Mujeriego En Apuros!

Jalo a Antonella a un costado, para poder coordinar y conseguir la orden del juez, pero no me esperaba el golpe que me dio la condenada.

- aich, tienes la mano bien pensaba y eso que eres enana - le digo sobandome el brazo.

- me puede explicar como es eso de prometida? O mejor aun me puede explicar como va a criar a una bebé, si ni siquiera puede ordenar su vida sin mi? - me dice enojada.

- mira ahorita lo primero es conseguir que el juez Perlucci firme el bendito documento, es hora de pedir que me devuelva el favor - le digo separándome de ella porque la veo inspeccionar el área con pinta de buscar algo que lanzarme.

Hace dos años en una de mis aventuras, me encontre en Perú con el que ahora es juez, estaba haciendo el mismo deporte qué yo, por lo que nos unimos en grupo. Estaba todo bien, decidimos hacer primero canotaje, al ver la corriente muy fuerte, le dije que mejor sería tomar la primera desviación, y el por terco no hizo caso, por lo que nos metimos a los rápidos, en una de las curvas no vimos unas rocas y chocamos, cayendo todos fuera del bote. El juez no tuvo tanta suerte como el resto y la corriente lo arrastró y encima tenía problemas con su flotador... Por lo que sin pensar dos veces me lance por el y logramos salir a una superficie estable hasta que fuimos rescatados. Si no fuera por mi azaña en estos momentos no estaría vivo.

Así espero recuerde ese momento y me ayude con esto, no me importa si cambio mi vida por completo, total para eso sirve las niñeras, no creo que tenga que dejar mi vida de lado por un simple paquetito llorón.

- Antonella, llama al juez y dile que necesito urgente hablar con el - le digo a mi asistente, mientras me dirijo donde se encuentran todos.

- En un par de horas tengo el papel firmado por un juez - le digo a todos.

La señora esta me mira incomoda, pensara que le dado dinero a alguien para obtener algo... Si bien no estoy seguro si este juez podrá, al menos que ellos vean que estoy seguro de lo que quiero.

Mi paquete empieza a llorar, ya de tener hambre, hace 3 horas que comió, antes que pudiera tan siquiera acercarme Antonella ya estaba con el biberón listo y cargándola para calmarla y darle de tomar su tete.

La imagen me pareció la más tierna y en verdad me encanto.

- señor no vamos a poder esperar dos horas para saber si o no pasa algo, tendremos que llevar a la niña a la delegación y esperar ahí - me dicen.

- pues me niego, para tal caso dejen a una patrulla afuera, no voy a exponer que se enferme por estar sacándola de forma innecesaria - les digo y el primer oficial le gustó la idea y eso hicieron.

Al llamar al juez le expliqué la situación y me dijo que él no podía autorizar nada porque no era su campo, pero si podía conseguirlo, lo único que me advirtió que el permiso máximo sería por 15 días y que después de este tiempo debería presentar todo, incluyendo mi matrimonio.

Yo miro a Antonella y tendré que buscar la manera que me acepte el trato que le voy a hacer.