LOS HOMBRES TAMBIÉN LLORAN
#TRAICIÓN
Soy Brandon Nixon tengo 34 años de edad, me considero un hombre resiliente, multifacético que logro con su esfuerzo y dedicación formar la empresa multinacional de la cual soy el CEO.
Poseo un atractivo incomparable, mantengo mi cuerpo torneado y en forma. Mis ojos son de una tonalidad azul zafiro, tengo una mirada penetrante e intimidante.
Mi cabello de un rubio oscuro siempre lo tengo bien prolijo y cortó.
Mi manera de ser decidida y segura de mi mismo, me llevo a lograr todo lo que me propongo. Conocí a mi esposa, Clara, en ese mundo de negocios al ser la hija de otro empresario muy importante.
Me atrajo su manera de ser segura y diligente, además de su belleza incomparable, jamás le descubrí nada malo. Provenía de una familia respetable, con costumbres adecuadas.
Pero todo cambio una noche en que regrese antes de mi viaje de negocios con la idea de sorprender a mi esposa por nuestro aniversario de casados.
*FLASHBACK
Esa tarde cuando llegué del aeropuerto, pedi a mi chófer Noel que me lleve derecho a comprar un ramo de rosas y chocolates para mi esposa.
Imaginaba su bello rostro emocionado por la sorpresa, largando unas lágrimas al estar conmovida, planee llevarla al restaurante donde le propuse matrimonio, que la banda toque ese tema que marco nuestras vidas.
No tenemos hijos, ella no puede quedar embarazada, pero eso nunca limito que la ame, la acepte con todos esos matices.
Por lo que me dedique de lleno a hacer crecer la empresa por la que trabaje desde muy joven.
Nunca tuve está abundancia que poseo ahora, todos me ven multimillonario, poderoso, pero no saben por lo que pase para llegar a tener todo lo que tengo.
Una vez que conseguí el ramo de rosas, junto a la caja de chocolates, Noel me llevo a mi mansión.
-Señor... Parece que no hay nadie. Me dijo al observar la oscuridad de la misma.
Baje del vehículo, observé un auto estacionado, no era el de Clara. Me dirigí a la entrada y no me recibió mi mayordomo como siempre.
"Tan temprano se fueron a descansar", pensé incrédulo.
Camino en pasos cortos a mí habitación, ver un auto extraño en la entrada, las persianas del salón cerradas, el silencio del lugar, los sirvientes que no aparecen para recibirme como de costumbre, el aire espeso que se siente ante el encierro del lugar y las risas provenientes del piso superior me tensan, siento que la sangre empieza a hervir, desbocando por todo mi cuerpo la ansiedad de presentir lo que mi corazón y mi mente intentan rechazar.
He vuelto antes de mi viaje con la finalidad de sorprender a mi amada esposa unos días antes de nuestro aniversario, sin embargo, en el instante en que pateó la puerta de madera me veo frente a la verdad convirtiéndome en el sorprendido entre los dos, lo que llevaba en las manos se me cayeron al piso.
Ahí yaciendo sobre mi cama, desnuda, cabalgando al imbécil de mi abogado, se encuentra la mujer por la que he dado todo en estos últimos cinco años, mi corazón se acelera, mi pulso se descontrola, no puedo moverme mientras que ambos gritan moviéndose desesperados por la habitación, buscando impacientes sus prendas para vestirse exageradamente rápido mientras me intentan explicar que lo que veo no es lo que parece.
Una vergüenza, el hombre en quien confiaba y creía un amigo se aproxima indolente hacia a mí, creyendo que en este momento las palabras pueden aliviar lo que está traición significa.
— Brandon, hermano, puedo explicarlo.
¿Hermano? Habla como si fuera un imbécil que estuviera ciego ante la realidad de lo que veo.
¿Explicar? No hay explicación para la traición frente a mí y por un instante me descontroló, no quiero escucharlo y lo atacó golpeando su rostro furioso, sin poder controlarme, mientras intento callar sus súplicas por mi perdón.
— ¡No! No me mates, viejo, suéltame.
— BRANDON, BRANDON MI AMOR POR FAVOR, SUELTALO, LO VAS A MATAR, BRANDON.
Mi irá me hace cegar por instante, levanto mi brazo, al querer pegar a Rey, golpeando su abdomen que la debilita arrojándola al suelo de golpe. No me detuve en mi frenesí de descargar toda la ira que me provocó la traición de quien alguna vez consideré como un hermano.
