A veces la vida nos juega una mala pasada y el mundo se derrumba bajos nuestros pies y cuando creemos que nada tiene solución; el destino nos sorprende y todo cambia a nuestro favor. Está es la historia de Martín, un chico que a pesar de haber sido el mejor de su clase, es expulsado del colegio y debe comenzar de cero en otra institución; A pesar de estar a prueba, logra superar todos sus temores y se enamora perdidamente de Rebeca, una joven que comparte la misma pasión que él por las motos y comparten sus mismos sueños y anhelos.
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Capítulo N°24
En el recreo Martín tenía abrazada a Rebeca y los chicos estaban como locos a su alrededor y no dejaban de hacer preguntas y hablar sobre el torneo, todos estaban muy entusiasmados, ya que el premio era un fin de semana acampando en un lago con todo los gastos pagos.
⎯ ¿Chicos están seguros de querer participar?⎯ dice Sonia abrazada de Teo.⎯ Ya escucharon a la profesora, es sobre motores.
⎯ Sí, no se preocupen estamos seguros que vamos a ganar. Ya tengo una idea en mi cabeza.⎯ contesta Martín confiado y besa a su novia en la mejilla.⎯ Les puedo asegurar que nadie podrá con algo como lo que vamos a presentar y lo mejor de todo es que se cual es el proyecto que van a presentar en el colegio técnico, yo soy uno de los diseñadores.
⎯ ¡Eso es genial! Aunque ¿no estamos haciendo trampa?⎯ pregunta Teo.
⎯ No, trampa sería sí presentamos lo mismo. Además a estas alturas Ezequiel debe estar como loco porque le falta la última parte del proyecto que está en mi casa.
⎯ Bueno, entonces no nos preocupemos por eso.⎯ sugiere Daniel.⎯ Ahora que sabemos que tú eras del equipo ganador, ya no tengo dudas que nos vamos a acampar.
⎯ Solo me preocupa el traslado de las cosas, tendremos que pedir ayuda.⎯ interviene Rebeca muy seriamente.⎯ Puedo pedir a mi padre uno de sus camiones, pero no creo que me preste a algún ayudante.
⎯ Por eso anote a Daniel, él y su grupo de amigos podrán con las cajas y las motos.
Martín les comenta la idea que tiene al resto de sus compañeros y algunos dudan en que lleguen a tiempo; porque ignoran que ellos dos trabajan con motores a diario y algunos vuelven desanimados al aula.
Cuando toca el timbre el profesor de Filosofía entra y se queda pensando en la frase que está escrita en el pizarrón.
⎯ ¡Buenos días alumnos!
⎯ ¡Buenos días profesor!
⎯ Para hoy tenía programado un tema diferente sin embargo, al llegar al aula me llamó la atención esta frase, seguro estuvieron en química y vieron reacciones.
⎯ Sí profesor y no entendí nada.⎯ comenta Daniel.
⎯ ¡¿Por qué no me sorprende?!⎯ le habla Martín a Rebeca.
⎯ Shhh, no seas malo.⎯ responde con una sonrisa.
⎯ ¿Alguno me podría decir sí esta frase aplica para la vida?⎯ pregunta el profesor y en el curso todos hacen silencio.⎯ Nadie, ¿ninguno sintió que su vida se transformó de algún modo? o ¿perdió algo que luego se transformó?
⎯ Yo perdí a mi padre y no se transformó en nada. Solo dejó de existir. No está más, eso es todo.⎯ Martín responde enojado y luego mira para el vidrio.⎯ Nos dejó solos de un día para otro.
⎯ Lo siento.⎯ el profesor se disculpó al ver que el muchacho está vulnerable.⎯ Pero estoy seguro que tu padre se transformó en algo más.
⎯ Yo perdí a mi abuela.⎯ Rebeca interviene.⎯ Y en mi caso se transformó en un hermoso recuerdo; aunque al principio dolió y mucho.⎯ toma la mano de Martín por debajo del asiento.⎯ Pero el dolor con el tiempo se transformó en consuelo, la negación en aceptación y el amor fue lo único que permaneció intacto. Martín lo de tu padre es muy reciente; pero con el tiempo todo se cura.⎯ dice Rebeca y él se gira y ve que en su rostro se ilumina con una hermosa sonrisa.⎯ No estés triste.
⎯Gracias Rebi.⎯ murmura y besa su mejilla.
⎯ ¡Uhhhh que románticos! … ¡Qué linda pareja!... ¡Yo quiero a alguien así!⎯ eran algunos de los comentarios que se escucharon por parte de sus compañeros.
