R & M... Sueños Compartidos.

Martín está sentado mirando a la nada pensando en que debe tomar una decisión, mientras entre sus brazos sostiene a Rebeca y su perfume lo desconcentra. De repente se incorpora y cree que lo mejor es alejarse de los problemas; entonces camina  abatido por el borde del acantilado y de espaldas le habla.

⎯ Rebeca, será mejor que a partir de mañana ninguno de los dos nos dirijamos la palabra. No podemos ser amigos.

⎯ Está bien, pero dime primero ¿por qué me besaste?

⎯ No sé, fue un impulso, sentí tu perfume y cuando me di cuenta ya era demasiado tarde, todo pasó en cámara lenta como un sueño. Nunca me pasó esto con nadie, creí que no harías nada, parecías inofensiva.

⎯ Eso es raro.

⎯  Lo sé y suena tonto sí lo dices en voz alta.

⎯ Más tonto es explicar que te pegue por un banco.⎯ le sonríe.

⎯  Lo siento. Últimamente todo me sale mal.⎯ lleva sus manos y las apoya por detrás de su cabeza en señal de frustración.

⎯ ¡Deja de disculparte!

⎯ Perdón, creo que es inconsciente, desde que murió mi padre siento culpa por todo y por eso vivo disculpándome por mis errores.

⎯ Lo lamento, no sabía lo de tu padre.

⎯ Fue hace unos meses.⎯ comenta al pasar.

⎯ Bueno conmigo no sientas más culpa, te perdono por todo.

⎯  Eso es difícil de creer.

Ella se levanta y sin pensar lo abraza por la espalda y murmura.

⎯  Puedo preguntarte algo ¿por qué fuiste a mi casa?

⎯ Porque quería verte y pedirte disculpas.

⎯ Ok. ¿Y ahora por qué tienes miedo a que te expulsen?

⎯ Porque es la última oportunidad que me dieron para graduarme y no quiero fallarle a mi madre.

⎯ Eso es muy tierno de tu parte.

Luego de estar por unos minutos en esa posición y en completo silencio, ella rompe el abrazo y de repente sintió un extraño dolor en su pecho al pronunciar las siguientes palabras.

⎯ Descuida, entiendo tu punto de vista y lo aceptó, ser amiga de la hija de la directora no es nada fácil.

⎯ Rebi, realmente me agradas, no es que no quiera ser tu amigo, no puedo. En estos momentos tengo que arreglar muchas cosas en mi vida.

⎯ Pienso que te presionas demasiado.

⎯ Tú no entiendes, necesito graduarme, conseguir un trabajo de medio tiempo para ayudar en casa, tratar de entrar a alguna universidad  que sea decente y con suerte recibirme.⎯ pasa su mano por su jopo.⎯ Si meto la pata una vez más todo eso será imposible, tú madre lo dejó en claro, estoy a prueba y ya cometí un terrible error.

⎯ Martín no te preocupes, mantendremos distancia en todo momento y si mi madre se llega a enterar del beso, hablaré con ella para que no te expulse.

⎯ Gracias.

⎯ Antes de irme quiero que sepas que me divertí mucho estos dos días.⎯ ella siente que sus ojos se cristalizan pero intenta ser fuerte.⎯ Es una lástima que no quieras ser mi amigo; pero de todas formas te daré mi celular por si cambias de opinión.

Ella le saca el aparato del bolsillo de su pantalón, antes que él se niegue, anota su número y lo agenda como Rebi ❤️. Luego se lo devuelve, se acerca le da un beso en su mejilla y se va dejando a Martín solo en ese cerro. Cuando él mira el celular una sonrisa apareció en su rostro al ver cómo guardó su nombre; pero inmediatamente ese gesto cambió a uno de frustración, a él le gustaba esa chica, sin embargo mantendría distancia para evitar los problemas. De regreso a casa su semblante denotaba tristeza.

⎯ Martín, ¿qué tienes?⎯ pregunta su hermano al entrar a la cocina y ver cómo se sirve un vaso de agua y se apoya contra un mueble.⎯ ¿Te fue mal en el colegio?

⎯ No, no es nada Alan.

⎯ ¿Ya no te gusta tu escuela? ¿extrañas a tus amigos?

⎯ No enano, nada de eso. Deja de hacer tantas preguntas.⎯ deja el vaso en la mesa e intenta salir de la cocina cuando su hermano lo detiene.

⎯ Martín, espera.⎯ dice angustiado el muchacho.⎯ Mamá no se siente bien, así que preparé fideos con queso.

⎯  ¿Qué tiene?⎯ pregunta Martín y mira como su hermano comienza a rayar un queso.

⎯ Creo que algo le cayó mal al estómago, no deja de vomitar.

⎯ Iré a su cuarto.⎯ Alan deja de rayar y mira a su hermano con asombro.⎯ Ya es hora que enfrente mis fantasmas.

⎯ ¿Estás seguro?

⎯ Sí, mamá me necesita.

Martín está frente al cuarto que algún día compartieron sus padres y que hace tanto tiempo no se atreve a ingresar, golpea la puerta, espera que su madre le conteste y al final pasa a ese cuarto oscuro y frío, en su espalda siente como recorre un escalofrío y se estremece, todo está igual a cuando su padre vivía.

⎯ Mamá ¿Estás bien?

⎯ Hijito, por fin regresas, ya es muy tarde y estaba preocupada por ti.

⎯ Lo siento. Fui a casa de una chica para que me preste sus apuntes.

⎯¡Que bueno ! Eso quiere decir que ya tienes amigos!⎯ ella toma la mano de su hijo y le indica que se siente a su lado, su cuerpo arde en fiebre.⎯  Martín siento tanto no haber confiado en ti.

⎯ Eso ya no importa, estoy bien.

⎯ Mi niño, eres tan fuerte y te pareces tanto a tu padre cuando lo conocí.

⎯ Lo sé, siempre me lo dices.⎯ él acaricia su rostro y se sorprende al sentir su piel arder. ⎯ Madre, estás hirviendo. Debemos ir a un hospital.

⎯ No hijo, estaré bien. Es solo una gripe.

⎯ No lo creo.

Martín está desesperado, no sabe a quién acudir, busca en su teléfono el número de Fausto pero no responde. Entonces va a su habitación se fija en su alcancía y solo tiene unos pocos pesos, que no sirven para nada, de regreso a la cocina le habla a su hermano.

⎯ Alan, mamá tiene temperatura, ¿tienes algo de dinero?

⎯ No, lo último que tenía lo use para comprar el queso.⎯ se limpia las manos y lo mira asustado.⎯ ¿Qué hacemos?¿Se va a morir?

⎯ No, claro que no.⎯ lo tranquiliza.

⎯ Entonces, ¿qué hacemos?

⎯ No lo sé, Fausto no me responde.⎯ dice intentando una vez más hablar con el mecánico.⎯ Y no puedo llevar a mamá en moto al hospital. Necesitamos un auto.

⎯ ¿Y si llamas a Ezequiel? Es una emergencia y él tiene auto.

⎯ ¡A ese traidor ni lo nombres!

⎯ Perdón, fue una mala idea.

⎯ ¡Pésima!

Martín da vueltas de un lado a otro, hasta que solo le queda una opción, entonces con manos temblorosas agarra nuevamente su celular y marca al número que recién la chica de sus sueños agendo con el nombre de Rebi y un corazón a su lado.