No me detuve a verla. Solo, con Rey, seguimos entrelazados en una lucha feroz, salimos al corredor sin dejar de proponernos golpes, por cada uno que él me da, le regreso dos bien propinados en ese maldito rostro que me miraba sin mostrar arrepentimiento de lo que hizo.
-POR FAVOR... YA NO PELEEN. Aparece gritando Clara que me estira del brazo al querer parar mi eufórica reacción contra su amante.
No sé en qué momento me lanzo a darle otra piña y él logra esquivar empujándome por las escaleras, rodé pesadamente veinte escalones abajo.
Todo ocurrió tan rápidamente, cada vuelta sentía que me quebraba algo, hasta quedar boca abajo sintiendo un dolor tan penetrante en cada parte de mi cuerpo, dificil de explicar, evitaban que me pueda levantar.
-NO... ¿QUÉ HICISTE?. Grito Clara, escuché sus pasos que se aproximan ligeros hacia mí, donde estoy tendido en la planta baja.
Tuve una luz de esperanza que se desvaneció así como llegó al escuchar lo que dijeron.
-ESTA SANGRANDO MUCHO. Exclamó Clara con la voz cortada.
-ESTA MUERTO... VAMONOS... QUE NO NOS CULPEN. Le dijo Rey, no podía creer que mi amigo, antes de llamar a la ambulancia, me dejen ahí tendido en un charco de sangre que sentía bajo mío caliente.
Una imagen borrosa de los dos saliendo por la puerta a toda prisa, espere por si ella miraba hacia atrás, hasta en esa situación, tontamente quería creer que me quería, algo, pero no fue así.
Al rato alguien ingresa y acelera sus pasos hacia mi.
-SEÑOR. La voz de mi chófer Noel.
Escuche que tomo el teléfono y llamo a emergencias.
📱NECESITO UNA AMBULANCIA URGENTE... ¿VEINTE MINUTOS?... NO PUEDO ESPERAR TANTO. Dijo y cortó.
Me alzó apoyandome entre sus brazos como pudo, mi tamaño no ayudaba, media un metro ochenta.
Me llevo hasta el vehículo recostandome atrás.
El dolor era insoportable, jamás sentí tanto dolor, pero lo que me empezó a desesperar era que no sentía mis piernas, no las sentía, la angustia se apoderó de mí.
-YA LLEGAMOS SEÑOR... NO SE DUERMA... AGUANTE. Me pedía suplicante y afligido.
Él solo estaba trabajando para mí hace pocos meses, porque mi carácter siempre ha sido difícil de tratar, nunca fui paciente con las impuntualidades o equivocaciones, al mínimo error los corría, ningún empleado duraba mucho.
Pero este hombre mostró más preocupación y compasión que la mujer a quien amaba.
-SEÑOR... ESTO LE HICIERON ESOS DOS QUE VI SALIR CORRIENDO. Me dijo y solo asentí en un leve movimiento de cabeza al sentir que perdía las fuerzas.
Al llegar a emergencias Noel bajo corriendo y trajo a los jalones a unos con una camilla para que me trasladen al interior.
Me atendieron en el área de urgencias, más de una vez ví el rostro preocupado, de los médicos, que hacían su labor a un ritmo acelerado para salvar mi vida.
Pase por muchas intervenciones, me había roto varias costillas, se me fracturó el femur derecho, y la cadera.
Estando en el sanatorio contraté los mejores abogados para tramitar el divorcio, ya no quería saber nada con esa mujer, no quería que nada me tenga unido a ella.
Por las camaras de seguridad de mi mansión los oficiales obtuvieron las pruebas para encarcelar a Rey, a Clara la apañaron su familia como siempre, por lo que solo obtuvo arresto domiciliario.
Se quedó en la casa de sus padres, quien no querría quedar preso así como ella, con diez sirvientes a su disposición, cancha de tenis, de golf, piscina de más de diez metros de largo.
Corte toda relación con ellos, jamás volvería hacer ningún negoció.
(Fin Flashback)
Pase por dolorosos tratamientos que a nadie recomendaría, estuve más de un mes para que me diagnostiquen lo que temía.
"No volvería a caminar"
Escuchar eso me quebró, me rompió en mil pedazos, no podía concebir que debía de depender de otros para moverme, asearme, hacer las minimas tareas que antes las hacia fácilmente.
