Emma y Ethan han sido inseparables desde que tienen memoria. Sus padres, amigos íntimos, los han visto crecer juntos, compartiendo risas, juegos y sueños. Sin embargo, al finalizar la secundaria, ambos sienten que la amistad ha evolucionado en algo más profundo, una atracción que ninguno se atreve a confesar por miedo a las posibles reacciones de sus familias.
Durante su segundo año de universidad, Emma, cansada de ocultar sus sentimientos, decide confesarle a Ethan lo que realmente siente. Con el corazón acelerado, se dirige al departamento de Ethan, solo para encontrarlo en compañía de una de las chicas más populares de su clase. Desconcertada y herida, Emma toma una decisión drástica: pide a sus padres que la envíen a estudiar al extranjero, con la esperanza de dejar atrás sus sentimientos no correspondidos.
Años después, Emma regresa y los sentimientos que creía olvidados también lo harán.
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Una mujer algo insegura
Esa noche, en lugar de ir al departamento de Ethan, se dirigieron al que Emma compartía con Alex.
-Me gustaría que se conozcan mejor- dijo ella, mientras descendían del automóvil frente al edificio.
Ethan aceptó, aunque no podía evitar sentirse un poco nervioso. Sabía lo importante que era Alex para Emma, y quería causar una buena impresión.
Llegaron al departamento de Alex, y él los recibió con una cálida bienvenida. Había preparado una cena sencilla, pero acogedora, y los invitó a sentarse.
-Gracias por venir- dijo Alex, sirviendo las bebidas- Sé que probablemente estén cansados después de un día largo de trabajo.
-No hay problema- respondió Ethan, agradecido por la hospitalidad- Emma me habló mucho de ti, así que es bueno finalmente tener la oportunidad de conocerte mejor.
Alex asintió, observando la interacción entre Ethan y Emma. Era obvio que se preocupaban profundamente el uno por el otro, y eso le daba cierta tranquilidad. Sin embargo, sentía que debía cumplir con su rol protector.
Durante la cena, la conversación fue fluida, con risas y anécdotas. Pero hacia el final de la noche, aprovechando que la muchacha fue a su habitacion a preparar un bolso con algo de ropa para llevar, Alex decidió abordar el tema que más le preocupaba.
-Ethan- comenzó, con un tono serio pero amable. -Quiero decirte algo. Sé cuánto significas para Emm, y estoy feliz de verlos juntos. Pero también quiero que sepas que ella es como una hermana para mí, y no puedo evitar preocuparme.
Ethan asintió, comprendiendo perfectamente.
-Lo entiendo, Alex. Y yo quiero que sepas que Emma significa todo para mí. Haré todo lo que esté en mi poder para hacerla feliz y cuidarla.
-Eso me parece perfecto- dijo Álex, aunque sus palabras no quedaron allí- La he visto sufrir mucho, extrañarte, llorar por causa de la incertidumbre que sentía- comentó mientras recordaba los momentos tristes de su amiga- Así que, te advierto que si la veo derramar una sola lágrima más por tu causa... No voy a dejártelo pasar.
-Entiendo- replicó Ethan con mucha seriedad y sinceridad- Y te aseguro que eso no va a pasar. Amo a Emma desde antes de que se marchara, la perdí en su momento, pero eso no va a volver a suceder- afirmó.
Alex lo miró por un momento, evaluando su sinceridad. Finalmente, asintió y le extendió la mano.
-Entonces estamos de acuerdo. Los dos queremos lo mejor para ella- concluyó, Ethan hizo un gesto afirmativo con la cabeza. Alex le extendió la mano y
Ethan la aceptó con firmeza, sellando un pacto silencioso entre ellos. Emma, quien los observaba sin que ellos supieran, sintió una oleada de alivio y felicidad. Sabía que dos de los hombres más importantes de su vida ahora estaban en la misma página.
-¡Estoy lista!- exclamó la joven entrando como si no hubiera visto nada.
-¿Nos vamos entonces? - indagó Ethan poniéndose de pie.
-Si amor, nos vamos- respondió ella, Alex también se puso de pie, los acompaño a la puerta.
-Entonces, no te olvides de mí- le dijo Alex.
-¡oh, no! - exclamó la muchacha- No vas a librarte tan fácilmente de mí- agregó- en un par de días me tienes de vuelta por aquí.
-Ok, te tomó la palabra- replicó Álex y finalmente ambos se marcharon.
Cuando finalmente regresaron al departamento de Ethan, Emma se sintió más conectada con él que nunca.
-Gracias - dijo ella, abrazándolo al entrar en el departamento.
-No tienes que agradecerme- respondió Ethan, besándola suavemente- Haría lo que fuera por ti.
Y con esas palabras, se acurrucaron juntos en el sofá, disfrutando de la calma después de un día lleno de desafíos y resoluciones. Sabían que aún había mucho por delante, pero estaban listos para enfrentarlo, juntos.Esa noche, después de un día largo y gratificante, Emma y Ethan se preparaban para ir a la cama. Habían pasado una velada tranquila en el departamento de Alex.
Emma estaba en el baño, lavándose la cara y cepillándose los dientes, mientras Ethan terminaba de acomodar la cama. Todo parecía ir sobre ruedas hasta que el teléfono de Ethan vibró sobre la mesita de noche. Miró la pantalla y vio un nombre que no esperaba ver: **Meli**, la muchacha que había conocido en aquel bar tiempo atrás, cuando su vida era un completo caos emocional.
