
— Sí, Pero bueno ya encontraré uno que sea lindo y me guste.
— Por eso no hay problema, tu te enamoras de un chico diferente cada semana. dijo Emily
— Ayy Emily, no seas así. ¿Qué culpa tengo yo que me gusten los chicos guapos?. dijo Amanda encogiendo los hombros.
El profesor llegó al salón de clases y las chicas se callaron, listas para comenzar el exámen que tenían por presentar. Amanda se sintió emocionada por el resto del día y no podía esperar para ver a Max.
Emily y sus amigas, Samantha, Isabella y Lina, salieron de la escuela después de hacer el examen. Estaban todas relajadas y contentas de haber terminado el examen.
Mientras caminaban por el pasillo, escucharon una voz familiar detrás de ellas.
—¡Hola, chicas! ¡Qué tal el examen?
Se dieron la vuelta y vieron a Wilmer Cooper, sonriendo hacia ellas. Wilmer era alto y atlético, con cabello castaño oscuro que caía sobre su frente en una forma desordenada. Sus ojos eran de un azul esmeralda intenso, que parecían brillar en la luz. Tenía una sonrisa encantadora y una confianza en sí mismo que era difícil de ignorar. Su rostro era ovalado, con pómulos altos y una nariz recta. Su piel era blanca, con un bronceado suave que sugería que pasaba mucho tiempo al aire libre.
Emily y sus amigas se sonrieron y respondieron a su saludo.
Wilmer se acercó a ellas y comenzó a hablar sobre la competencia de natación que se llevaría a cabo al día siguiente.
—¿Recuerdan que les invité a la competencia de natación de mañana? Preguntó Wilmer. Mi equipo y yo estamos emocionados de competir y esperamos que puedan venir a apoyarnos.
Emily y sus amigas se miraron entre sí y asintieron.
—Sí, vamos a ir, dijo Emily. ¡Buena suerte mañana!
Wilmer sonrió y se acercó un poco más a Isabella.
—Me alegra que vayan a venir, dijo Wilmer, mirando a Isabella. Isabella, ¿cómo estás?
Isabella se sonrojó ligeramente y respondió a su saludo.
Emily notó que Wilmer parecía estar tratando de acercarse a Isabella, y recordó que Isabella se le había declarado meses atrás, pero él la había rechazado. Sin embargo, parecía que Wilmer había cambiado de opinión y ahora quería enmendar su error.
Emily se preguntó qué pasaría si Wilmer y Isabella se acercaban de nuevo. ¿Sería posible que Isabella lo perdonara y diera una segunda oportunidad? Solo el tiempo lo diría.
Después de la conversación con Wilmer, las chicas se despidieron y se fueron a sus respectivas casas. Amanda estaba emocionada porque sabía que Max la iba a recoger después de las clases para llevarla a almorzar.
Amanda salió de la escuela y vio a Max esperándola en la entrada. Estaba sonriendo y parecía muy guapo.
—Hola, dijo Max, acercándose a ella. ¿Cómo te fue en el día?
Amanda sonrió y respondió.
—Me fue bien, gracias. ¿Y a ti?
Max se rió y respondió.
—Me fue bien también. Estoy emocionado de pasar tiempo contigo.
Amanda se sintió emocionada y se acercó a él. Max la tomó de la mano y la llevó a su coche.
—¿Dónde vamos a almorzar?, preguntó Samantha.
Max sonrió y respondió.
—Te sorprenderé, dijo.
Amanda se rió y se sintió emocionada por la aventura que estaba por comenzar.
Max condujo hasta un restaurante pequeño y acogedor que estaba ubicado en el centro de la ciudad. Amanda se sintió emocionada al ver el lugar, ya que nunca había estado allí antes.
Max la llevó a una mesa pequeña junto a la ventana, desde donde se podía ver la calle principal de la ciudad. El restaurante estaba decorado con flores frescas, lo que creaba un ambiente romántico y acogedor.
Amanda se sintió emocionada al ver la mesa y se dio cuenta de que Max había planeado todo con anticipación.
—¿Te gusta el lugar?, preguntó Max, sonriendo.
Amanda asintió con la cabeza y respondió.
—Me encanta, dijo. Es muy romántico.
Max se rió y respondió.
—Me alegra que te guste, dijo. Quería hacer algo especial para ti.
Amanda se sintió emocionada y agradecida por la atención de Max. Se sentó en su silla y se preparó para disfrutar del almuerzo con él.
El mesero llegó a tomar su pedido y Max le recomendó algunos platos del menú. Amanda se decidió por un plato de pasta y Max pidió un plato de carne.
Mientras esperaban a que llegara la comida, Max y Amanda hablaron sobre sus intereses y pasatiempos. Amanda se sintió emocionada al descubrir que tenían muchas cosas en común.
La comida llegó y Max y Amanda se sentaron a disfrutar de su almuerzo. La comida estaba deliciosa y la compañía de Max era perfecta.
Amanda se sintió emocionada y agradecida por la cita con Max. Se daba cuenta de que estaba empezando a sentir algo especial por él. Algo más fuerte que una conexión.