⎯ Silencio. Muy bien continuemos y chicos por favor, ya pueden separar esos bancos.⎯ el profesor se ríe.- Por cierto Rebeca muy buena reflexión, a eso me refiero. Esta frase aplica a la vida. Quiero que para la próxima clase me hagan un ensayo de cómo en sus vidas hubo algún cambio por más que sea insignificante que les parezca que los haya marcado.
⎯ Profesor ¿puedo hablar con usted?⎯pregunta Martín.
⎯Sí, ven acércate.⎯ el profesor y se sienta en su escritorio.⎯ Trae una silla. Ustedes mientras inventen frases similares, tenemos cinco minutos de clases y no lo vamos a desperdiciar.
El muchacho levanta su silla sobre su cabeza y pasa a través de sus compañeros con cuidado de no lastimar a nadie. Una vez que llega junto al profesor se sienta en frente de este y comienza a hablar.
⎯ Profesor, lamento sí recién fui grosero, no quise faltarle el respeto.
⎯ Descuida Martín, hablaste sinceramente con el corazón, y por eso no debes disculparte. Ahora dime, ¿qué necesitas?
⎯ No entiendo su materia, leo, leo y no la comprendo. Rebeca me intenta ayudar pero es imposible.
⎯ Martín la filosofía no hay que estudiarla, no hay que analizarla, no se razona, ni se analiza, a la filosofía hay que sentirla y vas a descubrir que lo que vos pensas que es cierto para el otro no lo es. No hay respuestas ciertas o inciertas. Solo hay preguntas por contestar y cada uno es dueño de la verdad en su respuesta. ¿Entiendes?
⎯ Eso creo.
⎯ Cuando hoy dijiste que tu papá no se transformó en nada, fue precisamente en eso en que se transformó en ausencia. Por eso te duele.
El muchacho abrió grandes sus ojos y se sorprendió al escuchar esas palabras, nunca se imaginó que el profesor lo hubiera analizado de esa manera.
⎯ Gracias profesor.⎯ está a punto de levantarse cuando escucha
⎯ Martín, yo a mis estudiantes los califico por participar, sigue abriendo tu corazón como hoy y tendrás un diez asegurado.
⎯ De acuerdo.
El timbre se escuchó en todo el establecimiento señalando que el día había finalizado, los alumnos comenzaron a recoger sus pertenencias y de a uno se fueron despidiendo y saliendo del salón.
⎯ Rebi espera.
Rebeca había juntado sus útiles y estaba a punto de salir cuando Martín la detiene del brazo. Solo quedaban un par de chicos que se despidieron y salieron.
⎯ ¿Qué pasa?
⎯ Nada.⎯ él se acerca y la besa.⎯ Te extrañe y hoy no tuvimos ni un minuto para nosotros.
⎯ Lo sé, yo también te extrañe.⎯ se para de puntas de pies para besarlo.
⎯ Vamos a la plaza un rato, no quiero volver a casa.
⎯ Está bien.
Los chicos bajan hasta el estacionamiento, se colocan sus cascos, se suben a sus motos y van hasta una plaza. El lugar es muy agradable, tiene varios asientos colocados alrededor de los árboles, canteros con flores de muchos colores y juegos para niños. Rebeca ve con ilusión las hamacas.
⎯ Ven Rebi, veamos quien se hamaca más alto.
⎯ ¡Son juegos para niños!
⎯ Vamos, no pasa nada.
⎯ Está bien.
Rebeca se comenzó a hamacar y Martín se subió a la hamaca que estaba a su lado, ambos se reían, él intentaba alcanzarla pero al parecer la técnica de ella era mejor y llegaba más alto.
⎯ Tienes que balancear el peso, lleva tus piernas para adelante y luego para atrás para darte impulso.⎯ explica riendo.
⎯ Eso intento. Creo que mi hamaca está averiada.
⎯ Bueno parece que te gane.⎯ murmura a medida que disminuye la velocidad.⎯ Así que me debes un premio.
⎯ Creo que puedo con eso.
Martín atrae a la hamaca de ella a su lado y devora sus labios, extrañaba tenerla tan cerca pero de repente sienten el silbato y un guarda que les grita.
⎯ ¡Muchachos esas hamacas son para niños! Se bajan sino quieren tener problemas.
Ambos se separan y comienzan a correr tomados de las manos hasta donde estacionaron sus motos, se ríen con tantas ganas que de repente Martín se sorprende de escuchar su propia risa, hace meses que no reía de esta manera.