Sin pensarlo demasiado, tomó el teléfono y se levantó para salir de la habitación. En ese momento, Emma salió del baño secándose las manos con una toalla, y justo alcanzó a escuchar cuando él decía: -Hola, Meli. Sí, soy yo. ¿Cómo estás?
El nombre resonó en la mente de Emma, despertando una pequeña punzada de celos que trató de disimular.
- ¿Quién será?¿Por qué llamaría a estas horas?- se preguntó mientras observaba cómo Ethan caminaba hacia la puerta de la habitación, disculpándose rápidamente antes de salir.
-Voy a atender esto en la sala, es algo rápido- dijo Ethan con una sonrisa antes de cerrar la puerta suavemente detrás de él.
Emma frunció el ceño, sintiendo una incomodidad creciente en el pecho. Se dijo a sí misma que no tenía por qué preocuparse, que seguramente era una llamada sin importancia, pero aun así no podía evitar preguntarse qué tipo de relación mantenían Ethan y esa chica. Se sentó en la cama, tratando de no pensar demasiado en ello, pero su mente se llenaba de preguntas.
Mientras tanto, en la sala, Ethan contestaba la llamada, algo sorprendido por el repentino contacto de Meli.
-Ethan, hola. Lamento llamarte tan tarde, espero no interrumpir nada- dijo Meli con un tono suave, casi tímido.
-No te preocupes, está bien. ¿Todo bien?- preguntó él, intentando ser cortés pero sintiendo la urgencia de volver a Emma.
-Sí, todo bien. Solo… estuve pensando en ti y en esa noche en que hablamos. Me quedé con la sensación de que no quedó claro que podías contar conmigo si alguna vez necesitas desahogarte. No sé por qué, pero he estado preocupada por ti- explicó Meli, con sinceridad en su voz.
Ethan sonrió para sí mismo, agradecido por la amabilidad de la muchacha, pero sabía que esa parte de su vida ya había quedado atrás.
-Te lo agradezco mucho, Meli, en serio. Pero estoy bien ahora. De hecho, Emma y yo hemos solucionado nuestras diferencias y estamos juntos. Las cosas están mejorando mucho para mí.
Hubo una breve pausa en la línea antes de que Meli respondiera.
-Me alegra tanto escuchar eso. Sabía que todo lo que me contaste aquella noche era complicado, pero también vi que tenías mucho que dar. De verdad te deseo lo mejor, Ethan. Aunque no te voy a mentir, esperaba que quizá… bueno, ya sabes.
Ethan soltó una pequeña risa, entendiendo el sub text de las palabras de Meli.
-Te agradezco por preocuparte, y también por escucharme en ese momento, de verdad. Pero creo que ahora las cosas han encontrado su camino. Espero que también encuentres lo que buscas.
Después de un intercambio más cordial, colgó el teléfono y suspiró. Sabía que debía regresar a la habitación cuanto antes y tranquilizar a Emma, porque la conocía lo suficiente como para saber que probablemente esa llamada la había inquietado. Al regresar, la encontró sentada en la cama, con una expresión que intentaba ocultar su preocupación.
-¿Todo bien?- preguntó ella, tratando de sonar casual mientras doblaba la toalla con la que se había secado las manos.
-Sí, todo bien- respondió él, acercándose y sentándose a su lado- Era Meli, una amiga. Quería saber cómo estaba y asegurarse de que no me había perdido en la tristeza de nuevo. Fue solo eso.
Emma asintió lentamente, pero no pudo evitar morderse el labio, en una clara señal de que estaba conteniendo algo.
-¿Qué pasa? ¿Te preocupa algo?- preguntó Ethan, mirándola con esa atención que siempre le dedicaba cuando quería llegar al fondo de lo que ella sentía.
-Es solo que… no sé, creo que me sentí un poco insegura al escuchar que era una mujer. Sé que es tonto, pero el hecho de que salieras de la habitación para atender la llamada me hizo pensar en cosas raras- confesó Emma, desviando la mirada hacia la ventana.
Ethan se inclinó hacia ella, tomando su mano y entrelazando sus dedos con los de ella.
-Entiendo por qué te sentirías así. No era mi intención hacerte sentir incómoda, solo pensé que preferirías no escuchar la llamada porque realmente no tiene ninguna importancia para nosotros. Todo lo que necesito está aquí, contigo.
Ella lo miró a los ojos y, al ver la sinceridad en su mirada, sintió cómo su inquietud se desvanecía. Sonrió suavemente, apretando su mano.
-Supongo que me estoy acostumbrando a esto de confiar plenamente. Pero sé que tengo que dejar atrás esos miedos.
-Y yo estoy aquí para ayudarte a hacerlo- respondió él, inclinándose para darle un suave beso en la frente- No tienes que preocuparte por nada más, Em. Tú eres todo lo que quiero.
Ella asintió, sintiéndose tonta por haber dejado que los celos la afectaran, pero al mismo tiempo agradecida de poder hablar de sus inseguridades sin reservas.
Que Dios te siga bendiciendo, para disfrutar de los frutos de tu enorme talento. Sinceramente :Felicitaciones y muchas muchas gracias!!!