Estar pegado a una silla de ruedas, era algo que no podía aceptar.
Caí en un estado depresivo muy fuerte, me volví más tosco de lo que era, nada era a mi gusto, si antes no duraban ni un mes los empleados, ahora no duraban ni un día.
Debía tener una enfermera a mi disposición que se ocupe de las curaciones, inyecciones, medicación y demás cuidados como si estuviera en un hospital.
La sola idea la odiaba, la aborrecía, al único que mantenía a mi lado era a Noel, que se convirtió en mi mano derecha.
Pero como explicaron los médicos, debía tener una enfermera para ciertos cuidados especiales.
Empezaron a desfilar enfermeras que no aprobe, debían hacer su trabajo, pero por caerle la baba por mi rostro eran torpes.
Me sentía fastidiado con todo el asunto, llevaba semanas que el sanatorio enviaban enfermeros y enfermeras que solo cumplían con lo necesario, no les daba la confianza para lo demás.
Noel fue muy diligente, él se ocupaba de prepararme el baño y me dejaba todo listo para que me fuera a bañar.
La mansión la tuve que adaptar a mis nuevas necesidades, tanto en el baño, como en el resto de los espacios, para poder movilizarme en la silla de ruedas. En las escaleras instalaron una silla que me sentaba y apretaba un botón trasladándome al piso de arriba, dónde tenía otra silla de ruedas próxima para sentarme.
No voy a negar que más de una vez llore de frustración, siendo un hombre que jamás había largado ninguna lágrima, ni en el entierro del único pariente que fue mi tutor, mi tío Emilio, debido a que perdí a mis padres siendo muy pequeño en un accidente, pare en un orfanato, hasta que mi tío Emilio apareció y me adoptó, necesitaba un heredero, para recibir una herencia por parte de su padre que le puso como condición que debía tener un hijo.
Él muy desgraciado me dejó la misma condición, que su fortuna sería mía, si solo tenía un hijo, lo cual me tuvo sin cuidado, me hice yo mismo, le demostré que no necesitaba de él.
Llore como un niño más de una vez, demostrando que los hombres también lloran, sobre todo los momentos en que quedó solo en mi enorme habitación, donde mire la veo a mi ex, esa por la que di todo, me engaño, me destrozó en mil pedazos, y no fue capaz de recoger ninguno de ellos pidiendo perdón.
Estoy mirando por el enorme ventanal, cuando escucho que golpean la puerta y veo ingresar una enfermera, está es delgada, su cabello alzado en un rodete cubierto por un gorrito blanco, su expresión es serena, no emite ningún sonido al caminar, se aproxima a mí sin dirigirme la palabra, me toma la presión y veo que extrae del cajón la inyección que me corresponde para aliviar el dolor y que pueda dormir.
-Le voy a extraer sangre. Expresa en un tono pausado algo disfónico.
-ESPERO QUE NO ME HAGA UN COLADOR... O MEJOR VAYA AL HOSPITAL GENERAL A PRACTICAR CON LOS BORRACHOS Y ADICTOS... ANTES DE HACERME SUFRIR MAS DE LO QUE SUFRO EN ESTA SILLA. Le grite molesto y veo que ya tiene la aguja con la sangre en la mano.
"En qué momento me extrajo que no sentí."
-Debe acostarse. Me dice.
-NO TENGO GANAS... PASO TODO EL DIA POSTRADO. Me niego rotundamente.
Al rato veo ingresar a Noel que en un jalón me saca de la silla y me lleva a la cama.
Perdi masa corporal, y peso debido a que me niego a comer lo que me cocinan. Solo hago valer mi voz, pero con Noel no puedo luchar, él es un hombre musculoso, que estuvo en las fuerzas hace mucho.
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Comments
mariela
Lily que comienzo tan brutal como una persona puede cegarse ante la traición de la persona que creía su amigo y su hermano junto a su esposa sabrá desde cuándo se burlaban de él y quedarse paralítico dependiendo de otras personas y ellos muy divinos con arrestos domiciliarios que desgracia de justicia.
2024-10-30
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MaReyanaga Maldonado
De verdad va estar buenísima esta trama
2024-11-12
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Nairobis Cardozo Portillo
Impactante comienzo nada fácil
2024-10-27
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