Gabriel Patel y Xavier Hudson son como hermanos desde siempre y cuando ambos hicieron una familia quisieron que sus hijos siguieran la misma línea.
Pero quizás esa no era una muy buena idea.
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Veinticuatro
Después de la conversación en la que Julianna tuvo que convencer a su hermano de que todo estaba bien y que a ella ya no le afectaba aquello que sucedió él salió hacia el aeropuerto para regresar a Londres y ella volvió a su casa para descansar un poco antes de ir al bar.
Abrió la puerta y se encontró a sus dos amigos sentados en el sofá esperándola.
- Vamos, ustedes también no.- se quejó, ya sabía lo que le esperaba.
- Camina Julianna, siéntate aquí- le dijo Thiago poniendo su mano sobre el sofá- Ese hombre que estuvo aquí es Axel Hudson, quién a su corta edad ya es un magnate de varias industrias, y si tu eres su hermana explica lo que haces con nosotros y viviendo del trabajo en un bar.- el hermoso acento del argentino pidió explicaciones- No te creas que porque vivimos con la cabeza metida en los enfermos y sus historias clínicas no sabemos quienes son ciertas personas.
- Está bien, se que merecen una explicación, pero primero tienen que prometer que van a seguir siendo los mismos conmigo.
- Lo siento pero no podemos prometer eso, tu hermano nos amenazó con cortar nuestras cosotas si nos acercábamos a menos de un metro de ti.- habló el puertoriqueño y puso sus manos en la entrepierna cubriéndose.
- No lo creo, me habría gustado verlo.- se burló de ellos.
- No te rías que no es gracioso, hay cosas que duelen solamente de imaginarlas, así que di porqué estás aquí, pensamos que éramos tus amigos y resulta que no sabemos ni quien eres.
- Digamos que soy la oveja negra de la familia y que es mejor que nadie recuerde que existo.- ella se recostó en su pedazo de sofá.
- ¿Tú la oveja negra? Los ricos no saben lo que es una oveja negra, en mi familia ese es mi primo que trafica y a mi tía no hay quien le diga ni ji de él, dice que para hablar mal de su hijo está ella que lo parió con trabajo y nunca lo ha perdido de vista.- se burló un poco Andrés.
- Bueno cada familia es un reinado, es lo que dicen por ahí, y por decir algo en su defensa les aclaro que yo tuve una época que no me porté muy bien y la cagué con todos, ahora volví al camino pero antes estuve un poco loca.
- Lo creo porque lo dices tú, si no no lo creía, entonces lo importante, eres la hija de Xavier Hudson y por consiguiente muy rica.
- Soy rica pero no por ser la hija de Xavier, lo que tengo lo heredé de mi madre, por eso tengo este departamento y voy a poder quedarme aquí, de lo contrario estaría bajo las órdenes de mi padre, no podría trabajar en un bar y tampoco recibiría dinero porque no me cree merecedora de él.
- Y después la gente piensa que los ricos viven felices.- sacó sus conclusiones el puertoriqueño.
- La felicidad en este caso es cuestión de expectativa, mi hermano es feliz dirigiendo una empresa,cerrando negocios y amasando dinero, yo soy feliz sirviendo tragos y viviendo con dos papasitos.- y esto último lo dijo en español lo que les causó mucha risa a los hombres.
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La vida de Julianna junto a sus amigos no cambió mucho después de la visita de su hermano, eso que ella quería lograr de que la miraran sin ver su chequera lo consiguió con ellos.
Terminó sus estudios en el internado y comenzó su preciosa carrera de medicina, esta vez si usaría el dinero de su cuenta pues no quería tener que preocuparse, ella quería ser la mejor doctora.
Axel seguía visitándola cada cierto tiempo y esto lo llevó a tener una buena amistad con los inquilinos de su hermana, se dio cuenta que ella había escogido bien la gente que quería a su alrededor.
Dos días antes de cumplir veinte años tocaron en la puerta del departamento y la chica pensando que era una sorpresa que le daría su hermano abrió la puerta sin mirar antes.
- Papá- le dijo asombrada, hacía casi tres años que no veía al hombre y nunca pensó encontrarlo allí.
- Te ves ... bien.- le dijo él aunque lo que en realidad quería era abrazarla, ella seguía siendo su niña y la amaba con su vida aún después de todas las discusiones y los rechazos.
- Gracias- le contestó- ¿Quieres entrar?
El hombre asintió y ella le dio paso al interior del departamento.
- Vine a buscarte para que regreses a casa, que estés donde debes estar, que tomes tu lugar.- el padre habló sin un preámbulo y todavía en la puerta.
- ¿A eso viniste después de tres años?- le preguntó con desilusión- No viniste a verme, a preguntar como me ha ido, a querer saber como ha sido mi vida lejos de todo lo que conocía desde que nací, ni siquiera viniste a preguntar que me sucedió que me estaba comportando de aquella manera, viniste a imponerme que regrese.- a ella le habría gustado escucharlo decir tantas cosas antes de aquello, aunque sea un me hiciste falta.
- Ya no vamos a empezar Julianna, eres suficientemente mayor como para saber cual es tu lugar.- el hombre elevó la voz.
- ¿Mi lugar? Qué sabes tú cual es mi lugar.- también gritó ella y eso hizo que apareciera en la sala Thiago que iba a entrar al baño y venia vestido solamente con un short deportivo sin camisa.
- Jul ¿Qué pasa?- le preguntó en español pensando que era lo mejor si ella quería explicar algo sin que la otra persona comprendiera.
- Nada Thiago, no te preocupes, es solamente mi padre.- le contestó también en español y eso hizo que la sangre de Xavier hirviera, su niña vivía con un hombre.
- ¿En esto te has convertido? En una cualquiera que vive con un emigrante que ni siquiera puede hablar nuestro idioma. ¿Por esto no quieres volver con tu familia?- le reprochó señalando al argentino.
Thiago no podía creer lo que escuchaba, no podía creer que a aquel hombre no le importara hablar así a su hija.
- Cada día me decepcionas más Julianna. - le dijo como si hubiera hablado del clima y salió de allí dejando a la chica desconcertada y dolida.