El maltrato que sufrió Alessandro en toda su niñez se verán opacada cuando un chico de otra ciudad, lo empieza a tratar de una manera distinta.
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Capítulo 24. Rapto
El señor Antonio estaba en su oficina, discutiendo temas sobre la exportación de sus productos a otras zonas, y el problema que había con la otra mafia del lugar. Antonio era un hombre muy educado y de palabra, nunca lo vimos estar enojado o molesto por algo. Pero en ese momento, su rostro reflejaba una preocupación que no podía disimular.
Mientras tanto, yo me levanté de la cama sin hacer ruido y bajé a la salida. Estaba esperando en el auto, Nicolás y Carlos irían con nosotros, el señor Antonio nos había dado a los guardaespaldas. Conducimos el auto y marchamos con normalidad, llegamos a un centro comercial. Nicolás, quien conducía, estacionó el auto en el estacionamiento y bajamos a comprar lo que buscábamos.
Desabroché el cinturón a Flor y la tomé de la mano, entramos en la tienda. —Ale, ¿qué te parece si compramos algo para Lucas? —preguntó Flor, su voz llena de emoción.
—Lo que quieras —respondí, sonriendo.
Pero mi sonrisa se desvaneció cuando choqué con un tipo. El hombre era alto, de cabello rojizo, ojos verdes, y piel clara. Pero lo que me llamó la atención fue la cicatriz en su barbilla y las ojeras que rodeaban sus ojos. —Lo siento, mucho —me disculpé, agarré a Flor y salí de ahí.
Pero no podía sacudir la sensación de peligro que me había quedado después de ver a ese hombre. Nicolás y Carlos iban con nosotros, salimos y cuando estábamos por subir se escucharon dos disparos. Abracé a Flor, la protegí con mi cuerpo. El tipo de antes disparó a Nicolás y Carlos, ellos cayeron al suelo.
Mi corazón latía con fuerza, mi mente estaba en blanco. No podía creer lo que estaba sucediendo. Flor lloraba en mi hombro, yo la abrazaba con fuerza, tratando de protegerla.
Pero entonces, el hombre se acercó a nosotros, su rostro era frío y sin vida. —No llores, pequeña —dijo, su voz era baja y amenazante. Flor se calló, yo la abrazaba con fuerza, tratando de protegerla.
Pero entonces, el hombre sacó un arma y la puso dentro de mi boca. —Si no te callás, lo mato —dijo, su voz era baja y amenazante. Flor se calló, yo traté de no moverme, tratando de no hacer nada que lo hiciera disparar.
Pero entonces, el hombre me dio una cachetada que hizo que escupiera sangre. Flor gritó cuando vio eso. —No llores, pequeña —dijo el hombre, su rostro era frío y sin vida.
Y entonces, todo se volvió negro.
Mientras tanto, en la casa, Lucas se despertaba tanteando la cama y llevándose una sorpresa cuando Alessandro no estaba con él. Se levantó y arregló la cama, fue a ducharse, se acordó de que iban a celebrar su cumpleaños, estaba sonriendo quería ver si sus hermanos y Alessandro deseaban felicitarlo.
Terminó de vestirse, se puso el anillo de casado y bajó, abajo estaba su mamá con el desayuno de Lucas, le deseó un feliz cumpleaños, se fue a la oficina del papá de Lucas. Antonio bajó, agarró su desayuno y le deseó un lindo día, Lucas agradeció.
Antonio salió preocupado de la oficina seguido por su esposa. Lucas se levantó de la silla —¿Qué pasó, papá? —preguntó Lucas mientras Antonio se acercaba.
—Atacaron a Flor y Alessandro cuando salían de la tienda, el hombre que lo hizo dejó sin signos vitales a Nicolás y Carlos —Antonio estaba enojado.
Marcó un número y pidió a más hombres, los hombres llegaron —Quiero que traigan a mis dos hijos a salvo —ordenó Antonio, enojado.
Los hombres salieron de ahí y subieron a sus autos, el celular de Lucas sonó, era raro ya que no hablaba con nadie, vió la notificación y era de Alessandro.
—Papá, me llegó un mensaje de Alessandro —dijo y los presentes se agruparon para mirar el mensaje.
El mensaje resultó ser un video en el cuál se veía a Alessandro sangrando por la nariz y a Flor asustada.
—Tienen veinticuatro horas, antes de que me divierta con ellos —dijo el hombre. Lucas, Antonio, Azur y Arturo estaban enojados, por como trataban a su sangre. —Me las van a pagar —Antonio sacó el seguro de su arma y subió a su auto, Lucas también subió.
—Papá, conducí, voy a rastrear el anillo de Alessandro —dijo Lucas, tembloroso. Antonio asintió y Lucas comenzó a rastrear el anillo, su corazón latía con fuerza, su mente estaba enfocada en encontrar a Alessandro y Flor.