Conocerte fue un disparo al corazón
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Capitulo 20
"Sus labios eran una caricia necesaria, cómo podía haber vivido hasta ahora sin ellos"
^^^Mario Benedetti ^^^
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Cuando finalmente se recuestan uno a lado del otro, el sonido del mar regresa, pueden sentir suavemente sus latidos sincronizados. Fernando acaricia suavemente el cabello de Samantha, que descansa sobre su pecho, ambos en silencio, Pero con una conexión que va más allá de las palabras.
En ese momento, ambos comprenden que lo que acaban de compartir es más que solo deseo. Es el comienzo de algo mucho más profundo y significativo. El amor que sienten comienza a tomar forma, haciéndolos más vulnerables, Pero también más unidos que nunca.
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Samantha se despertó lentamente, sus sentidos aún envueltos en la calidez del suelo que acababa de dejar atrás. Al abrir los ojos, se dió cuenta de que la cama estaba vacía a su lado. Instintivamente, extendió la mano hacia el lugar donde debería haber estado Fernando, Pero solo encontró sábanas frías. Por un momento, su corazón se tensó con una mezcla de desorientación y ansiedad, hasta que percibió un delicioso aroma que flotaba en el aire.
Decidida a averiguar que estaba sucediendo, se levantó de la cama, envolviéndose en la sabana que aún conservaba el calor de su cuerpo. Con pasos ligeros y sigilosos, costumbre de un SWAT comienza a caminar hacia el origen de aquel tentador aroma. La casa estaba en silencio, excepto por el suave murmullo del mar que se colaba por las ventanas.
Al llegar a la cocina, Samantha se detuvo en la entrada y sonrió al ver la escena ante ella. Fernando estaba de espaldas, concentrado en preparar el desayuno. Llevaba solo un pantalon deportivo negro y su torso desnudo revelaba los músculos definidos de su espalda, cada movimiento reflejando la fuerza y la suavidad con la que se manejaba.
Sobre la encimera, una sartén chisporroteaba con huevos revueltos, mientras en otra preparaba algunas tiras de tocino. Había una jarra de jugo de naranja recién exprimido y un plato de frutas frescas a un lado. El ambiente estaba impregnado de ese aroma familiar y reconfortante que siempre había asociado con los momentos más tranquilos y hogareños.
Fernando, ajeno a la presencia de Samantha, tarareaba suavemente una melodía, completamente inmerso en la tarea de cocinar. Samantha no pudo evitar sentir una oleada de ternura al verlo así, tan relajado y en su elemento. La imagen era tan diferente de la que estaba acostumbrada a ver en el trabajo, el sargento serio y enfocado, siempre en control.
Finalmente, decidió romper el silencio y se aclaró la garganta suavemente. Fernando se giró al instante, sorprendido, Pero cuando la vio allí, envuelta en la sabana y con una sonrisa en los labios, su expresión se suavizó.
- Buenos días preciosa - dijo Fernando, su voz baja y cálida.
- Buenos días - respondió Samantha, caminando hacia él - ¿Esto es lo que haces cuando desapareces de la cama?
Fernando sonrió, acercándose para darle un beso suave en los labios.
- Quería sorprenderte. Pensé que después de lo de anoche, despertarás con mucha hambre y quería llevarte un buen desayuno.
Samantha se sintió envuelta en un cálido sentimiento de agradecimiento y cariño. Aún con la sabana alrededor, acercó más a él, rodeando su cintura con los brazos.
- Gracias - le susurró, apoyando su cabeza en el pecho de Fernando, escuchando el ritmo constante de su corazón - Esto es... perfecto.
Fernando la abrazo más fuerte, disfrutando del momento de tranquilidad y conexión.
- No hay de que Sam - dijo, acariciando su cabello. - Después de todo lo este tiempo luchando con nosotros mismos con esto que empezamos a sentir el uno por el otro, creo que ambos necesitamos esto.