Una guerra despiadada obliga a ALONDRA a casarse, sufre mucho pero logra levantarse y cobrar venganza, pero eso le niega la posibilidad de amar, ella se encuntra en una dura situacion, elegira el amor o el poder.......
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DESCUBIERTO
NARRADOR.
Mientras Alondra toma medias para protegerse el archiduque planeaba su contra ataque, envió una nota a la duquesa y varios de sus aliados para organizar un plan, debían matar a la reina antes de que fuera imposible
quitarle el trono.
La reunión se llevó a cabo en una cabaña en el bosque, era confidencial y no podían permitirse que los vieran juntos, asistieron un duque, dos condes, dos varones y tres miembros de la corte real, todos estos eran influyentes en la capital, pero muy codiciosos de poder y estatus.
Todos querían al archiduque de rey, en especial el duque Alonso pues tomaría la posición del archiduque y aumentaría su fortuna, después de mucho discutirlo descartaron la idea del veneno, era muy ovio y podían descubrirlo, planearon sacarla del palacio y que pareciera un a salto, solo tenían que hacer que la reina dejara el palacio por unas horas.
El duque se encargaría de contratar a los mercenarios y la duquesa de sacarla del palacio con la excusa de llevar ayuda a los más necesitados, lo que ellos no sabían era que su conversación estaba siendo escuchada por cierta dama que les arruinaría sus planes. Después de discutir los detalles fueron saliendo de la cabaña a excepción
de la duquesa que decidió quedarse a pasar un rato con el archiduque, había llegado el momento de matar a su marido si quería ser reina no podía estar casada cuando el archiduque fuera coronado o eso pensaba ella.
Le dijo a su dama que se fuera y le dijera a su marido que se quedaría con una de sus amigas a organizar una fiesta para recolectar fondos, ya solo ella y el archiduque hicieron más que hablar de su subida al trono, mientras tenían intimidad en la cama unos hombres se acercaban a caballo.
El duque esposo de Sabina en compañía de sus caballeros llego al lugar, horas antes recibió una nota que le decía que su esposa corría peligro y debía ir a rescatarla, para no llamar la atención de los bandidos dejaron los caballos y rodearon la cabaña en silencio, al parecer esta no tenía vigilancia. Aparentemente todo estaba tranquilo, el duque con uno de sus caballeros entró a la cabaña, pero en el salón no había nadie, pensaron que se trataba de
una broma de mal gusto, pero se escucharon ruidos provenientes de la habitación.
Con paso firme el duque fue a ver de dónde provenían los ruidos, abrió la puerta de golpe y lo que vio lo dejo frio, la duquesa estaba encima del archiduque moviéndose rapidamente y este gritaba, por la emoción y tragos estos últimos ni siquiera notaron la presencia del duque hasta que este volvió en sí y lleno de ira jalo
a su esposa del brazo.
- Tú que haces aquí.
- Solo eso dirás, acoso no sientes vergüenza de tu comportamiento ramera.
- Suéltame, me estas lastimando.
- Que te sueltes dices, eres tan descarada, ahora mismo nos vamos te enseñare una lección.
El archiduque también se había quedado de piedra al verse descubierto, pero al ver como arrastraban a la duquesa fuera de la habitación reacciono, tomo sus pantalones y se los puso para ir tras ellos.
- Un momento duque, no la trate de esa manera, es su esposa déjala vestir.
- Ya usted lo dijo, mi esposa así que no se meta en esto.
- Tengo más rango y merezco respeto cuide sus palabras.
- Su rango me importa un rábano, eso si le advierto esta ofensa tendrá consecuencias.
El duque soltó a la duquesa y con enojo se quitó un guante y golpeo la cara del archiduque.
- Lo reto a un duelo a muerte, no dejare que ustedes deshonren a mi familia.
- Acepto, dijo el archiduque mirándolo con arrogancia creía que el duque no era rival para él.
Mirándolo con odio el duque se dio la vuelta y no dijo más, le ordenó a sus caballeros llevar a su esposa a su mansión y encerrarla en una celda a pan y agua, no tendría contemplaciones con ella estaba ofendido y decepcionado. Tomo su caballo y espero hasta que sus hombres montaran a empujones a la mujer que se negaba a obedecer. Un poco avergonzados los caballeros la cubrieron con una manta y subieron a un caballo, era muy inusual algo así y hasta donde ellos pensaban ellos tenían un buen matrimonio, pero no podían hacer más que obedecer a su jefe.